SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


viernes, 29 de marzo de 2013

VIERNES SANTO


34 ° VIA CRUCIS INTERPROVINCIAL CHACO CORRIENTES

 
 

JUEVES SANTO

EN LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA DE ESTE JUEVES SANTO, NOS ACOMPAÑO EL NUEVO DIACONO ABEL VELAZCO






- Este Jueves Santo, el santo padre Francisco presidió en la basílica de San Pedro la concelebración de la santa misa crismal con los cardenales, patriarcas, arzobispos, obispos y presbíteros, diocesanos y religiosos, presentes en la diócesis de Roma, en la que pidió a los sacerdotes que sean “pastores con olor a oveja” para que Dios Padre renueve en ellos el Espíritu de Santidad con el que fueron ungidos.
“Que renueve nuestro corazón de tal manera que la unción, con el perfume de Cristo, llegue a todos, también a las periferias, allí donde nuestro pueblo fiel más lo espera y valora”, deseó el obispo de Roma, al tiempo que pidió a los fieles que “acompañen a sus sacerdotes con el afecto y la oración, para que sean siempre pastores según el corazón de Dios”.
En esta celebración eucarística en la que los sacerdotes renuevan las promesas contraídas en el sacramento del Orden Sagrado y se bendicen los óleos con los que se imparte el sacramento de la Confirmación y la Unción de los Enfermos, Francisco reiteró que los aceites bendecidos “son para los pobres, para los cautivos, para los enfermos” y para los que están tristes y solos: “La unción no es para perfumarnos a nosotros mismos, ni mucho menos para que la guardemos en un frasco, ya que se pondría rancio el aceite... y amargo el corazón”.
Francisco señaló, ante más de 1.600 consagrados, que al buen sacerdote se lo reconoce por cómo anda ungido su pueblo. “Cuando la gente nuestra anda ungida con óleo de alegría se le nota: por ejemplo, cuando sale de la misa con cara de haber recibido una buena noticia. Nuestra gente agradece el evangelio predicado con unción, agradece cuando el evangelio que predicamos llega a su vida cotidiana, cuando baja como el óleo de Aarón hasta los bordes de la realidad, cuando ilumina las situaciones límites, las periferias donde el pueblo fiel está más expuesto a la invasión de los que quieren saquear su fe. Nos lo agradece porque siente que hemos rezado con las cosas de su vida cotidiana, con sus penas y alegrías, con sus angustias y sus esperanzas. Y cuando siente que el perfume del Ungido, de Cristo, llega a través nuestro, se anima a confiarnos todo lo que quieren que le llegue al Señor”, les explicó.
Una vez más, el Santo Padre invitó a salir a experimentar la unción, con su poder y su eficacia redentora, en las “periferias” donde hay sufrimiento, sangre derramada, ceguera y “cautivos de tantos malos patrones”.
“El sacerdote que sale poco de sí, que unge poco –no digo ‘nada’ porque nuestra gente nos roba la unción, gracias a Dios – se pierde lo mejor de nuestro pueblo, eso que es capaz de activar lo más hondo de su corazón presbiteral”, enfatizó el Santo Padre, quien añadió: “El que no sale de sí, en vez de mediador, se va convirtiendo poco a poco en intermediario, en gestor. Todos conocemos la diferencia: el intermediario y el gestor ya tienen su paga, y puesto que no ponen en juego la propia piel ni el corazón, tampoco reciben un agradecimiento afectuoso que nace del corazón. De aquí proviene precisamente la insatisfacción de algunos, que terminan tristes y convertidos en una especie de coleccionistas de antigüedades o bien de novedades, en vez de ser pastores con olor a oveja, pastores en medio de su rebaño, y pescadores de hombres”.
“Es verdad que la así llamada crisis de identidad sacerdotal nos amenaza a todos y se suma a una crisis de civilización –admitió el Papa-, pero si sabemos barrenar su ola, podremos meternos mar adentro en nombre del Señor y echar las redes”.
Al final de su prédica, Francisco insistió con tomar un impulso evangelizador para ser pescadores de hombres: “Es bueno que la realidad misma nos lleve a ir allí donde lo que somos por gracia se muestra claramente como pura gracia, en ese mar del mundo actual donde sólo vale la unción – y no la función – y resultan fecundas las redes echadas únicamente en el nombre de Aquél de quien nos hemos fiado: Jesús”.
Homilía del santo padre Francisco
Celebro con alegría la primera Misa Crismal como Obispo de Roma. Saludo a todos con afecto, especialmente a ustedes, queridos sacerdotes, que hoy recuerdan, como yo, el día de la ordenación.

Las Lecturas nos hablan de los «Ungidos»: el siervo de Yahvé de Isaías, David y Jesús, nuestro Señor. Los tres tienen en común que la unción que reciben es para ungir al pueblo fiel de Dios al que sirven; su unción es para los pobres, para los cautivos, para los oprimidos... Una imagen muy bella de este «ser para» del santo crisma es la del Salmo: «Es como óleo perfumado sobre la cabeza, que se derrama sobre la barba, la barba de Aarón, hasta la franja de su ornamento» (Sal 133,2). La imagen del óleo que se derrama, que desciende por la barba de Aarón hasta la orla de sus vestidos sagrados, es imagen de la unción sacerdotal que, a través del ungido, llega hasta los confines del universo representado mediante las vestiduras.
La vestimenta sagrada del sumo sacerdote es rica en simbolismos; uno de ellos, es el de los nombres de los hijos de Israel grabados sobre las piedras de ónix que adornaban las hombreras del efod, del que proviene nuestra casulla actual, seis sobre la piedra del hombro derecho y seis sobre la del hombro izquierdo (cf. Ex 28,6-14). También en el pectoral estaban grabados los nombres de las doce tribus de Israel (cf. Ex 28,21).
Esto significa que el sacerdote celebra cargando sobre sus hombros al pueblo que se le ha confiado y llevando sus nombres grabados en el corazón. Al revestirnos con nuestra humilde casulla, puede hacernos bien sentir sobre los hombros y en el corazón el peso y el rostro de nuestro pueblo fiel, de nuestros santos y de nuestros mártires.
De la belleza de lo litúrgico, que no es puro adorno y gusto por los trapos, sino presencia de la gloria de nuestro Dios resplandeciente en su pueblo vivo y consolado, pasamos a fijarnos en la acción. El óleo precioso que unge la cabeza de Aarón no se queda perfumando su persona sino que se derrama y alcanza «las periferias». El Señor lo dirá claramente: su unción es para los pobres, para los cautivos, para los enfermos, para los que están tristes y solos. La unción no es para perfumarnos a nosotros mismos, ni mucho menos para que la guardemos en un frasco, ya que se pondría rancio el aceite... y amargo el corazón.
Al buen sacerdote se lo reconoce por cómo anda ungido su pueblo. Cuando la gente nuestra anda ungida con óleo de alegría se le nota: por ejemplo, cuando sale de la misa con cara de haber recibido una buena noticia. Nuestra gente agradece el evangelio predicado con unción, agradece cuando el evangelio que predicamos llega a su vida cotidiana, cuando baja como el óleo de Aarón hasta los bordes de la realidad, cuando ilumina las situaciones límites, «las periferias» donde el pueblo fiel está más expuesto a la invasión de los que quieren saquear su fe. Nos lo agradece porque siente que hemos rezado con las cosas de su vida cotidiana, con sus penas y alegrías, con sus angustias y sus esperanzas. Y cuando siente que el perfume del Ungido, de Cristo, llega a través nuestro, se anima a confiarnos todo lo que quieren que le llegue al Señor: «Rece por mí, padre, que tengo este problema...». «Bendígame» y «rece por mí» son la señal de que la unción llegó a la orla del manto, porque vuelve convertida en petición. Cuando estamos en esta relación con Dios y con su Pueblo, y la gracia pasa a través de nosotros, somos sacerdotes, mediadores entre Dios y los hombres. Lo que quiero señalar es que siempre tenemos que reavivar la gracia e intuir en toda petición, a veces inoportunas, a veces puramente materiales, incluso banales – pero lo son sólo en apariencia – el deseo de nuestra gente de ser ungidos con el óleo perfumado, porque sabe que lo tenemos. Intuir y sentir como sintió el Señor la angustia esperanzada de la hemorroisa cuando tocó el borde de su manto. Ese momento de Jesús, metido en medio de la gente que lo rodeaba por todos lados, encarna toda la belleza de Aarón revestido sacerdotalmente y con el óleo que desciende sobre sus vestidos. Es una belleza oculta que resplandece sólo para los ojos llenos de fe de la mujer que padecía derrames de sangre. Los mismos discípulos – futuros sacerdotes – todavía no son capaces de ver, no comprenden: en la «periferia existencial» sólo ven la superficialidad de la multitud que aprieta por todos lados hasta sofocarlo (cf. Lc 8,42). El Señor en cambio siente la fuerza de la unción divina en los bordes de su manto.
Así hay que salir a experimentar nuestra unción, su poder y su eficacia redentora: en las «periferias» donde hay sufrimiento, hay sangre derramada, ceguera que desea ver, donde hay cautivos de tantos malos patrones. No es precisamente en autoexperiencias ni en introspecciones reiteradas que vamos a encontrar al Señor: los cursos de autoayuda en la vida pueden ser útiles, pero vivir pasando de un curso a otro, de método en método, lleva a hacernos pelagianos, a minimizar el poder de la gracia que se activa y crece en la medida en que salimos con fe a darnos y a dar el Evangelio a los demás; a dar la poca unción que tengamos a los que no tienen nada de nada.
El sacerdote que sale poco de sí, que unge poco – no digo «nada» porque nuestra gente nos roba la unción, gracias a Dios – se pierde lo mejor de nuestro pueblo, eso que es capaz de activar lo más hondo de su corazón presbiteral. El que no sale de sí, en vez de mediador, se va convirtiendo poco a poco en intermediario, en gestor. Todos conocemos la diferencia: el intermediario y el gestor «ya tienen su paga», y puesto que no ponen en juego la propia piel ni el corazón, tampoco reciben un agradecimiento afectuoso que nace del corazón. De aquí proviene precisamente la insatisfacción de algunos, que terminan tristes y convertidos en una especie de coleccionistas de antigüedades o bien de novedades, en vez de ser pastores con «olor a oveja», pastores en medio de su rebaño, y pescadores de hombres. Es verdad que la así llamada crisis de identidad sacerdotal nos amenaza a todos y se suma a una crisis de civilización; pero si sabemos barrenar su ola, podremos meternos mar adentro en nombre del Señor y echar las redes. Es bueno que la realidad misma nos lleve a ir allí donde lo que somos por gracia se muestra claramente como pura gracia, en ese mar del mundo actual donde sólo vale la unción – y no la función – y resultan fecundas las redes echadas únicamente en el nombre de Aquél de quien nos hemos fiado: Jesús.
Queridos fieles, acompañen a sus sacerdotes con el afecto y la oración, para que sean siempre Pastores según el corazón de Dios.
Queridos sacerdotes, que Dios Padre renueve en nosotros el Espíritu de Santidad con que hemos sido ungidos, que lo renueve en nuestro corazón de tal manera que la unción llegue a todos, también a las «periferias», allí donde nuestro pueblo fiel más lo espera y valora. Que nuestra gente nos sienta discípulos del Señor, sienta que estamos revestidos con sus nombres, que no buscamos otra identidad; y pueda recibir a través de nuestras palabras y obras ese óleo de alegría que les vino a traer Jesús, el Ungido. Amén.AICA

miércoles, 27 de marzo de 2013

CURIA GENERAL

Esta mañana, en la capilla de la Curia General de Roma, se celebró la misa de Pascua con los empleados de la Cámara y de las instituciones que colaboran con la Junta Ejecutiva.

La Misa fue presidida por el Superior General, P. Flavio Peloso, y concelebrada por todos los Directores Generales, el Director de Casa Don Giampiero Congiu, presidente de la Fundación Don Orione, Don Alessio  y Don Ettore Paravani.
Don Flavio en la homilía destacó la importancia y la belleza de la misericordia en este tiempo de Cuaresma especialmente propicio para el Sacramento de la Reconciliación. Recuperación de un conocido episodio en la vida de Don Orione (confesión en la carretera después de haber predicado en Castelnuovo Scrivia) citó, entre otras cosas, las recientes palabras del Papa Francisco: "Dios nunca deja de perdonar, que nunca nos cansamos de pedir perdón. "
Al final de la celebración fue seguida de un momento de convivencia en el que hemos intercambiado saludos de Pascua.

martes, 26 de marzo de 2013

PROGRAMA DE SEMANA SANTA EN SANTUARIO PARROQUIA INMACULADA

 


















 

DOMINGO DE RAMOS







Todo el mundo ha escuchado el primer Ángelus del Papa, que  al hablar de la misericordia de Dios, se refirió a un libro escrito por el cardenal Walter Kasper, escrito sobre el tema de la misericordia divina. El tema de la misericordia de Dios es uno de los temas, de los cuales el Cardenal habla más a gusto, porque la misericordia de Dios es un misterio, que refleja plenamente el amor de Dios para con los hombres. Si no fuera por la misericordia de Dios, nadie sería salvo.
Misericordia del Kard. Kasper también habló de esto en su homilía del Domingo de Ramos, que presidió, se llevó a cabo en las celebraciones de la parroquia de Todos los Santos, con la participación de una multitud de fieles comprometidos a vivir el misterio de Cristo.
La iglesia estaba llena como siempre, también estuvieron presentes el Superior General y los Hermanos provinciales, muchas de la Curia romana y de otras casas.
El cardenal explicó que "misericordioso" significa que Dios tiene un corazón para los defectos de cada uno de nosotros. La misericordia de Dios se abre la esperanza dellla camino para los que se abren a la invitación de Cristo a aceptar el Reino de Dios

PRIMERA MISA EN BARQUISIMETO, DEL PADRE SERGIO OCHOA

Gran emoción y afecto por el joven sacerdote argentino que celebró su primera misa en Barquisimeto  donde realiza su primera misión sacerdotal.

El Padre Sergio Aranda Ochoa es un joven argentino, sacerdote recién ordenado. Incluso cuando era un diácono comenzó su ministerio en Venezuela, Barquisimeto. Después de su ordenación sacerdotal , regresó a Barquisimeto, donde fue recibido con mucho cariño, como un don de Dios y a la congregación. Su primera Misa fue celebrada en la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en el Domingo de Ramos.
Fué Emocionante la Primera Misa en la Parroquia de Guadalupe del Padre Sergio Ochoa. A los Habituales de la misa de 6 de la Tarde se Han añadido MUCHOS amigos de la Obra Don Orione ASI Que la Iglesia estába a rebosar.  Más de Dos Horas duró la Celebración de por sí grande Por la Bendición y procesión de ramos, lectura de la Pasión .la Homilía ...estuvo entrelazada con la idea de la "Vuelta a casa" de Jesús, el Padre, Sergio ...nos fue Enseñando una preciosa canción de La Que Fuimos cantando el estribillo y Aprendiendo: "Vos Volver / volver a ser / volver a respirar / saberme Sostenido / por tu amor / volver a amar ".
No falto ni el tradicional besamanos ni la Selección de fotos del Día de Ordenación  en el Pequeño Cottolengo de Claypole (Buenos Aires).....
Terminamos en los Jardines de la parroquia Tomando un refresco y unos dulces  Faltaron los hermanos y Eliécer Liscano Carlos Rodríguez de Que ya estan Misión de la ONU en pueblo de la frontera con Colombia Llamado Guasdualito, con 30 Jóvenes Cercanos a la Obra Don Orione ya Que also El Mañana si incorporará con el Padre Sergio  yOtros dos Jóvenes

EDICIÓN HISTÓRICA DE LA REVISTA DON ORIONE





Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?».
Ellos le respondieron: «Unos dicen que es Juan el Bautista; otros Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas».
«Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?».
Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo».
Y Jesús dijo a Pedro: «Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo.
Y yo te digo: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella.
Yo te dará las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo» (Mt 16,13-19)
¡El cardenal Jorge Mario Bergoglio ha sido elegido como Sucesor de Pedro asumiendo el nombre de Francisco! Sin dudas, un acontecimiento que nos llena de alegría como Iglesia en la Argentina.
Al revisar y pensar los hechos de todo este tiempo, hubo uno en particular que me llamó la atención: el Cónclave comenzaría el 12 de marzo, fecha del encuentro de nuestro Padre Fundador con Dios, su entrada en la gloria de los santos. Estaba convencido que Don Orione, quien siempre amó entrañablemente al Papa y a la Iglesia, con toda seguridad estaría intercediendo desde el cielo por el nuevo pontífice que tendría que asumir el gobierno de la barca de Pedro en condiciones muy particulares de la historia.
Desde una mirada auténtica sabemos que el Espíritu Santo gobierna la Iglesia y Él sabe muy bien lo que hace por encima de todas las especulaciones, generalmente vanas y superficiales o a veces mal intencionadas, de tantos “opinólogos”, que no perciben para nada que la Iglesia es una realidad humana, pero Divina al mismo tiempo.
Evidentemente el nuevo Papa, Francisco, se encontrará con grandes desafíos, sea en relación con el mundo, en esta cultura dominante, subjetivista e inmanente, como con la necesidad de muchas reformas y -por qué no- de “purificación” al interior de la Iglesia.

El nuevo Papa, un hombre bueno

“Llegó a la silla de Pedro un buen hombre”, escribió un reconocido periodista argentino. Y así es. Realmente el cardenal Bergoglio, ahora Francisco (lo reciente del acontecimiento hace que aún no me acostumbre a su nuevo nombre) es un “hombre bueno”.
Lo digo por convencimiento: este hombre que asume por “obediencia de fe” la conducción de la Iglesia es un hombre bueno y un “hombre de Fe”, es decir, alguien que siempre mira y juzga los acontecimientos desde esa mirada que va “más allá” y que da otra perspectiva, trascendiendo y superando la horizontalidad (y a veces miopía) de la simple mirada humana.
Francisco es también un “hombre sabio”, entendiendo por esto no tanto alguien que posee muchos conocimientos (aunque esto se lo pueda atribuir sin dudar al nuevo Papa), sino la persona que ha sabido hacer una síntesis vital de todo lo que ha aprendido y vivido a lo largo de su existencia, en lo más profundo de su corazón. Síntesis que le permite transmitir una palabra con “contenido”; es decir, no una palabra “hueca o vacía” a la que estamos acostumbrados en esta verborrágica cultura, sino una palabra que penetra en lo más hondo del otro, haciéndole bien, transformándolo.
Palabra que siempre ilumina y, cuando es proferida en público, normalmente cuestiona, no nos deja indiferentes, invita a tomar postura; también, muchas veces, molesta y provoca reacción. Es una palabra “profética” porque el que la pronuncia es un “profeta”, en la acepción más específica de este término: “el que habla en nombre de Dios”, tal como le dijera Yavé al profeta Jeremías: “En cuanto a ti, cíñete la cintura, levántate y diles todo lo que yo te ordene. No te dejes intimidar por ellos, no sea que te intimide yo delante de ellos. Mira que hoy hago de ti una plaza fuerte, una columna de hierro, una muralla de bronce, frente a todo el país: frente a los reyes de Judá y a sus jefes, a sus sacerdotes y al pueblo del país” (Jer 1, 17-18).
El papa Francisco es humilde y firme a la vez. Podríamos traer aquí las palabras del profeta Isaías acerca del Servidor de Yavé, diciendo que el cardenal Bergoglio, “nunca gritó ni levantó la voz por las calles; tampoco rompió la caña quebrada ni apagó la mecha que arde débilmente, sino que siempre expuso el derecho con fidelidad…” (Cf. Is 42, 2-3). Su voz, normalmente suave, siempre se levantó en defensa de los más marginados de la sociedad sin temor a los poderosos y a los que lo injuriaban gratuitamente. Al igual que los auténticos profetas del Antiguo Testamento jamás se dejó intimidar por los que detentan el poder.
Sus gestos, corroborados con su ejemplo de vida, hablan tanto o más que sus palabras y siempre invitan a tomarse en serio el Evangelio. Los mismos no son estudiados, artificiales o pura apariencia sino que, al igual que en Jesús, parten de “un corazón que sabe compadecerse” del otro (cfr. Mc 6,34). La compasión siempre fue la fuente de su ministerio pastoral y por ello a todos instaba a “ser misericordiosos”.
Finalmente y quizás lo más importante, Jorge Bergoglio es un hombre de oración prolongada y de una vida muy austera. Es manifiesta su cercanía con los más pobres. Solía tomar el subte y el colectivo para visitar las villas de Buenos Aires y así acompañar a sus curas que estaban en medio de la gente, compartiendo sus vidas, penas, dramas, anhelos y esperanzas.
Quizás sea una de las razones porque ha elegido el nombre de “Francisco”, tomando como modelo al “pobrecillo de Asís” quien, sin proponérselo, con su “desposorio con la pobreza”, su sencilla predicación y su abandonarse en las manos del Padre, logró una profunda reforma en la Iglesia de su tiempo, la cual peligraba a causa de la tentación de las riquezas y la mundanidad.

El papa del continente de la esperanza

Los cardenales, inspirados por el Espíritu Santo, han elegido un Papa de Latinoamérica, “el continente de la esperanza”, como solía llamarlo el gran Pablo VI.
En el documento final de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, que tuvo lugar en el santuario de Nuestra Señora de Aparecida de Brasil (2007), donde tuvo mucho que ver en su redacción el cardenal Bergoglio, se nos dice:
“Esta Vª Conferencia se propone ‘la gran tarea de custodiar y alimentar la fe del pueblo de Dios, y recordar también a los fieles de este continente que, en virtud de su bautismo, están llamados a ser discípulos y misioneros de Jesucristo. Se abre paso un nuevo período de la historia con desafíos y exigencias, caracterizado por el desconcierto generalizado que se propaga por nuevas turbulencias sociales y políticas, por la difusión de una cultura lejana y hostil a la tradición cristiana, por la emergencia de variadas ofertas religiosas, que tratan de responder, a su manera, a la sed de Dios que manifiestan nuestros pueblos”.
Frente a los profundos cambios culturales (se habla “no de una época de cambio sino de un cambio de época”), que producen un “desconcierto generalizado” en los fieles, particularmente en los más pobres y sencillos, seguramente Francisco se propondrá “custodiar y alimentar la fe del pueblo de Dios”, amenazada por esa “cultura lejana y hostil” a nuestras raíces cristianas.
Siendo presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, el Cardenal Bergoglio, después de una entrevista siempre nos pedía: “Rezá por mí”. Fiel a esta costumbre así lo hizo, en un gesto elocuente, con el pueblo congregado y con los que lo seguían por los medios de comunicación el día que se asomó al balcón de la plaza San Pedro: “…Ahora quisiera dar la Bendición, pero antes les pido un favor: antes que el Obispo bendiga al pueblo, les pido que ustedes recen para el que Señor me bendiga: la oración del pueblo, pidiendo la Bendición para su Obispo. Hagamos en silencio esta oración de ustedes por mí....
Ahora daré la Bendición a vosotros y a todo el mundo, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad”.
Nos narran los Hechos de los Apóstoles que “mientras Pedro estaba bajo custodia en la prisión, la Iglesia no cesaba de orar a Dios por él” (Hech 12,5). Así como la Iglesia primitiva, que ante la seria amenaza que estaba viviendo Pedro, su pastor, no cesaba de orar por él, también nosotros comprometámonos a rezar por Francisco. ¡Ahora, más que nunca lo necesita! ¡La carga y la responsabilidad son muy grandes! Sabemos que lo asiste el Espíritu Santo, pero también necesita el acompañamiento hecho oración y acción del Pueblo de Dios.
Recemos para que el Espíritu Santo, que no deja de asistir a su Iglesia, guíe el ministerio de nuestro papa Francisco, renovando y actualizando cada día la promesa de Jesús: “Y yo te digo: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella."


”Tuve la gracia de conocerlo cuando tenía 20 años y vino a predicarnos un retiro en Villa Tupasy (San Miguel). Allí pude conversar por primera vez con él. Luego de un tiempo sin vernos lo pude reencontrar en una misa de profesión de votos que celebró a las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad en Floresta el 2 de febrero de 1993, dado que era vicario por el Decanato de Flores. Yo estaba encargado del estudiantado en San Miguel y le pedí que viniera a predicar un retiro mensual en el mes de mayo a los seminaristas y aceptó gustosamente; por supuesto se vino en colectivo”, nos comparte su testimonio personal sobre el papa Francisco, el P. Adolfo Uriona, obispo de Añatuya.
“Desde entonces comencé un camino de acompañamiento espiritual pudiendo gustar de su palabra paternal, iluminadora, suave y fuerte, exigente pero consoladora al mismo tiempo”, agrega quien fuera durante varios años nuestro padre Provincial en la Pequeña Obra de la Divina Providencia.
El 4 de marzo de 2004 se hizo público el nombramiento del P. Adolfo como obispo de Añatuya y el 8 de mayo, en una ceremonia celebrada en el Santuario del Pequeño Cottolengo Claypole donde se venera el corazón de san Luis Orione, el cardenal Jorge Bergoglio impuso las manos al nuevo Obispo.
El P. Adolfo destaca que como hermanos en el Episcopado, el cardenal Bergoglio “siempre me acompañó y apoyó en mi gestión al frente de la diócesis, ayudándome materialmente en las diversas necesidades de estos lugares tan pobres, como con la presencia de agentes de pastoral. Nunca se negó a darle el permiso necesario a cualquier sacerdote que quisiera trabajar en Añatuya. ¡Un verdadero padre y hermano, sensible y generoso!”.Monseñor Uriona Obispo de Añatuya.

domingo, 24 de marzo de 2013

MARCHA EN DEFENSA DE LA VIDA

LUNES 25 DE MARZO, DIA DEL NIÑO POR NACER.
MARCHA POR LA VIDA,PARTIDA DE LAS 500 VIVIENDAS A LAS 18 HS, ESPAÑA Y 9 DE JULIO A LAS 19 HS

GRACIAS HERMANAS POR LOS MOMENTOS COMPARTIDOS


GABIN ¡¡VOTOS PERPETUOS !!!!

CON ALEGRIA SALUDAMOS A GABIN, QUE PROFESÒ LOS VOTOS PERPETUOS. LA COMUNIDAD DE BARRANQUERAS, LO RECUERDA CON CARIÑO Y LE DESEA MUCHAS FELICIDADES Y BENDICIONES

viernes, 22 de marzo de 2013

MISA CON LA VISITA DEL DIACONO JUAN MANUEL GONZALEZ

CON MUCHA ALEGRÍA, HEMOS COMPARTIDO LA SANTA MISA CON EL NUEVO DIACONO JUAN MANUEL GONZALEZ, DANDO GRACIAS POR SU VOCACIÓN Y POR SER DE BARRANQUERAS MÁS AÚN LA ALEGRÍA.

miércoles, 20 de marzo de 2013

21 DE MARZO DE 1903, APROBACIÓN DIOCESANA DE LA PEQUEÑA OBRA DE LA DIVINA PROVIDENCIA

Don Orione,ya antes de recibir el Orden Sagrado, había iniciado su fecunda labor pastoral a favor de los pobres pues en 1892 inauguró solemnemente en los jardines del Palacio Episcopal de Tortona, el Oratorio Festivo San Luis cuna de la Pequeña Obra de la Divina Providencia de la cual es fundador. Esta Obra recibe la aprobación diocesana el 21 de marzo de 1903 según Decreto firmado por Monseñor Igino Bandi, Obispo de Tortona en la fiesta de San Benito.La liturgia de la Iglesia Católica celebra a San Benito Abad en dos ocasiones. El 21 de marzo es la fecha tradicional para conmemorar el Tránsito de San Benito o sea, el día de su muerte y entrada al cielo. El día 11 de julio, se celebra la Solemnidad, que recuerda el traslado de las reliquias de San Benito desde Montecassino hasta el monasterio de Fleury, en Francia, fecha elegida por el Papa Pablo VI para conmemorar a San Benito como Patrono de Europa

Reconoció canónicamente a los Hijos de la Divina Providencia (sacerdotes, hermanos coadjutores y ermitaños), congregación religiosa masculina de la Pequeña Obra de la Divina providencia, dedicada a «colaborar para llevar a los pequeños, los pobres y el pueblo a la Iglesia y al Papa, mediante las obras de caridad», profesando un IV voto de especial «fidelidad al Papa».En las primeras Constituciones de 1904, entre los fines de la nueva Congregación aparece el de trabajar «para alcanzar la unión de las Iglesias separadas».Animado por una gran pasión por la iglesia y por la salvación de las almas, se interesó activamente por los problemas emergentes en aquel tiempo, como la libertad y la unidad de la Iglesia, la «cuestión romana», el modernismo, el socialismo, la cristianización de las masas obreras.

San Luis Orione fue un sacerdote todo de Dios y todo de los hombres. Dedicó su vida entera a amar y servir al Señor en los más humildes, en los más pobres y desposeídos.

"Sólo la caridad salvará al mundo”, fue la convicción que marcó su vida; una caridad necesaria y urgente para llenar los surcos que el odio y el egoísmo han abierto en la tierra. Esta convicción lo llevó a fundar la Pequeña Obra de la Divina Providencia (1903), congregación que se extendió en su Italia natal y en tierras de misión, entre ellas: Argentina.

martes, 19 de marzo de 2013

SAN JOSÉ

“¿Sería San José en persona?”

En una ocasión de gran necesidad, la Congregación fue ayuda por un “misterioso hombre”, quien Don Orione interpreto que era el mismo San José.

Por ello, como signo de agradecimiento, en muchas casas de la Congregación, la imagen de San José tiene un pan en el cuello.

Don Orione estaba siempre escaso de dinero y con frecuencia eso le creaba no pocas angustias, especialmente en los primeros tiempos de su apostolado, cuando tenía tantos niños a los cuales quitar el hambre... Pero la Providencia intervenía.

Aquí está la narración de una de estas intervenciones, recogida de los labios mismos de Don Orione.
 
“Estábamos entonces (marzo de 1900) en el antiguo Convictorio paterno, en el Santa Chiara, y eran años de gran trabajo y también nuestros jóvenes estudiaban bien y rezaban bien (...). En momentos en los cuales no teníamos pan, no teníamos nada, fue San José el que vino a nuestro encuentro. Pero sólo este año parecía que el querido San José no quería venir a ayudarnos.

Llegó el mes de marzo, y estábamos muy necesitados de dinero: eran momentos muy penosos, y nos encomendábamos mucho a San José, que es invocado como administrador, mejor como proveedor de las casas religiosas, así como fue proveedor de la sagrada Familia. Y verdaderamente, también con nosotros, demostró siempre ser un buen proveedor... Venía a animarnos en esta devoción un santo y culto canónico, Mons. Novelli: nos confortaba, entonces, a esperar bien, a confiar en la ayuda de San José, en aquellos difíciles momentos, y a orar. El portero, entonces, era nuestro Zanocchi, luego superior de nuestras casas de América: entonces él no era ni siquiera clérigo, porque había llegado hacía pocos meses; para probar la virtud de este joven, para experimentarlo, lo puse a hacer de portero.

Estábamos, entonces, en el mes de San José. Y en lugar de venir las ayudas, venían los acreedores para hacerse pagar. Yo no me podía librar de ellos, mientras Mons. Novelli me decía siempre que confié.

Un día estábamos precisamente sin nada. Era la novena del santo: ¡más aún la antevíspera de la fiesta! Pero San José parecía que no nos quería ayudar. Pero he alli, se presenta en nuestra puerta un señor: yo estaba arriba y este señor pregunta: “¿Dónde está el Superior?” Y el portero sube a la carrera y me dice: “Hay un señor que desea hablarle”. “¿Pero quién es? ¿Es un acreedor?” “No lo conozco”. “¿No es el carnicero? ¿el lechero?”. “No lo sé”. “¿No dijo si es el del arroz o el de la sal?” “No lo sé”. “¿Es el muchacho de la Señora Chiesa?”. Se trataba de dar, me parece, a esa proveedora algunos miles de liras. “¿No lo has visto nunca?”. “No lo he visto nunca”. “¡Está atento de que no sea un acreedor!”... Éramos entonces unos doscientos.

Parecía una fatalidad: un acreedor detrás del otro; salía uno, entraba el otro. No creía que ese hombre no era también un acreedor: pero no se podía reparar, había que ir. De hecho bajé. Las puertas del colegio de entonces estaban precisamente en ángulo recto con la puerta de nuestra casa aquí, de la casa madre. Recuerdo con precisión esto: bajo las escaleras apurado y me encuentro delante de un señor modestamente vestido y con una barbita rubia. Ese señor me dice: “¿Ud. es el Superior? ¡Aquí hay una suma!”, y sacó un grueso sobre.

Esto lo recuerdo como si hubiese sucedido esta mañana. Entonces, como se hace habitualmente, le pregunté si debíamos celebrar algunas misas: “¿Hay obligaciones? ¿Hay alguna beneficencia que hacer?”. “¡No, no!”, respondió. “No hay nada. Sólo seguir rezando!”. Yo no lo había visto nunca. Me miró un instante y, saludándome con una reverencia, partió rápidamente. Hubiese deseado detenerlo pero, no sé cómo, no tuve coraje de hacerlo: esa presencia y esas palabras me habían como encantado... Y, mientras salía, los que estaban presentes dijeron que el rostro de ese señor tenía un no sé que de celestial... Y entonces nos lanzamos de inmediato sobre sus pasos para ver donde iba.

Ese señor hizo algunos pasos; salió por la puerta, descendió el escalón, pero luego no se lo vio más, ni a la izquierda ni a la derecha, ni bajo los pórticos ni en la iglesia; en el patio estaban solo los jóvenes. Se mandó de inmediato a dos de ellos para buscarlo, pero fue inútil. Nosotros nos retiramos todavía más confundidos: tenía un aspecto no de hombre; había salido apenas y ya había desaparecido. Vino luego Mons. Novelli y se le narró lo que había sucedido. El dijo: “¡Es San José, es verdaderamente San José, que ha querido confortarlos!”. Nosotros, de verdad, creímos siempre que era San José. Pero a Mons. Novelli le expresé una duda: “Era demasiado joven, se presentaba demasiado joven con una barba un poco rojiza”.

Él me respondió: “Pero San José no debía ser viejo, no era viejo. La iconografía lo presentó delante de las generaciones cristianas así, hizo de él un viejo, para hacer comprender más, para hacer sentir más la verdad que él no era el padre verdadero de Jesucristo, ¡sino sólo el padre putativo!”.

Ustedes, sin ánimo de ofenderlos, estarán ansiosos de saber cuánto dinero había en ese sobre: les bastará saber que había tanto como para pagar a los acreedores más urgentes y más grandes... Nosotros le estuvimos siempre agradecidos a San José.

HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO, EN EL INICIO DE SU PONTIFICADO




"Queridos hermanos y hermanas:
"Doy gracias al Señor por poder celebrar esta Santa Misa de comienzo del ministerio petrino en la solemnidad de San José, esposo de la Virgen María y patrono de la Iglesia universal: es una coincidencia muy rica de significado, y es también el onomástico de mi venerado predecesor: le estamos cercanos con la oración, llena de afecto y gratitud.
"Saludo con afecto a los hermanos cardenales y obispos, a los presbíteros, diáconos, religiosos y religiosas y a todos los fieles laicos. Agradezco por su presencia a los representantes de las otras iglesias y comunidades eclesiales, así como a los representantes de la comunidad judía y otras comunidades religiosas. Dirijo un cordial saludo a los Jefes de Estado y de Gobierno, a las delegaciones oficiales de tantos países del mundo y al Cuerpo Diplomático.

"Hemos escuchado en el Evangelio que "José hizo lo que el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer" (Mt 1,24). En estas palabras se encierra ya la misión que Dios confía a José, la de ser custos, custodio. Custodio ¿de quién? De María y Jesús; pero es una custodia que se alarga luego a la Iglesia, como ha señalado el beato Juan Pablo II: "Al igual que cuidó amorosamente a María y se dedicó con gozoso empeño a la educación de Jesucristo, también custodia y protege su cuerpo místico, la Iglesia, de la que la Virgen Santa es figura y modelo" (Exhort. ap. Redemptoris Custos, 1).
"¿Cómo ejerce José esta custodia? Con discreción, con humildad, en silencio, pero con una presencia constante y una fidelidad y total, aun cuando no comprende. Desde su matrimonio con María hasta el episodio de Jesús en el Templo de Jerusalén a los doce años, acompaña en todo momento con esmero y amor. Está junto a María, su esposa, tanto en los momentos serenos de la vida como los difíciles, en el viaje a Belén para el censo y en las horas temblorosas y gozosas del parto; en el momento dramático de la huida a Egipto y en la afanosa búsqueda de su hijo en el Templo; y después en la vida cotidiana en la casa de Nazaret, en el taller donde enseñó el oficio a Jesús.
"¿Cómo vive José su vocación como custodio de María, de Jesús, de la Iglesia? Con la atención constante a Dios, abierto a sus signos, disponible a su proyecto, y no tanto al propio; y eso es lo que Dios le pidió a David, como hemos escuchado en la primera lectura: Dios no quiere una casa construida por el hombre, sino la fidelidad a su palabra, a su designio; y es Dios mismo quien construye la casa, pero de piedras vivas marcadas por su Espíritu. Y José es "custodio" porque sabe escuchar a Dios, se deja guiar por su voluntad, y precisamente por eso es más sensible aún a las personas que se le han confiado, sabe cómo leer con realismo los acontecimientos, está atento a lo que le rodea, y sabe tomar las decisiones más sensatas. En él, queridos amigos, vemos cómo se responde a la llamada de Dios, con disponibilidad, con prontitud; pero vemos también cuál es el centro de la vocación cristiana: Cristo. Guardemos a Cristo en nuestra vida, para guardar a los demás, salvaguardar la creación.
"Pero la vocación de custodiar no sólo nos atañe a nosotros, los cristianos, sino que tiene una dimensión que antecede y que es simplemente humana, corresponde a todos. Es custodiar toda la creación, la belleza de la creación, como se nos dice en el libro del Génesis y como nos muestra San Francisco de Asís: es tener respeto por todas las criaturas de Dios y por el entorno en el que vivimos. Es custodiar a la gente, el preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente por los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón. Es preocuparse uno del otro en la familia: los cónyuges se guardan recíprocamente y luego, como padres, cuidan de los hijos, y con el tiempo, también los hijos se convertirán en cuidadores de sus padres. Es vivir con sinceridad las amistades, que son un recíproco protegerse en la confianza, en el respeto y en el bien. En el fondo, todo está confiado a la custodia del hombre, y es una responsabilidad que nos afecta a todos. Sed custodios de los dones de Dios.
Y cuando el hombre falla en esta responsabilidad, cuando no nos preocupamos por la creación y por los hermanos, entonces gana terreno la destrucción y el corazón se queda árido. Por desgracia, en todas las épocas de la historia existen "Herodes" que traman planes de muerte, destruyen y desfiguran el rostro del hombre y de la mujer.
"Quisiera pedir, por favor, a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad: seamos "custodios" de la creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente; no dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro. Pero, para "custodiar", también tenemos que cuidar de nosotros mismos. Recordemos que el odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida. Custodiar quiere decir entonces vigilar sobre nuestros sentimientos, nuestro corazón, porque ahí es de donde salen las intenciones buenas y malas: las que construyen y las que destruyen. No debemos tener miedo de la bondad, más aún, ni siquiera de la ternura.
"Y aquí añado entonces una ulterior anotación: el preocuparse, el custodiar, requiere bondad, pide ser vivido con ternura. En los Evangelios, san José aparece como un hombre fuerte y valiente, trabajador, pero en su alma se percibe una gran ternura, que no es la virtud de los débiles, sino más bien todo lo contrario: denota fortaleza de ánimo y capacidad de atención, de compasión, de verdadera apertura al otro, de amor. No debemos tener miedo de la bondad, de la ternura.
"Hoy, junto a la fiesta de San José, celebramos el inicio del ministerio del nuevo Obispo de Roma, Sucesor de Pedro, que comporta también un poder. Ciertamente, Jesucristo ha dado un poder a Pedro, pero ¿de qué poder se trata? A las tres preguntas de Jesús a Pedro sobre el amor, sigue la triple invitación: Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas. Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio, y que también el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su culmen luminoso en la cruz; debe poner sus ojos en el servicio humilde, concreto, rico de fe, de san José y, como él, abrir los brazos para custodiar a todo el Pueblo de Dios y acoger con afecto y ternura a toda la humanidad, especialmente los más pobres, los más débiles, los más pequeños; eso que Mateo describe en el juicio final sobre la caridad: al hambriento, al sediento, al forastero, al desnudo, al enfermo, al encarcelado (cf. Mt 25,31-46). Sólo el que sirve con amor sabe custodiar.
"En la segunda lectura, San Pablo habla de Abraham, que "apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza" (Rm 4,18). Apoyado en la esperanza, contra toda esperanza. También hoy, ante tantos cúmulos de cielo gris, hemos de ver la luz de la esperanza y dar nosotros mismos esperanza. Custodiar la creación, cada hombre y cada mujer, con una mirada de ternura y de amor; es abrir un resquicio de luz en medio de tantas nubes; es llevar el calor de la esperanza. Y, para el creyente, para nosotros los cristianos, como Abraham, como san José, la esperanza que llevamos tiene el horizonte de Dios, que se nos ha abierto en Cristo, está fundada sobre la roca que es Dios.
Custodiar a Jesús con María, custodiar toda la creación, custodiar a todos, especialmente a los más pobres, custodiarnos a nosotros mismos; he aquí un servicio que el Obispo de Roma está llamado a desempeñar, pero al que todos estamos llamados, para hacer brillar la estrella de la esperanza: protejamos con amor lo que Dios nos ha dado.
"Imploro la intercesión de la Virgen María, de San José, de los Apóstoles San Pedro y San Pablo, de San Francisco, para que el Espíritu Santo acompañe mi ministerio, y a todos vosotros os digo: Recen por mí. Amén".

SE INICIA EL MINISTERIO PETRINO DEL PAPA FRANCISCO




UNA AGENDA Y UN PAR DE ZAPATOS GASTADOS, FUE LO QUE PRIMERO PIDIÓ QUE LE TRAIGAN DE BUENOS AIRES, ARGENTINA.
EN VESTIMENTA  PREFIERE LOS ORNAMENTOS MÁS SENCILLOS.
PREFIERE BESOS, ABRAZOS, APRETONES DE MANOS, SIN LA DISTANCIA QUE TENÍAN LOS OTROS PAPAS.
TIENE EN SU CUARTO UN MATE, QUE LE  REGALO UNA PERIODISTA ARGENTINA, VIRGINIA BONARD, YA QUE TOMA MATE TODOS LOS DÍAS.



“Le regalé un mate, que es mío, con una bombilla que es de mi esposo y con una cartita en la que le pongo algunas cosas'', explicó.
Bonard también escribió en su cuenta de la red social Facebook: “Hoy no fui yo con Francesco. Eramos mi familia querida, regalo de Dios, mis amigos, los argentinos, los latinoamericanos. En el abrazo con el que nos fundimos con Francisco estuvieron todos. Y Dios sabe que es así”.
El pontífice saludó a varios periodistas argentinos, en el marco de la audiencia con 6.000 representantes de la prensa internacional en el aula Pablo VI del Vaticano.
Sergio Rubin, columnista especializado en temas religiosos del diario Clarín y editor jefe del portal Valores Religiosos, fue otro que se acercó, besó su anillo, abrazó e intercambió algunas palabras con el pontífice argentino.
El periodista, autor junto a Francesca Ambrogetti del libro "El Jesuita" que incluye conversaciones con el entonces cardenal Jorge Bergoglio, es visto en Roma como el biógrafo del Papa.
Rubin contó que en ese breve encuentro con el Papa le dijo que le iba a pedir a Dios que "lo acompañara en su tarea y que lo íbamos a extrañar en la Argentina".
“Me encontré exactamente al Jorge Bergoglio con el que me encontraba por la calle en Buenos Aires'', dijo Rubin en declaraciones al canal TN de noticias. “No ha cambiado nada. Es el mismo de siempre. No me encontré con un Papa impostado”.
También lo saludó Alicia Barrios, de cercanía con el Papa, a quien le bendijo una imagen de la Virgen Desatanudos, que Bergoglio le regaló hace tiempo, y el padre Guillermo Ortiz SJ, director de la Misión Jesuita Multimedia y encargado de la Oficina de Promoción para América Latina de Radio Vaticana.
SU ANILLO CARDENALICIO SERÁ DONADO AL MUSEO DE LA CATEDRAL DE BS AS.
ENTRE LAS 132 DELEGACIONES QUE RECIBE, ESTAN 19  LOS REPRESENTANTES ARGENTINOS, LA MÁS GRANDE DE TODAS .
EL PAPA FRANCISCO SE DIRIGIO TELEFONICAMENTE A LOS FIELES QUE ESTABAN EN LA CATEDRAL, DESDE DONDE SE TRANSMITIÓ TODA LA CEREMONIA DEL PONTIFICADO, SE HAN REUNIDO  ALREDEDOR DE 40,000 PERSONAS EN LA PLAZA DE MAYO, CON EL GESTO SOLIDARIO DE UN ALIMENTO  NO PERECEDERO.PARA LOS COMEDORES, QUE GENERALMENTE VISITABA EL PAPA FRANCISCO.PIDIÓ QUE """SE CUIDEN, CUIDEN LA FAMILIA,LOS NIÑOS, LOS VIEJOS, QUE NO SE PELEEN ,QUE NO SE SAQUEN EL CUERO, QUE SE ACERQUEN A DIOS EL ES PADRE, Y QUE LA VIRGEN LO CUIDE,Y PIDIÓ" RECEN POR MI"""", FUERON ALGUNAS DE SUS PALABRAS.Y LOS BENDIJO.
HOY SE LE ENTREGÓ, EL PALIO, DE LANA DE CORDERO QUE SIMBOLIZA EL BUEN PASTOR, EL ANILLO DE PESCADOR CON SAN PEDRO PORTANDO LAS LLAVES Y EL EVANGELIO.
EL PRIMER SANTO QUE VA A PROMOVER ES UN MÁRTIR DE LA DICTADURA EL SACERDOTE CARLOS MURIAS, DEL AÑO 1076.




Tras una larga y expectante vigilia que se llevó a cabo toda la noche tanto en Roma como en Buenos Aires y el resto del mundo, el Papa Francisco encabezó hoy la ceremonia de asunción como el sumo pontífice número 266 de la Iglesia Católica.
En la misa de inicio de su pontificado, Francisco besó el Evangelio y bendijo a la multitud que asistió a la Plaza San Pedro. En el comienzo de su homilía, en italiano, recordó la "feliz coincidencia" con la fiesta de San José, que se celebra hoy.
Ante jefes de Estado y de gobierno de todo el mundo, el Papa pidió a los responsables políticos y sociales que sean custodios de la creación y guardianes del medio ambiente. "Quienes tienes roles de responsabilidad en el ámbito económico, político o social y a todos los hombres de buena voluntad que sean custodios de la creación, del diseño de Dios inscripto en la naturaleza, del otro y del ambiente", señaló.
Además, el ex arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, marcó la línea que tendrá su pontificado. Dijo que el poder del papa es el servicio a los otros, "especialmente a los más pobres, los más débiles, los más pequeños, el hambriento, el sediento, el forastero, el desnudo, el enfermo y el encarcelado".
"Si se respeta el pedido del arzobispo de Buenos Aires Jorge Bergoglio de beatificar a Carlos Murias, el primer santo del papa Francisco será un mártir de la última dictadura militar agentina".
Así comienza una nota de diario italiano La Stampa , escrita por el periodista Paolo Matrolilli, enviado a Buenos Aires tras la elección del nuevo pontífice.
Carlos de Dios Murias era un sacerdote franciscano. En 1976, en La Rioja, fue torturado y brutalmente asesinado.
"La causa para la canonización fue firmada por Bergoglio en mayo de 2011. Lo hizo con discreción para evitar que fuera bloqueada por otros obispos que estaban en contra de iniciativas similares basadas en el compromiso social de los sacerdotes", explicó Carlos Trovarelli, superior de los franciscanos conventuales en la Argentina.
Carlos Murias había nacido en Córdoba en 1945. Su padre, agente inmobiliario y ligado a la política, quería que su hijo fuera militar. Hizo el Liceo Militar, pero cuando terminó, entró al seminario y fue ordenado sacerdote por Enrique Angelelli, obispo de La Rioja.
Murias recaló en el pueblo El Chamizal, en compañía del francés Gabriel Longueville. La misión era fundar una comunidad franciscana. 1976, golpe de Estado, advertencias y amenazas, "la tuya no es la Iglesia en la que creemos».
Murias fue secuestrado el 18 de julio de 1976. Dos días después, su cadáver fue encontrado en medio del campo: le habían sacado los ojos y le habían cortado las manos antes de dispararle. Lo mismo pasó con Longueville. Una semana después, el laico Wenceslao Pedernera, comprometido con la Iglesia y la asistencia a los más necesitados, apareció muerto brutalmente en Chilecito.
Pocas semanas después, Angelelli encontró la muerte en un extraño accidente que hoy la Justicia investiga como posible crimen (Jorge Rafael Videla y Luciano Benjamín Menéndez están procesados como autores mediatos).
Lo sacerdotes Murias y Longueville y el laico Pedernera tres podrían ser las primeras víctimas del terrorismo de Estado en la Argentina con méritos probados para ser declarados santos.

Bergoglio

Según relató el padre Miguel La Civita, cercano colaborador de Angelelli, al diario La Stampa , conoce a Bergoglio de aquella época.
"Lo conocí cuando estudiaba. Pocos días después del homicidio [de Murias] se llevó a nuestros seminaristas y los escondió en el Colegio Máximo de los jesuitas. No son historias que escuché por ahí: lo vi, en primera persona", contó.
"Yo era el prototipo exacto de los que entonces se llamaban «sacerdotes tercermundistas», teología de la liberación. El Colegio Máximo se había convertido en una especie de central para ayudar a los perseguidos: los escondían, preparaban los documentos falsos y los ayudaban a huir al extranjero. Bergoglio estaba convencido de que los militares no habrían tenido el valor de violar el Colegio Máximo", explicó.
La diócesis de La Rioja puso en marcha la causa para la canonización y Bergoglio, entonces cardenal, la firmó inmediatamente. Fue en mayo de 2011. "Bergoglio firmó y nos aconsejó que fuéramos discretos: muchos obispos argentinos, sobre todo los más viejos, se oponen a las causas basadas en el compromiso social. Gracias a su cautela, el proceso ha seguido su curso. Ahora Bergoglio es Papa. La voluntad de Dios hace milagros: sería conmovedor si el primer beato de Francisco fuera Carlos", aseguró..

Francisco se bajó del papamóvil para saludar a un joven discapacitado

En la recorrida por la Plaza San Pedro, Francisco rompió el protocolo para acercarse a la gente que lo saludaba desde el vallado
 

En su camino rumbo a la Santa Sede, tras abandonar la Casa de Santa Marta, minutos antes de iniciar su Pontificado, el papa Francisco recorrió la plaza San Pedro en el tradicional papamóvil , rodeado de custodios, pero sin protección del blindex que habitualmente utilizan los vehículos que transportan al Sumo Pontífice.
En otra muestra más de su poca estructurada personalidad, la que sorprendió al mundo por su estilo, Francisco se bajó del vehículo para saludar a los fieles que no podían acercarse a las gradas cercanas donde pasaba. Así se acercó a un joven discapacitado y le habló durante algunos segundos

Ayer a las 13.15 sonó el teléfono del puesto de diarios que está en Hipólito Yrigoyen casi esquina Bolívar, frente a la Plaza de Mayo. El hombre que estaba a cargo, hijo del dueño, atendió y se dio cuenta de que era una voz conocida.
"Hola, Daniel, habla el cardenal Jorge", le dijeron. "Dale, Mariano, no seas boludo", contestó, pensando que era un amigo que estaba al tanto de que el papa Francisco, cuando era arzobispo de Buenos Aires, compraba el diario ahí. "En serio, soy Jorge Bergoglio, te estoy llamando desde Roma", retrucaron del otro lado de la línea. Y Daniel Del Regno rompió en llanto.
"Entré en shock, me puse a llorar, no sabía qué decirle", contó. "Me agradeció por el tiempo en el que le acercamos el diario LA NACION y me mandó un saludo para la familia", agregó.
"Hablamos de un detalle, que fue que hace un mes, cuando partió, sabíamos del viaje. Las palabras fueron: «Jorge, ¿vas a agarrar la batuta?», y él contestó: «Eso es un fierro caliente, nos vemos en 20 días, vos seguí tirando el diario». Y bueno, después, es historia conocida", relató.
"Le dije que se cuidara, que lo iba extrañar, que le mandaba un beso grande y le pregunté si existía la posibilidad de verlo de vuelta alguna vez. Me dijo que de acá a un tiempo eso va a ser muy complicado, pero que siempre iba a estar presente".
Finalmente, Francisco le pidió a su habitual diariero que rezara por él Fuente: La Nación.com
LA VESTIMENTA:
La Mitra: especie de gorro con dos picos, en la parte superior y dos tiras de la misma tela que cuelgan por la espalda, es un ornamento de honor y símbolo de poder.
Casulla:  capa abierta por ambos lados, es símbolo de caridad.
Anillo de Pescador: se le coloca al iniciar el papado.lleva la imagen de San Pedro pescando en un bote, con el nombre del papa en el reborde, en latín. el Papa lo usa como sello para firmar documentos.El Papa Francisco, lo hizo hacer de plata dorada.
Calzado: usaban zapatos de cuero y de color rojo , que simbolizan la sangre de Cristo y de los mártires, Francisco usa negros, y Juan Pablo II, los usó de color marrón.
Alba: túnica que simboliza la pureza del corazón y el sacerdote lleva al altar.
Báculo: bastón de apoyo, que simboliza la autoridad del pastor que guia su rebaño.