Una Obra pregonada por Don Orione en el lejano 1936.
“Es el 28 de Enero y faltan solamente dos horas a mi salida para Chile… Voy a
difundir el Cottolengo por el mundo” (28-01-1936). Una vez en nuestro país afirma: “La Divina
Providencia abrirá luego, también aquí, un Pequeño Cottolengo chileno”
(02-02-1936).
Tuvieron que pasar más de tres décadas antes de concretar
el deseo del Fundador.
El religioso que toma la iniciativa es el Padre José
Aureli. El 30 de Agosto de 1966
convoca a una conferencia de prensa en un lugar céntrico de Santiago, frente al
afamado Café Haití, (se expendía solamente café express que se tomaba de pie
mientras se acordaban importantes decisiones administrativas; no habían
asientos: un lugar de encuentros de hombres de negocio) exactamente el “Café do
Brasil”, a mitad de la primera cuadra del paseo Ahumada, donde actualmente se
ubica la Tienda Falabella.
Atraídos por la novedad concurrieron representantes de
muchos medios de comunicación, visuales, orales y escritos. La invitación
estaba dirigida esencialmente a las personas de clase media/alta que tuvieran
en su parentesco, niños con discapacidad intelectual.
Padre Aureli habló a los presentes de la Divina
Providencia y les mostró algunas fotos de la Escuela Básica e Industrial de Los
Cerillos. Concluyó su alocución invitando a los presentes a firmar un
“Compromiso de
honor”.
“El Señor (a)………. voluntaria e irrevocablemente, con
la seguridad plena y moral que el Pequeño Cottolengo chileno de Don Orione
recibirá, después que haya sido construido en Los Cerrillos, reservándole una
cama en el Pabellón pensionado o pabellón común, en pieza de cuatro camas, a su
pupilo, y que le prestará toda la atención del caso, contribuyendo por esto, en
lo que pueda, se compromete de donar hoy el valor de quince mil pesos, en
cuotas mensuales o semestrales de $ ….. para adelantar la construcción.
El Pequeño Cottolengo Chileno, a su vez, se
compromete, una vez recibido el dinero donado para la construcción, a reservar,
por justicia, una cama a su pupilo, prestándole los cuidados del caso, por los
cuales el apoderado contribuirá en lo que pueda”.
Seguía la firma del Padre y del Contribuyente con la
fecha respectiva.
El llamado del Padre Aureli tuvo una inmediata y
positiva respuesta, tanto que tres meses más tarde, el 20 de diciembre de 1966,
aniversario de las bodas sacerdotales del padre José Zambarbieri, se pudo poner
la primera piedra, bendecida por el Cardenal Raúl Silva Henríquez. Hubo
participación de numeroso público y muchas autoridades: el Nuncio Apostólico,
la esposa del Ministro del Interior, el embajador de Italia, el Ministro de
Salud y el embajador de Estados Unidos. En 1969, Padre José Aureli colocó la primera
Piedra del Pequeño Cottolengo, en Santiago, ... a cargo de esta obra es el padre Felipe
Valenzuela..
La inauguración de los primeros pabellones del Pequeño
Cottolengo se pudo realizar tres años más tarde. De la sencilla ceremonia que
dio vida oficial a esta Obra de Caridad, nos da cuenta en su Diario personal,
el Padre Tomás Roggia.
“Día 18 de Abril de 1970 – 17,30 horas. Los Religiosos
orionitas se reúnen en el Cottolengo, invitados a participar en su
inauguración. Esta reducida inauguración (sólo el Sector Sur) tenía como
finalidad permitir a la Directiva de las Damas Diplomáticas hacer entrega del
local realizado con sus aportes, ante de la elección de la nueva directiva.
En el hall del Sector Sur (pabellón de Fátima), Padre
Aureli presenta y explica la finalidad del acto. El Superior General, Padre
Giuseppe Zambarbieri, bendice dicho Pabellón Sur. Siguen algunas palabras de la
señora Embajadora de Paraguay, Presidenta de la Directiva saliente.
Habla también Don Zambarbieri, poniendo de relieve la
importancia del acto y destacando la actividad caritativa de Don Orione. Se
sirve un cocktail y todo termina. En el pabellón recién inaugurado hay dos
enfermos: uno se llama Alex y el otro Poncho”.
Al margen de la escueta información se puede añadir
que en el transcurso de la ceremonia faltó la corriente eléctrica, lo que
inhabilitó la amplificación; pero eso no fue obstáculo para que las pocas
decenas de personas presentes pudiesen escuchar las palabras de los
oradores.
La razón más
inmediata de este sorpresivo adelanto, posiblemente se debe a la circunstancial
presencia del Padre Zambarbieri, Superior General, y más, al hecho todavía
desconocido por la comunidad, que Padre Aureli había sido designado Superior de
los religiosos en Uruguay y unos meses
más tarde habría tenido que trasladarse a ese país.
Junto con el Pabellón “Nuestra Señora de Fátima” se
bendijo también el Pabellón Central, que fue el primero en ser levantado. El
Pabellón San Luís estaba a medio construir. Su inauguración se realizó el 12 de
Marzo de 1971 a las 11,00 hs.
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