miércoles, 29 de noviembre de 2017
sábado, 25 de noviembre de 2017
miércoles, 22 de noviembre de 2017
DIA DE LA MÚSICA, RECORDAMOS A DON LORENZO PEROSI
Lorenzo Perosi nació en Tortona, Italia, el 21 de diciembre
de 1872 y murió en Roma, Italia, el 12 de octubre de 1956. Eclesiástico y
compositor.
Su padre, Giuseppe Perosi, uno de los músicos de iglesia más
prominentes de Italia, fue maestro de capilla de la catedral de Tortona, y
quien le impartió las primeras lecciones de música. Sus ancestros desde dos
siglos atrás se habían dedicado a la música. El 6 de marzo de 1887 ingresó como terciario
franciscano.
En 1888 aprobó el examen de evaluación del Liceo Musicale di Santa
Cecilia, en la actualidad la Accademia di Santa Cecilia de Roma y comenzó a
seguir un curso por correspondencia con el Conservatorio de Milán. A los 18
años accedió al puesto de organista y maestro de canto en la Abadía de
Montecassino, donde pudo cultivar su amor por el canto gregoriano y profundizar
en su conocimiento. En 1891 dejó sus cargos por motivos de salud.
En 1892 se diplomó en la escuela de contrapunto del
Conservatorio de Milán y después se trasladó a Ratisbona para continuar sus
estudios con Franz Xaver Haberl, el fundador de la Kirchenmusikschule, que le
ofreció una cátedra, que no aceptó y volvió a Italia. En 1893 fue nombrado
maestro de capilla en Imola, donde comenzó a publicar sus primeras obras. En
1894 se hizo cargo de la Cappella Marciana, coro de la Basílica de San Marcos
de Venecia.
Entre los antepasados de
Perosi originarios del alto Lodigiano, hay muchos músicos: en 1787
Giuseppe Perosi fue organista en la parroquia de Lodigiano, y siguió Antonio
Perosi en 1826 y en 1832 Dionigi Perosi, el abuelo de Lorenzo, luego se mudó a
Mede Lomellina. Fue su padre Giuseppe, maestro de capilla de la catedral de
Tortona con quien estudió, para inculcar la pasión por la música para él y los
otros cinco hijos (incluyendo el compositor de Marziano y el cardenal Carlo).
El 6 de marzo de 1887 Lorenzo se convirtió en un terciario franciscano. En 1888
completó una evaluación en el Liceo
Musical di Santa Cecilia de Roma actual
Academia Nacional de Santa Cecilia, y comenzó a seguir un curso de estudios por
correspondencia en el Conservatorio de Milán.
A los 18 años se convirtió en organista y compositor de la
Abadía de Montecassino, que dejará en 1891 por razones de salud. Al año
siguiente se graduó en el Conservatorio
de Milán y posteriormente estudió en Ratisbona. En diciembre de 1893 se
convirtió en maestro de capilla en Imola y en 1894 fue el director de la
"Capilla Marciana" (la capilla
de la Basílica de San Marcos) en Venecia. "Mi carrera comenzó en
Imola", dijo Perosi, quien comenzó a publicar sus primeras obras en esa
ciudad. Después continuó sus estudios de seminaristas, durante los cuales conoció a Don
Orione, convirtiéndose en amigo, fue ordenado sacerdote en 1895.
En 1898, el Papa León XIII nominó a Perosi Director perpetuo
de la Pontificia Capilla Sixtina, el último coro de voces blancas compuesto por
cantantes . Perosi cubrió este papel hasta su muerte, con el prof. Antonio
Comandini como Director Pro Tempore. Contrariamente a los cantantes de canto,
introdujo cantantes de coro en el coro, expulsando a los pequeños cantantes de
la multitud, uniéndose a los falsetistas que ya formaban parte del coro.
También en 1898 compuso la primera Pasión según San Marcos;
otros oradores aparecieron en rápida sucesión. La fama de Perosi en este
momento era inaudita, por lo que los críticos acuñaron el término "The
Moment Perosian". Además de su reputación entre las masas, Perosi gozaba
del respeto de muchos compositores importantes, incluyendo Puccini, Mascagni,
Boito, Massenet, Guilmant, también [3] Janáček.
En 1903 comenzó a sufrir trastornos nerviosos, que se
agregaron en los años de la persecución. En 1908, tras la muerte de su padre,
pasó por una profunda crisis (durante el cual repudió toda la música compuesta
hasta entonces) que lo llevó - en el consejo de los médicos - para pasar un
período en el Bandino, cerca de Florencia.
En 1910 mejoró su salud, lo que le permitió reanudar sus
actividades por completo, pero una nueva crisis en 1913 lo trajo de nuevo para
sentir que "superaba" sus obras; la dirección de la Capilla Sixtina
fue asumida interminablemente, en períodos de enfermedad aguda, por el Hermano
Marziano y por Monseñor Raffaele Casimiri. En 1922 pasó por una crisis
espiritual y religiosa, agravada por la muerte de su madre, temiendo que
pudiera destruir sus manuscritos, fue declarado prohibido por una sentencia del
Tribunal de Roma, a petición de los hermanos asistida por el abogado Adriano
Belli. Al año siguiente comenzó a observar un régimen estrictamente
vegetariano, firmó con "Piero Piolti, el vegetariano" y deseaba una
reforma del calendario.
Su salud, sin embargo, no le impidió de componer y dirigir,
como ocurrió, por ejemplo, al 19 de enero de 1925, presentar los Reales, en la
Iglesia de Santa María de los Ángeles en Roma dirigió la masa oficial funeral
en memoria de Giacomo Puccini, que murió en noviembre de 1924. en 1930 se
revocó el decreto de interdicción y a propuesta de Pietro Mascagni, fue
nombrado Académico de Italia; tres años más tarde, la dirección activa de la
Capilla Sixtina se hizo cargo y en 1936 el Papa Pío XI nuevamente le concedió
permiso para celebrar la Misa.
En abril de 1946, en el Congreso de Democracia Cristiana en
Roma, compuso el himno oficial de DC.
Comenzó un largo período de ferviente actividad que lo llevó
a dirigir la Radio italiana y Radio Vaticano y vio sus composiciones
interpretadas en los principales teatros nacionales e internacionales. En marzo
de 1954 se vio afectado por disturbios circulatorios y sus condiciones de salud
se deterioraron progresivamente. El 12 de marzo de 1955, en el aniversario de
la coronación de Pío XII, dirigió por última vez una ejecución a la Capilla
Sixtina y el 12 de octubre de 1956 murió a la edad de 84 años.
sábado, 18 de noviembre de 2017
viernes, 17 de noviembre de 2017
viernes, 10 de noviembre de 2017
miércoles, 8 de noviembre de 2017
CARTA DEL SUPERIOR GENERAL FDP, TARCISIO VIEIRA , POR LA JORNADA MUNDIAL DEL POBRE 2017
Roma, 3 de noviembre de
2017
Objeto:
Jornada Mundial del Pobre 2017
Queridos cohermanos y laicos
orionitas,
El Papa Francisco nos ha
sorprendido de nuevo. Lo había hecho tantas veces al proponer iniciativas
siempre nuevas y lo ha hecho otra vez proponiendo la “Jornada Mundial del Pobre”.
Estamos acostumbrados a escuchar
sus palabras que nos invitan a andar a las periferias, a hacerse cargo de los más
pobres, de los más marginados; lo hemos visto también actuar, como cuando hizo
abrir duchas en la columnata de San Pedro para las personas en situación de
calle, cuando compartió la mesa con los encarcelados, cuando visito por
sorpresa a los discapacitados. Francisco es un maestro para unir la teoría con
la práctica, en el hacer que las palabras sean simples de comprender y que
sobre todo se traduzcan en realidades concretas.
El Papa Francisco ha invitado a todos
los cristianos y a todo el mundo a celebrar una jornada para los que no pueden
celebrar. Lo ha hecho tomando inspiración en las palabras de la primera Carta
de San Juan «Hijos míos, no amemos de
palabra y de boca, sino de verdad y con obras» (1 Jn 3,18).
Somos seguidores de Cristo, nos recuerda el Papa, y entonces debemos hacer nuestro
su ejemplo. En efecto, como dice también San Juan Dios nos amó primero (cf. 1
Jn 4,10.19); y nos amó dando todo, incluso su propia vida
(cf. 1 Jn 3,16). Un amor así no puede quedar sin respuesta.
Aunque se dio de manera unilateral, es decir, sin pedir nada a cambio, sin
embargo inflama de tal manera el corazón que cualquier persona se siente
impulsada a corresponder, a pesar de sus limitaciones y pecados.
Quisimos a propósito dar un poco
de espacio a las palabras del Santo Padre tomadas de la introducción de la
Carta con la cual convocaba a la Jornada Mundial del Pobre, que se celebrará
todos los años el domingo previo a la Solemnidad de Cristo Rey.
Queridos hermanos, permítanme
decir que le Papa es orionita, o si
se prefiere Don Orione es papalino,
porque todos los desafíos que Francisco nos está proponiendo, Don Orione los
había ya expresado 100 años antes. Por eso los invito a vivir a fondo esta
jornada, con espíritu “orionita” y “papalino”.
Creemos que no es una simple
coincidencia que este año la jornada del pobre caiga en la vigilia de nuestra
fiesta patronal: Madre de la Divina Providencia. El Papa, esto tal vez no lo
sepa, pero nosotros sí, y qué mejor ocasión podríamos tener para festejar, en
comunión con el Santo Padre, a nuestra Patrona que es quien hace cosas
concretas para sus “pobres” hijos?
Por eso queremos invitarlos a un suplemento extra de amor para aquel
día, para testimoniar una vez más que “solo la caridad salvará al mundo”. Cada
una de nuestras comunidades religiosas y cada grupo laical sabrá dar una
respuesta generosa y concreta al pedido del Santo Padre.
Como nos recomienda el Papa,
hagamos que nuestros gestos no sean fruto de un esfuerzo mayor y tampoco de
algo muy bien organizado, más bien que sea el fruto de un sentirse inundado y
provocado por el Amor de Cristo que desde nuestro interior nos estimula. Por
eso, que la fiesta sea preparada sobre todo con la oración, la prueba de
nuestro modo de ser “Hijos de la Divina Providencia“ y la renovación de nuestra
donación como “Siervos de Cristo y de los Pobres”.
La semana anterior a esta jornada,
coincide con nuestro Congreso sobre las misiones (cuánto trabajo se hace por los
pobres del mundo!) y también el encuentro de Administradores (instrumento indispensable
para un servicio verdadero y duradero para los pobres). Además, justo el 19 de
noviembre, 5 Hijos de la Divina Providencia, provenientes de distintas naciones
del mundo orionita, serán ordenados Diáconos en Tortona, junto al cuerpo de Don
Orione. Que tal evento sea para los clérigos y para todos nosotros un recordatorio
de que el sentido de nuestra vida
orionita es “diaconal”, o sea “para servir a Cristo en los pobres”.
Concluimos con la recomendación
final del Papa Francisco: “es mi deseo
que las comunidades cristianas, en la semana anterior a la Jornada Mundial de los Pobres, que
este año será el 19 de noviembre, Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario, se
comprometan a organizar diversos momentos de encuentro y de amistad, de
solidaridad y de ayuda concreta”
Dios bendiga todo lo bueno que
puedan hacer,
Fraternalmente,
P. Oreste Ferrari
Vicario general
P. Tarcisio G. Vieira FDP
Director
general