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EN SU VISITA A BARRANQUERAS, EL SUPERIOR PROVINCIAL P. GUSTAVO AIME Y NUESTRO PÁRROCO P. DAVID PENZOTTI |
Servidores consagrados del Reino de los Cielos
Queridos lectores: Es la primera vez que les escribo como Superior
Provincial de la Obra Don Orione. Lo hago con mucho cariño pensando en
cada uno de ustedes, que tendrán entre sus manos estas páginas desde las
que comenzamos a celebrar los 80 años del Pequeño Cottolengo Don Orione
de Claypole; 80 años de fidelidad a esta misión sublime de servir a
Dios en los más desamparados de nuestra sociedad.
El Pequeño Cottolengo es una expresión visible del Reino de los
Cielos. Al atravesar el umbral del mismo nos encontramos con un numeroso
grupo de personas que a diario se ponen al servicio de los
desamparados. Me refiero a los religiosos, profesionales, empleados y
voluntarios que, al atender con esmero y competencia las necesidades de
los residentes, se transforman en testigos vivos de que es posible
seguir a Cristo en la entrega incondicional en el servicio de los demás.
De igual manera, en muchas oportunidades hemos podido observar escenas
conmovedoras de servicio mutuo entre los mismos residentes.
Las escuelas también se transforman en una expresión visible del
Reino de los Cielos cuando quienes trabajan en ella comprenden que su
misión principal es estar al servicio del desarrollo de los alumnos. Don
Orione les escribía desde Victoria a sus educadores de Brasil
diciéndoles: “el que enseña obtendrá tan feliz resultado, si hace
agradable (jamás pesada) la enseñanza, conduciendo a sus alumnos como la
madre que conduce de la mano a sus hijos”.
El educador en su búsqueda por lo verdadero, lo bello y lo bueno se
deja interpelar por la realidad en la que vive y busca, con el corazón
puesto en el evangelio, los mejores caminos para transmitir esta verdad,
belleza y bondad a sus alumnos. Si lleva adelante esta tarea impulsado
por el espíritu del Evangelio entonces se preocupará de enseñar con su
palabra, pero sobre todo lo hará con su propio ejemplo. Sé que en
nuestras más de veinte unidades educativas hay muchos docentes que
asumieron este desafío de ponerse al servicio del crecimiento de sus
alumnos enseñando con sus palabras y, sobre todo, con su propio ejemplo
de vida. De esta manera cada uno de ellos hace crecer el Reino de los
Cielos en el aula y junto a sus alumnos.
La Vida Consagrada está llamada a ser una expresión visible de este
Reino de los Cielos. Los consagrados hacemos realidad este Reino cuando
con alegría nos ponemos al servicio de nuestros hermanos.
Permanentemente el Papa nos invita a “ir a las periferias
existenciales”. Como Hijos de Don Orione lo hacemos a través de las
distintas obras de caridad en las que estamos presentes.
Cuando el 14 de marzo vivimos la alegría como Familia Orionita de
acompañar a cuatro hermanos nuestros que recibieron la ordenación
diaconal, resonaron en nosotros las palabras de Jesús: “La cosecha es
abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los
sembrados que envíe trabajadores para la cosecha”. Ojala que la lectura
de estas páginas mueva el corazón de jóvenes que deseosos de ponerse al
servicio de sus hermanos se animen a responder al llamado del Señor para
transformarse en “operarios” de este Reino de los Cielos iniciado por
Nuestro Señor Jesucristo.
Queridos lectores, imploro la bendición de Dios sobre cada uno de
ustedes, sobre sus familias y los invito a que este año en el que
celebramos el año de la Vida Consagrada pidamos con mayor insistencia
“al dueño de los sembrados que envíe operarios para la cosecha”.
¡Feliz Pascua de Resurrección!
P. Gustavo Aime Superior Provincial
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