martes, 4 de marzo de 2025

DON ORIONE Y LA CUARESMA


El Miércoles de Ceniza es un día santo cristiano de oración y ayuno. 

El Miércoles de Ceniza es una celebración litúrgica Se celebra cuarenta días antes del Jueves Santo, inicio del triduo pascual.

Con el miércoles de ceniza comienza la Cuaresma y es un momento importante en la liturgia anual de la iglesia católica.

Se llama así porque desde tiempos inmemoriales se pone ceniza en la frente a los que asisten a la celebración litúrgica de la comunidad.

El significado de este gesto es recordar la brevedad de la vida humana, el llamado a la humildad y la conversión a Dios.

Mensaje para la Cuaresma del Papa

«No nos cansemos de hacer el bien; porque si no desistimos, cosecharemos a su debido tiempo. Ya que tenemos la oportunidad, hagamos el bien a todos». (Gal 6,9-10a). fue el título del mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma de 2022.

  Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena.

Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien el amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo».

Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.

Después, sabiendo que ya todo estaba cumplido, y para que la Escritura se cumpliera hasta el final, Jesús dijo: Tengo sed.

Había allí un recipiente lleno de vinagre; empaparon en él una esponja, la ataron a una rama de hisopo y se la acercaron a la boca.

Después de beber el vinagre, dijo Jesús: «Todo se ha cumplido». E inclinando la cabeza, entregó su espíritu. (Jn 19,25-30)

Perseguido y traicionado inicuamente, hasta la misma cruz, imploró a su Padre celestial, con gran voz, el perdón para los bárbaros que lo habían crucificado. El, que había ordenado a Pedro que envainara su espada, y que no derramó jamás la sangre de nadie, quiso derramar toda su sangre divina, y su vida, por los hombres, sin distinción de judío o griego, romano o bárbaro [cf Col 3,11; Gál 3,28; Rom 10,12]: ¡Verdadero rey de paz: Dios, Padre, Redentor de todos!

Quiso morir con los brazos abiertos, suspendido entre el cielo y la tierra, llamando a todos ‑‑ángeles y hombres‑‑  a su Corazón abierto, traspasado: anhelando abrazar y salvar en ese Corazón divino a todos, a todos, a todos: ¡Dios, Padre, Redentor de todo y de todos! Jesús no hizo construir para sí un mausoleo, como los antiguos reyes; pero por todas partes se ven casas consagradas a su memoria, en las grandes ciudades como en los pueblos pequeños. Y aún en lugares despoblados, entre las nieves eternas, se levantan ermitas humildes refugios muy parecidos a la gruta de Belén con una cruz que evoca la obra de amor y de inmolación de Nuestro Señor Jesucristo; ¡esa cruz habla a los corazones del evangelio, de la paz, de la misericordia de Dios por los hombres!...

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