NUNC INCIPIO AHORA EMPIEZO
. . . Don Orione utilizaba y repetía una pequeña expresión latina “Nunc incipio”, es decir “ahora empiezo”, precisamente para recomendar este reemprender desde Cristo.
Postrados a los pies de Dios, pidamos humildemente perdón
a nuestro Padre celestial, por todas las ingratitudes de la vida pasada, y cada
uno diga de corazón: "nunc incipio in Nomine Jesu": ahora comienzo en
el Nombre de Jesús: comienzo a ser de Cristo y de la Iglesia: "nunc incipio
esse Christi et Ecclesiae"
Nunc incipio. En tu Nombre –en nombre tuyo, Jesús”, ¡hoy empiezo! Que sea renovado el corazón, manantial del que brota el amor puro a Dios y al prójimo.
Nunc incipio, hoy comienzo una nueva vida, una vida santa. Todo aquello que hagáis a los pobres, a los pequeños, lo hacéis a Nuestro Señor mismo. No es una idea mía. Jesús mismo ha dicho: “todo aquello que hagáis al más pequeño de estos lo tendré como hecho a mí”.
Nunc incipio. Con la aceptación de las exigencias del amor de Dios que me reclama fidelidad a los tiempos y modos de relación y de oración.
Nunc incipio. A cultivar la caridad fraterna en comunidad, porque ella desvela la caridad de Dios, la purifica, la alimenta.
Nunc incipio. Respondiendo a las llamadas de la caridad pastoral, educativa y asistencial que forman el tejido estable de mi vida, donde quiera que esté y a cualquier edad que tenga.
Nunc incipio. Evitando la excesiva burocratización e “informatización” en las relaciones y en el servicio a las personas, tanto en la parroquia como en el Cottolengo o en la escuela.
Nunc incipio. Al lado de la caridad mediada (= organizada, institucionalizada) encontraré tiempos y modos de caridad inmediata (= directa, personal, cara a cara) hacia los pobres.
Nunc incipio. No me defenderé de una vida incómoda, “rota” por los imprevistos de la caridad, por las necesidades de los otros, abierta a los hechos y las personas.
"VER Y SERVIR A CRISTO EN EL HOMBRE"
"VER Y SERVIR A CRISTO EN EL HOMBRE"
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