martes, 28 de marzo de 2023

29 MARZO, INAUGURACIÓN PARROQUIA SAN JUAN EVANGELISTA Y COLEGIO BONNEO



29 DE MARZO DE 1936  El P. Orione en Rosario para la inauguración del Colegio Boneo y la Parroquia de San Juan Evangelista....
Diario P. Zanocchi; Dutto, pág. 114.
Don Orione en la Catedral de Rosario, consagra el Colegio Boneo y la futura parroquia San Juan Evangelista a la Virgen del Rosario, patrona de la ciudad de Rosario
Cfr. Carta escrita al día siguiente.


San Luis Orione, quien decía que "nosotros debemos amar mucho, en Jesucristo, a las almas santas de los niños... Debemos ver en ellos la imagen de Dios, los más queridos por el corazón de Jesús. Amarlos a todos, sin excepción alguna, amándolos no por su ingenio, ni por su perspicacia o memoria, ni porque tengan modales educados o voz simpática, ni porque sean hijos de una familia amiga o de mejores condiciones económicas, no por el semblante o por la punta de la nariz más o menos aguileña. Nosotros los debemos amar porque en ellos vemos y amamos a Jesucristo".(homilía Monseñor Mollaghan 20 nov 2006, centenario del colegio Boneo) Fuente Aica
El colegio Boneo fue fundado en Rosario provincia de Santa Fe, el día 19 de diciembre de 1906.
En el período de la primera posguerra, un acontecimiento relacionado con monseñor Boneo generó inconvenientes en las relaciones entre el gobierno argentino y el de la Santa Sede.
En 1924, el nuncio comunicó que la Santa Sede había nombrado como administrador apostólico de la arquidiócesis de Buenos Aires a monseñor Juan Agustín Boneo, obispo de Santa Fe. El canciller del gobierno de Alvear, Angel Gallardo, comunicó a Boneo que, tratándose de un cargo que se ejerce en el territorio de la República, la documentación correspondiente debía ser previamente sometida a consideración de las autoridades nacionales. Comenzó así una nueva pugna por jurisdicciones y atribuciones de poder entre el gobierno argentino y las de la Iglesia local y la Santa Sede, pues monseñor Boneo se negó a presentar la documentación exigida por las autoridades nacionales. Boneo argumentó que ninguna ley ni disposición constitucional le obligaba a presentar previamente al gobierno el nombramiento del papa. Ante esta postura, el Poder Ejecutivo requirió el dictamen del procurador de la Nación, quien insistió en la presentación de los documentos.
Monseñor Boneo decidió acatar la disposición del procurador y presentar la documentación a la Corte Suprema. El alto tribunal encontró que la documentación no llenaba los requerimientos legales y afectaba el derecho de patronato del Estado argentino, por cuanto el nombramiento de Boneo había sido realizado por el mismo Papa en violación del artículo 68, inciso 8, de la Constitución de 1853. Con estos argumentos, por sentencia dictada en febrero de 1925, la Corte Suprema decidió no conceder la autorización para la designación de Boneo como administrador apostólico de la arquidiócesis de Buenos Aires. Finalmente, el 17 del mismo mes, el presidente Alvear retuvo la documentación que contenía la designación de Boneo, en otras palabras, decidió que en ese momento el Vaticano no podía nombrar vicario apostólico para gobernar a los obispos argentinos
En Santa Fe, a principios del siglo XX, el barrio Refinería de Rosario (así llamado por encontrarse instalada una refinería de azúcar, actividad que dio trabajo a gran cantidad de nativos e inmigrantes radicados en la zona) formaba una miniciudad aparte, debido a su gran actividad portuaria, ferroviaria e industrial. La vida precaria, los conventillos, las grandes concentraciones de hombres y mujeres de distintas partes del mundo hicieron que un lugar con gran actividad necesitara imprescindiblemente de un establecimiento educativo.
El primer obispo de la provincia, monseñor Juan A. Boneo, creó la escuelita San José el día 19 de diciembre de 1906 para ayudar a los viejos obreros del barrio.
Luego, la escuela pasó a llamarse “San Juan Bautista de La Salle”, ya que fueron sus discípulos quienes tomaron la responsabilidad de educar a los alumnos ofreciéndoles un plan de vida
Cuando el mundo tambaleaba en la crisis económica globalizada de los años 30, el Estado dejó de cumplir sus compromisos con el colegio y se cortaron los aportes a la educación.
Mientras el mundo vivía en plena incertidumbre, la Sociedad de Damas asumió la cooperadora con la misión de evitar el cierre definitivo de la institución, acompañando a los hermanos lasallanos hasta 1936 .Luego de varios años de presencia de los lasallanos, y ante la posibilidad de que se perdiera la continuidad de la enseñanza en el colegio, monseñor Caggiano encargó a don Orione la benemérita tarea de hacerse cargo a de la escuela y de la parroquia
A partir del año 1936, la escuela gratuita de varones pasó a llamarse obispo Juan Agustín Boneo, en homenaje a quien tanto trabajara por la educación de los niños carenciados de la zona.
El Obispado de Rosario donó a la congregación el edificio y el terreno donde se encuentran emplazadas la escuela y la parroquia.
La gran obra educadora realizada en los primeros años (1936 a 1947) se debió al dinamismo y emprendimiento de un sacerdote que no descansó un solo momento, ofreciendo ejemplos de dedicación, entusiasmo y laboriosidad. Todo el barrio Refinería recuerda con cariño la figura señera del padre Miguel Tiburzio, hombre generoso de costumbres sencillas que supo trabajar y recrearse junto con los más humildes a quien muchos recuerdan aún con su sotana recogida acarreando ladrillos para las obras o jugando un partido de fútbol en el terreno conocido como la canchita
Por la historia inscripta en las aulas del colegio Boneo, sirva el presente como profundo homenaje. Fuente: Proyecto Declaración Carlos Reutemann

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