Oración para implorar los Dones del Espíritu Santo
1.
Venid, oh Espíritu Santo, y concedednos el don de la SABIDURÍA, que
dándonos a conocer la verdadera dicha, nos separe de las cosas del
mundo y nos haga gustar y amar los bienes celestiales.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Amén.
2.
Venid, os Espíritu Santo, y concedednos el don del ENTENDIMIENTO, para
que más fácilmente conozcamos y penetremos las verdades y misterios de
nuestra Santa Religión.
Gloria al Padre, etcétera.
3.
Venid, oh Espíritu Santo, y concedednos el don del CONSEJO, que nos
haga elegir en todo momento lo que contribuya más a la gloria de Dios y
a nuestra propia santificación.
Gloria al Padre, etcétera.
4.
Venid, oh Espíritu Santo, y concedednos el don de la FORTALEZA, que
haciéndonos superar todos los obstáculos que se oponen a nuestra
salvación, nos una tan íntimamente a Dios nuestro Señor que nada, ni
nadie, pueda separarnos de Él.
Gloria al Padre, etcétera.
5.
Venid, oh Espíritu Santo, y concedednos el don de la CIENCIA, que nos
dé el perfecto conocimiento de Dios y de nosotros mismos y de los
medios que debemos poner en práctica y los peligros que debemos evitar
para llegar al cielo.
Gloria al Padre, etcétera.
6.
Venid, oh Espíritu Santo, y concedednos el don de la PIEDAD, que nos
conduzca a cumplir con facilidad todo lo que sea del servicio de Dios y
nos haga encontrar siempre dulce y ligero el yugo del Señor.
Gloria al Padre, etcétera.
7.
Venid, oh Espíritu Santo, y concedednos el don del TEMOR DE DIOS, que
nos haga evitar con el mayor cuidado en todos los instantes de nuestra
vida, todo lo que pueda desagradar a nuestro Padre Celestial.
Gloria al Padre, etcétera.
Venid,
oh Santo Espíritu Consolador, Padre de los pobres, dulce Esposo y
suave refrigerio de las almas; venid y enriquecednos con las
misericordias de vuestros siete dones, y danos con ellos vuestros
preciosos frutos, a fin de que con vuestra divina asistencia guardemos
puro nuestro corazón en la tierra y merezcamos después ver a Dios
eternamente en el cielo. Así os lo pedimos por Cristo Señor nuestro que
con Vos y el Eterno Padre vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.
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