San
Francisco Javier nació en el Castillo de Javier (Navarra, España) el 7
de abril de 1506. Estudió en la Universidad de París, donde conoció a
los estudiantes y futuros santos Pedro Fabro e Ignacio de Loyola,
quienes influyeron de manera decisiva en Francisco Javier. A mediados
de 1530 consiguió el título de maestro en filosofía.
El
15 de agosto de 1534, Francisco Javier y otros seis jóvenes
estudiantes, bajo la guía de Ignacio de Loyola, emitieron tres votos:
peregrinar a Tierra Santa y servir a Jesucristo en castidad y pobreza.
El
24 de junio de 1537 recibió en la Ciudad Eterna la ordenación
sacerdotal. En Vicenza celebró su primera Misa. Ante la imposibilidad de
peregrinar a Tierra Santa, ejerció los ministerios sacerdotales en
Vicenza, Bolonia y Roma, e incluso participó en los encuentros previos a
la aprobación oral (3-9-1539) y escrita (27-9-1540) de la Compañía de
Jesús por el Papa Pablo III.
En
sus años de vida misionera, San Francisco Javier aprendió diversas
lenguas, tradujo las verdades fundamentales de la fe a varios idiomas
locales, catequizó a niños, jóvenes y adultos, preparó a toda clase de
gentes para recibir los sacramentos, instruyó a los catequistas y
colaboradores, visitó a los enfermos, llevó a cabo una eficiente
pastoral vocacional.
Falleció
a la edad de 46 años, durante la noche del 2 al 3 de diciembre de
1552. En la capilla del castillo de Javier, su casa natal, todavía hoy
puede verse un antiguo Cristo de madera de nogal; la tradición dice que
este Cristo sudó sangre el día que murió San Francisco Javier frente a
las costas de China.
Años
más tarde, sus compañeros de la congregación quisieron llevar sus
restos a Goa, y encontraron su cuerpo incorrupto; se conserva así hasta
nuestros días. Fue canonizado por Gregorio XV el 12 de marzo 1622. En
1927 fue declarado patrono de todas las misiones.
reliquia en al iglesia del Gesú en Roma brazo derecho desde el codo hasta la mano
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