miércoles, 12 de mayo de 2021

13 DE MAYO NOVENA A SAN LUIS ORIONE, REZAMOS POR EL DERECHO A LA VIDA


 

POR LOS NIÑOS POR NACER Y LOS QUE SE SIENTEN AMENAZADO SU DERECHO A LA VIDA

 El movimiento Laical Orionita Barranqueras en este 7MO día de novena virtual en que acompañamos a toda la Familia orionita a nivel mundial y en especial a la Capilla San Luis Orione de esta localidad, nos unimos y pedimos al Señor nos regale un corazón semejante al de Don Orione para así convertirnos en protectores de los pequeños y necesitados.

 En su palabra el Señor nos dice: “El que recibe a uno de estos pequeños en mi nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a aquel que me ha enviado”. En la cruz, entregándose a sí mismo como rescate por nosotros, Jesús realizó el juicio de la salvación, revelando el designio de misericordia del Padre. Él anticipa este juicio en el tiempo presente: al identificarse con "el más pequeño de los hermanos", Jesús nos pide que lo acojamos y le sirvamos con amor. El último día nos dirá: "Tuve hambre, y me diste de comer" , y nos preguntará si hemos anunciado, vivido y testimoniado el evangelio de la caridad y de la vida.

 ¡Cuán elocuentes son hoy para nosotros estas palabras tuyas, Señor de la vida y de la esperanza! En ti todo límite humano se rescata y se redime. Gracias a ti, la minusvalidez no es la última palabra de la existencia. El amor es la última palabra; es tu amor lo que da sentido a la vida.

 Ayúdanos a orientar nuestro corazón hacia ti; ayúdanos a reconocer tu rostro que resplandece en toda criatura humana, aunque esté probada por la fatiga, la dificultad y el sufrimiento.

Don Orione tuvo gran predilección por la vida débil, la vida en peligro, por los más necesitados, y nos ha demostrado en sus Obras este interés fundando los Cottolengos y casas de atención para los amados del Señor.

En sus escritos se escucha su grito angustioso que nos invita a hacernos eco de sus palabras, escuchemos las palabras de nuestro fundador:

“Vamos, hermano mío, entreguemos nuestra vida por Jesucristo crucificado, configurémonos con él, sostengámonos y sostengamos a las almas de los suyos: Jesús nos ofrece una multitud de almas que salvar. Jesús palpita en la cruz y desde la cruz exclama: ¡tengo sed! ¡Almas, Almas! Llevémosle almas al crucificado que muere de sed.

 “No saber ver ni amar en el mundo, más que las almas de nuestros hermanos. Yo no siento más que una infinita, divina sinfonía de espíritus, palpitantes en torno a la cruz, y la cruz vierte para nosotros -gota a gota a través de los siglos- la sangre divina derramada por todos.

 Desde la cruz Cristo clama: “¡tengo sed!”. Grito terrible de sed abrasadora, no de sed física sino grito de sed de almas; y es por esa sed de nuestras almas que Cristo muere.  no veo más que un cielo, un cielo verdaderamente divino, porque es el cielo de la salvación y de la paz verdadera; no veo más que un reino de Dios, el reino de la caridad y del perdón, donde toda la multitud de las naciones es heredad de Cristo y reino de Cristo.

 Colócame, Señor, en la boca del infierno, para que yo, por tu misericordia, la cierre.

 Que mi secreto martirio por la salvación de las almas, de todas las almas, sea mi gloria y mi suprema bienaventuranza. María, dulce madre, tu Jesús ya no morirá más de sed; le daremos nuestro amor, nuestra sangre y todas las almas de nuestros hermanos.”

Como Familia Orionita nuestra responsabilidad de defender los derechos de nuestros hermanos más pequeños y desamparados a tener siempre una atención preferencial por ellos, ponernos al servicio de las personas con discapacidad, garantizándoles el derecho a una vida digna, a la educación en igualdad con todos  a la no discriminación, a la salud, al ejercicio pleno de sus derechos , que gocen del privilegio de ser especialmente amados por Dios, y de este modo recibir y acompañar siempre “la vida como viene y  ponernos siempre de parte de los pequeños y valorar su dignidad.

San Luis Orione, padre de los niños por nacer, y los que sienten su vida amenazada su vida por exclusión, abandono, maltrato, a ti dirigimos nuestras plegarias y por la maternidad del Dios de la vida, te imploramos la gracia de proteger a los pequeños, de toda posibilidad de peligro. Consagra nuestros corazones para que podamos defender la vida como viene

¡¡ AVE MARÍA Y ADELANTE ¡!!

 

 

 

 

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