crecer en generosidad:
La generosidad es la capacidad de dar con desinterés, es la
virtud en la cual el amor le gana la carrera al egoísmo.
Es en la entrega generosa de nosotros mismos donde se
muestra la profundidad de un amor que no se agota en las palabras.
Y eso es lo que celebramos en la Navidad: el gesto sin par
de un Dios que se da a sí mismo. Lo destaca San Pablo: “espero que también se
distingan en generosidad... Ya conocen la generosidad de nuestro Señor
Jesucristo que, siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos
con su pobreza”.
Es un pasaje bíblico en que el apóstol invita a los
Corintios a compartir sus bienes con los necesitados. 2Cor 8, 7 – 15.
Sabemos amar cuando sabemos compartir, sabemos amar cuando
damos lo mejor de nosotros mismos en lugar de dar sólo cosas.
Tomemos pues, la mejor decisión: dar cariño, afecto, ternura
y perdón; dar tiempo y dar alegría y esperanza.
Son los aguinaldos que más valen y no cuestan dinero.
Demos amor, como decía San Juan de la Cruz: donde no hay
amor pon amor, y sacarás amor.
6.- Oración al niño DiosSeñor, Navidad es el recuerdo de tu
nacimiento entre nosotros, es la presencia de tu amor en nuestra familia y en
nuestra sociedad. Navidad es certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es
nuestro Padre, que tú, Divino Niño, eres nuestro Hermano.
Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu
bondad, nos comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para
matar el odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a
comprender que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es
Navidad. Amén.
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