domingo, 20 de octubre de 2013

EN EL DÍA DE LA MADRE, PALABRAS DE DON ORIONE


Durante su visita al Santuario de Itatí (Corrientes, Argentina), el 27 de junio de 1937, Don Orione expresa su amor a María, la Gran Madre. Lo compartimos para celebrar el Día de la Madre en Argentina.
¡María! María Santísima!
¿No eres tú "el segundo nombre"?
¿Hay algún nombre más suave y más invocado
después del nombre del Señor?
¿Hay alguna creatura humana,
alguna mujer, alguna madre más grande,
más santa, más piadosa?
Nuestras madres pasan, mueren;
María, Madre de nuestras madres,
es la gran Madre que no muere.
Han pasado veinte siglos,
y está hoy más viva
que cuando cantó el Magnificat
y profetizó que todas las generaciones
la llamarían bienaventurada.
María perdura, vive y permanece,
porque Dios quiere que todas las generaciones
la sientan y tengan como Madre.
María es la gran Madre
que resplandece de gloria y de amor
en el horizonte del cristianismo;
es guía y consuelo para cada uno de nosotros:
es Madre poderosa y misericordiosísima
para todos los que la llaman e invocan.
Es la Madre misericordiosa y santísima
que siempre escucha los gemidos del que sufre,
siempre dispuesta a escuchar nuestras súplicas.
Es Dios quien la hizo tan grande:
“el Todopoderoso he hecho en mí grandes cosas” [Luc 1, 49]
y la hizo grande porque la vio tan humilde,
“El miró con bondad la pequeñez de tu servidora” [Luc 1, 48]
y la hizo grande,
llena de gracia,
bendita entre todas las mujeres,
toda pura e inmaculada,
porque la eligió por Madre,
y, como tal, quiere que sea honrada
por sobre toda la creación.
Y el honor rendido a Ella
sube hasta su Hijo, el hombre-Dios,
Jesús, nuestro Señor.
Esta es nuestra fe en María, nuestro culto
y nuestro dulcísimo amor
a la Virgen Santa, a la Madre de Dios
Nosotros vamos a Jesús por María.
Los pastores buscaron a Jesús,
y lo encontraron en los brazos de María.
Los Reyes Magos vinieron desde una región lejana
buscando al Mesías,
y lo adoraron en los brazos de María.
Y nosotros, pobres pecadores,
¿dónde podremos encontrar ahora y siempre a Jesús?
¡Hijos míos, lo encontraremos y adoraremos
en los brazos y en el corazón de María!
Informe: P. Facundo Mela

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