miércoles, 2 de julio de 2025

DON ORIONE A GASPAR GOGGI

 

Con una carta, fechada el 3 de julio de 1903, invitaba a su hijo para esta ocasión:

“A mi querido hermano de la Obra de la Divina Providencia, doctor Gaspar Goggi, Bettole de Tortona. En nombre de Nuestro Señor Jesucristo, tengo el dulce consuelo de invitarte a los santos Ejercicios Espirituales de los miembros de la Obra de la Divina Providencia, que se harán en la casa de San Remo, dirigidos por Monseñor Daffra.

Después de los santos Ejercicios se tendrá la primera reunión de la Obra a la cual estás cordialmente invitado. Así nos encontraremos juntos – reunidos con las otras casas a los pies de Nuestro Señor Jesús Sacramentado y de nuestra querida Virgen en el noviciado de la Obra, un lugar de paz – para cuidar de la salud de nuestra alma según nuestra vocación y a rezar por la aprobación y consolidación de nuestra mínima Congregación, acompañados por un veneradísimo y piadosísimo obispo y bendecidos por el Papa. Te avisaré el día establecido para ir a San Remo y te ruego que no faltes.

Para ganar tiempo, te adjunto mientras tanto, un esquema de las materias principales, de las cuales me parece que se deben tratar en la reunión. Examínalo bien y que sea objeto de meditación; luego, tras consultar al Señor, manda por escrito a Don Sterpi (Convictorio San Romulo-Sanremo) aquellas otras materias que tu creas in Dominio deban discutirse, y que no están comprendidas aquí. Y además, enviarás por escrito y con solicitud, aquellos apuntes y observaciones de importancia, que estimes oportuno hacer para nuestro bien y el de la Obra (…)

Te recomiendo por lo tanto, ofrecer a nuestro Señor todas tu oraciones y obras buenas, con el fin de que, por los méritos infinitos de su pasión y muerte, por la intercesión de Nuestra Santísima Madre María, de san José y de los santos Apóstoles Pedro y Pablo, de San Miguel Arcángel, de San Marciano, y de todos los ángeles y santos nos quiera bendecir a nosotros y a la Obra de la Divina Providencia en la cual, por su divina misericordia, nos ha llamado a trabajar por la gloria de su santa Iglesia, por nuestra salud y la de nuestro prójimo.

Que María Santísima Inmaculada nos obtenga la gracia de corresponder a los designios de Dios, de convertirnos a todos en fuego de Jesús y trabajadores de su gloria y de la voluntad de la santa Iglesia, especialmente en estos tiempos infelices en los cuales Jesucristo es tan poco amado y la santa Iglesia tan perseguida y afligida. Oh hermano mío queridísimo, te bendigo en el amor de Jesús, del Papa, de las almas. La bendición, la caridad, la paz de Nuestro Señor esté siempre contigo. Amén.”

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