1925: Don Orione, junto con un grupo de sacerdotes de la "Pequeña Obra de la Divina Providencia", fue recibido en audiencia por Pío XI.
La relación de don Orione con Pío XI fue aún más plena de audiencias, coloquios e informes sobre misiones confidenciales y delicadas, intensificadas por la confianza que lo unía al cardenal Pietro Gasparri, Secretario de Estado. Por ejemplo, sólo recientemente los archivos han dado a conocer el papel decisivo y discreto del santo tortonés para poner en claro la historia de san Pío de Pietrelcina. Al final de una difícil mediación de don Orione para evitar una iniciativa que podía menoscabar el prestigio de la Santa Sede, Pío XI no dudó en comentar en una audiencia: «Don Orione ha sudado sangre, pero ha dado consuelo al Papa» (Summarium, p. 894).
La razón unificante de muchos episodios y acciones que ven a don Orione al lado de Pío XI es la voluntad de favorecer el prestigio y la centralidad del papado, condición para que se afirme una auténtica catolicidad eclesial, fuerza de cohesión del universalismo, el único que habría podido valorizar el genio de los pueblos salvándolos de las crecientes tentaciones nacionalistas.
En este marco hay que ver las significativas y eficaces intervenciones de don Orione para desbloquear las negociaciones que llevaron a la Conciliación entre Estado e Iglesia en Italia en 1922. En la carta que escribió a Mussolini en 1923, le hacía comprender que la verdadera conciliación que había que buscar era la conciliación entre “romanidad ” y “universalidad” del papado que presuponían una autonomía y libertad también política (cf. Messaggi di don Orione, 107, pp. 27-45). Esta visión de la misión espiritual y civil del papado se expresaba, en aquellos años de acentuados y peligrosos nacionalismos, en un clarividente profetismo: «Veo venir los pueblos hacia Roma desde los cuatro vientos», escribía don Orione. «Veo el Oriente y el Occidente reunirse en la verdad y formar los días más hermosos de la Iglesia. Será una maravillosa reconstrucción, quizá la más grande de las épocas, la pax Christi in regno Christi» (Scritti, 86, p. 102).
Pío XI (1922-1939): «La paz de Cristo en el reino de Cristo»Se convirtió en el Papa de las encíclicas, escribiendo 30 enciclicas,. Escribió cartas sobre el matrimonio : Castidad en el matrimonio, repudiaba el divorcio cristiano, el problema social, el nazismo, el comunismo y la educación cristiana pero fue superado por León XIII escribió 86 encíclicas.
El primer gran gesto justo después de su elección, fue aparecer ante la multitud en el balcón de la basílica de San Pedro, desde donde se dio la tradicional bendición «urbi et orbi», suprimida desde 1870. Desde entonces, se aplicó en llevar a la práctica su máxima: «La paz de Cristo en el reino de Cristo».
Pío XI se iba a convertir en el Papa de las encíclicas. Escribió cartas sobre el matrimonio cristiano, el problema social, el nazismo, el comunismo y la educación cristiana. Lo más trascendental durante su papado fue la firma del Concordato de 1929, por el que se ponía fin a la denominada «cuestión romana». El Vaticano y el reino de Italia vivían una situación insostenible desde hacía sesenta años.
El régimen de Mussolini se percató de la importancia del asunto, tanto en el ámbito nacional como en el internacional. Tras dos años y medio de negociaciones se firmó el Tratado de Letrán el 11 de febrero de 1929. El Vaticano reconocía al Reino de Italia con Roma como capital. Como compensación por la pérdida de su antiguo Estado se conformaba con 44 hectáreas de superficie que se llamaría Ciudad del Vaticano.
Por su parte, Italia garantizaba la soberanía del Estado Pontificio y reconocía la religión católica como propia del Estado italiano. Otro acuerdo importante y de gran trascendencia política fue el concordato firmado con Alemania el 20 de julio de 1933. Pío XI moría el 10 de febrero de 1939, en vísperas de una guerra mundial que se consideraba inevitable.
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