miércoles, 4 de mayo de 2022

LOS DESAMPARADOS, PARA DON ORIONE

 

Don Orione pasó en Argentina gran parte de los tres años que van de 1934 a 1937. En este tiempo comenzó a hablar y a escribir algo en español, por la necesidad de comunicarse directamente con las personas y en virtud de la inculturación, queriendo “hacerse argentino con los argentinos”.

En sus escritos y discursos en italiano, mientras estaba en América Latina y también despues de su vuelta a Italia, aparecen palabras y expresiones en español. Una palabra, en particular, le pareció particularmente querida y la usó frecuentemente: los desamparados. La expresión merece una profundización no en cuanto a sus detalles lingüísticos sino porque se convirtió en un término carismático.

           ¿Qué significa desamparado?

La palabra desamparado es el participio pasivo del verbo desamparar, cuyo primer significado es abandonar, dejar a alguien sin protección (amparo) y sin la ayuda de algo que necesita.

            El prefijo des- indica la negación del significado de la palabra a la cual se antepone; indica privación, ser «sin».

El verbo amparar significa proteger, socorrer, dar refugio, poner a cubierto; valerse de la ayuda o protección de alguien o de algo.

El sustantivo amparo significa acción y efecto de proteger o protegerse; protección, ayuda, sostén, patrocinio; remedio, abrigo, asilo, refugio; significa persona o cosa que proteje.

            Por tanto, desamparado tiene un significado concreto, material (quien no tiene resguardo, abrigo, asilo, refugio, un lugar donde protegerse), pero tiene un significado moral y relacional (quien está sin ayuda, quien no tiene una persona a quien recurrir, que pueda preocuparse por él).

 Para entender el significado de amparo y por consiguiente de des-amparados, nos puede servir de ayuda el texto de la oración mariana más antigua y de todos conocida, el Sub tuum praesidium confugimus. Pues bien, en Español es traducida como “Bajo tu amparo nos acogemos”. En italiano se vuelve “bajo tu protezione buscamos refugio”; de modo similar en Inglés es “We fly to Thy protection”. Se aleja un tanto la traducción francesa: “Sous l'abri de ta miséricorde, nous nous réfugions”. Ésta última traducción es la más fiel al significado originario del texto griego de la oración, donde aparece el término εὐσπλαγχνία que normalmente es traducido con misericordia y hace referencia al σπλάγχνα, esto es a las vísceras maternas, en Hebreo raHámîm 

Éste es el refugio al que el orante recurre invocando a María: el útero, el regazo, las entrañas maternas, de las que derivan los sentimientos de misericordia y compasión y los actos de acogida, de protección, de ayuda.De estas primeras noticias etimológicas rescatamos la indicación de que los des-amparados son aquellos que tienen necesidad de refugio concreto y de misericordia del corazón, de ayuda (pan, techo, salud) y de compasión, de servicios y de relaciones.

            Don Orione, que en su vocabulario apostólico tenía ya recogida una infinita letanía de nombres y de situaciones de pobres y de pobreza, fue golpeado por esta palabra española que encontró, quizás más completa y expresiva que otras para aclarar su concepto de “providencia” y de “pobres”: desamparado es quien no tiene providencia.

            Don Orione conoció y usó el término español desamparado sobre todo cuando se puso a idear, promover y realizar el Pequeño Cottolengo Argentino de Claypole.

            El primer documento que testifica el uso del término por parte de Don Orione es el discurso radiofónico en la Radio Callao, el 25 de abril de 1935, algunos días después de la bendición de la primera piedra del Pequeño Cottolengo de Claypole. En los apuntes escritos para este discurso leemos: “He venido a la Argentina, para ponerme en manos de la Divina Providencia, como humilde instrumento para ayudar y consolar a los miembros más doloridos y desamparados de su sociedad, fundando un Pequeño Cottolengo”.

Dos días después, el 27 de abril, usó desamparados en un texto italiano: “En el Cottolengo se vive alegremente: se reza, se trabaja, en la medida que lo permitan las propias fuerzas: se ama a Dios, se ama y se sirve a los pobres. En los desamparados se ve y se sirve a Cristo, en santa alegría”.

            Predicando los ejercicios espirituales (6-15 de enero de 1936) en la “Casa de Lanús” (Villa Dominico), junto al Padre Rodolfo Carboni, Don Orione dio una de sus definiciones de desamparados. “Nosotros no estamos para los nobles, para los hijos de los ricos, para las altas clases sociales. Los Hijos de la Divina Providencia viven de la merced de Dios, de la vida de trabajo y de pobreza, sólo debemos estar para los pobres, para los más pobres, para los deshechos, para los desamparados (para los abandonados) de la sociedad”


.Hoy, la Familia Orionita, frente a los desafíos de este tiempo, y convencida que “sólo la Caridad salvará al mundo”, pone su mayor esfuerzo en hacer de cada una de sus comunidades y obras, auténticos “faros de civilización” en medio del pueblo; sobre todo, entre los más pobres, en quienes resplandece la imagen de Dios.

Así, cada sacerdote, religiosa, médico, educador, joven voluntario, cada persona con discapacidad, niño, trabajador o amigo de la Obra –todos y cada uno– son la expresión viva y comunitaria de este carisma que el Señor confió a Don Orione, para ir a los últimos en nombre de la Iglesia.

 


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