.San Pío X fue sin duda el
Papa más determinante en la vida de don Orione, que decía: «El Santo Padre Pío
X será siempre nuestro Sumo Benefactor, nuestro Papa» (Scritti, 82, p. 98). Al
subir al solio en 1903, el patriarca Giuseppe Sarto eligió el lema “Instaurare
omnia in Christo”, que don Orione había elegido para su Congregación hacía diez
años. Esta fortuita coincidencia era señal de la afinidad espiritual de estas
dos grandes almas y tomará cuerpo en la sucesiva historia de sus relaciones.
Sería largo enumerar los servicios que
don Orione prestó a Pío X y las demostraciones de confianza y afecto de Pío X para con don Orione. Después
de esa audiencia se instauró entre el Santo Padre y el joven sacerdote tortonés
un relación de confianza a prueba de bombas. Don Orione aceptó sin vacilar
mínimamente las incumbencias, a menudo delicadas y difíciles, que le dio Pío X,
como la de vicario general plenipotenciario de la diócesis de Messina en los
cuatro turbulentos años que siguieron al terremoto de 1908, o la de continuar
la acción del Pontífice respecto a los modernistas, a menudo severa en nombre
de la verdad, pero siempre rebosante de caridad fraternal. Por este acuerdo recto, leal y discreto,
que se estableció entre los dos santos, don Orione se encontró en situaciones
personales llenas de dificultades e incomprensiones. «¡Es un mártir!», dijo Pío
X de don Orione al final del periodo pasado en Messina (Summarium, p. 524). Es
significativo otro episodio de leyenda, pero verdadero y dramático.
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