Adviento: tiempo para despertar del sueño de la indiferencia
El mal y
el pecado provienen del hecho de que los individuos y los grupos
sociales prefieren seguir caminos dictados por intereses egoístas. Lo
recordó el Papa Francisco antes de rezar el Ángelus del primer domingo
de Adviento. También dijo que “velar no significa tener los ojos
materialmente abiertos, sino tener el corazón libre y orientado en la
dirección correcta, es decir, dispuesto a donar y a servir”
Hacia el final de su reflexión Francisco afirmó que “la espera de
Jesús que viene debe traducirse, por lo tanto, en un compromiso de
vigilancia”. Vigilancia que también significa “estar atentos a nuestro
prójimo en dificultad, a dejarnos interpelar por sus necesidades, sin
esperar que él o ella nos pida ayuda, sino aprendiendo a prevenir, a
anticipar, como Dios siempre hace con nosotros”.
Y concluyó invocando a María, “la Virgen vigilante y Madre de la esperanza”, a fin de que “nos guíe en este camino, ayudándonos a dirigir nuestra mirada hacia la montaña del Señor, imagen de Jesucristo, que atrae a todos los hombres y a todos los pueblos hacia sí”.
Adviento: tiempo propicio para acoger a Jesús
Tras recordar que el Adviento es el tiempo propicio para acoger la venida de Jesús, que viene como mensajero de paz para indicarnos los caminos de Dios, el Santo Padre Francisco afirmó que , “Jesús nos exhorta a estar preparados para su venida”. Y dijo que “velar no significa tener los ojos materialmente abiertos, sino tener el corazón libre y orientado en la dirección correcta, es decir, dispuesto a donar y a servir”. Por esta razón añadió:Compromiso de vigilancia
Y concluyó invocando a María, “la Virgen vigilante y Madre de la esperanza”, a fin de que “nos guíe en este camino, ayudándonos a dirigir nuestra mirada hacia la montaña del Señor, imagen de Jesucristo, que atrae a todos los hombres y a todos los pueblos hacia sí”.