El
amor recíproco entre Don Orione y el pueblo
argentino se traduce en innumerables gestos
de bondad y solidaridad que el mismo Don
Orione y los suyos convierten en obras para
los niños, los jóvenes y los más débiles
de nuestra patria.
El
mensaje de Don Orione es una invitación a
mirar la realidad para transformarla con la
caridad. Una caridad que se realiza no como
paliativo asistencial, sino como promoción
de justicia, de dignidad humana y de salvación
integral del hombre y de la sociedad.
“Tenemos
que ser santos, pero no tales que nuestra
santidad pertenezca sólo al culto de los
fieles o quede sólo en la Iglesia, sino que
trascienda y proyecte sobre la sociedad
tanto esplendor de luz, tanta vida de amor a
Dios y a los hombres que más que ser santos
de la Iglesia seamos santos del pueblo y de
la salvación social”, afirmaba Don
Orione.
Hoy,
sus obras y su mensaje reafirman la vigencia
de un testimonio que sigue anunciando que la
vida sólo es tal cuando se comparte
solidariamente con el prójimo,
especialmente con aquel más necesitado y
abandonado, pues en él ‘brilla la imagen
de Dios’.
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