viernes, 2 de noviembre de 2012

FIELES DIFUNTOS Y DÍA DE TODOS LOS SANTOS , DOS DÍAS DE ESPERANZA

Este día se celebran a todos los millones de personas que han llegado al cielo, aunque sean desconocidos para nosotros. Santo es aquel que ha llegado al cielo, algunos han sido canonizados y son por esto propuestos por la Iglesia como ejemplos de vida cristiana.
Este día es una oportunidad que la Iglesia nos da para recordar que Dios nos ha llamado a todos a la santidad. Que ser santo no es tener una aureola en la cabeza y hacer milagros, sino simplemente hacer las cosas ordinarias extraordinariamente bien, con amor y por amor a Dios. Que debemos luchar todos para conseguirla, estando conscientes de que se nos van a presentar algunos obstáculos como nuestra pasión dominante; el desánimo; el agobio del trabajo; el pesimismo; la rutina y las omisiones.
Se puede aprovechar esta celebración para hacer un plan para alcanzar la santidad y poner los medios para lograrlo:
la fiesta de nuestros fieles difuntos, aquellos que aún están en el Purgatorio, purificándose para entrar al Reino prometido. Son almas benditas, porque ya están salvas, y lo saben. Sólo que primero deben terminar de purificarse para poder enfrentar la visión Beatífica de aquel ante el cual hasta los ángeles se arrodillan en Su Presencia. Ellas necesitan hoy más que nunca nuestra ayuda con oraciones y Misas, para acortar esa purificación.
Con esta inmensa alegría en el alma, compartimos con ustedes hoy este texto que explica en palabras simples, las realidades de Cielo y Purgatorio, las realidades de nuestro destino de Gloria. También aqui explicamos la realidad del infierno tan temido, realidad inoculatable porque es parte de nuestra fe como miembros de la Iglesia

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