sábado, 27 de julio de 2024

LA MISSIO AD GENTES , LA IGLESIA Y LA CONGREGACIÓN ORIONITA

 





EL MANDATO DE LA IGLESIA

            La voz del Papa y de los Pastores de la Iglesia prolonga y actualiza el mandato del divino Maestro “Como el Padre me mandó a mí, también yo los envío a ustedes” y nos recuerda que somos deudores del Evangelio hacia todos: “prediquen el evangelio a toda creatura” (Mt 16,15).

             Dicho esto, se debe constatar que “de los años del Concilio a hoy, el número de aquellos que no conocen el Evangelio y Jesucristo es redoblado” (RM 3). Basta este dato para hacer surgir el llamado a la missio ad gentes, vuelto hoy urgente y necesario y tan relanzado por el Papa y por los Pastores de la Iglesia.

             Situaciones y estadísticas son evidentes. Pero no debemos quedarnos en el dato sociológico. “Los hombres que esperan a Cristo son todavía un número inmenso: los ámbitos humanos y culturales, que aún no han recibido el anuncio evangélico o en los cuales la Iglesia está escasamente presente, son tan vastos, que requieren la unidad de todas las fuerzas. Hemos de fomentar en nosotros el afán apostólico por transmitir a los demás la luz y el gozo de la fe, y para este ideal debemos educar a todo el Pueblo de Dios.” (RM 86).

             Un entusiasmo misionero tal, vio particularmente comprometidos en primera línea, desde varios siglos, los Institutos de vida consagrada. [4] Se puede decir que, en el pasado, el desarrollo misionero de la Iglesia en nuevas fronteras vino por obra casi exclusiva de parte de los religiosos. 

EL MANDATO DE LA CONGREGACION

             Las Congregaciones orionitas fueron enviadas a la misión por el Fundador y a su vez mandaron a la misión a muchos de sus religiosos y religiosas.

             América latina fue la dirección misionera de larga duración más desarrollada por Don Orione (Brasil, Argentina, Uruguay, Chile), pero él envió a los Hijos de la Divina Providencia en una irradiación geográfica misionera que resulta sorprendente pensando en la escasez numérica (y no sólo) de los religiosos: Palestina (1921), Polonia (1923), Rodas (1925), Estados Unidos (1934), Albania (1936). Las Pequeñas hermanas misioneras de la caridad, fundadas 25 años después, fueron enviadas por Don Orione mismo a Argentina, Brasil, Uruguay, Polonia.

            Después del gran desarrollo fundacional y misionero de Don Orione, en 1940 dejó a Don Carlos Sterpi (1940-1946) el compromiso de consolidar la Congregación. Pero la Providencia quiso que fuera de manera diversa: la segunda guerra mundial por 6 años (1939-1945) quitó religiosos, dispersó jóvenes en los escenarios de guerra, hizo difícil la vida de los seminarios e impidió la comunicación entre Italia y los otros países de presencia orionita. ¡Otra que consolidación!

         Luego Don Sterpi se enfermó y dio paso a Don Carlos Pensa (1946-1962). La forma organizativa e institucional de la congregación toma consistencia y estabilidad con el gobierno de Don Pensa. Don Pensa, se puede decir, es el general de la primera verdadera consolidación. Pero no viene a menos ni siquiera con él, el impulso misionero: de hecho, Don Pensa aceptó de Pio XII la comprometida misión del Goiás (1952), envió a América Latina varias expediciones misioneras en los años 50 y abrió las primeras comunidades en Chile, España, Francia y Australia.

            Sustancialmente prevaleció la visión de la consolidación y del desarrollo interno también durante los dos sexenios de Don José Zambarbieri (1963-1975), el único País nuevo alcanzado es la Costa de Marfil (1970).

            En los últimos decenios, respondiendo a los llamados del Papa en favor de la Missio ad gentes, hubo un gran compromiso misionero de la Congregación con muchas nuevas aperturas en Países.

             Es con Don Ignacio Terzi (1975-1987) que se puede hablar de un verdadero y consistente re emprendimiento del desafío misionero ad gentes de la Congregación expresada con apertura a nuevos pueblos: Paraguay (1976), Jordania (1985), Venezuela (1986). Fue continuado por Don José Masiero (1987-1991): Cabo Verde (1988), Filipinas (1991), Rumania (1991) y con Don Roberto Simionato (1992-2004): Albania (1992), Bielorrusia (1993), México (1993), Kenia (1996), Burkina Faso (1999), India (2001), Mozambique (2003).

             El último sexenio 2004-2010 puede ser considerado de consolidación de las diversas misiones, nuevas e aisladas y, esto, en un contexto de Congregación en notable caída numérica.

             La constatación histórica de conjunto es que consolidación y desarrollo misionero han caminado siempre con pasos parejos en la Congregación, desde los tiempos de Don Orione.

             También el desarrollo misionero de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, iniciado por Don Orione con aperturas a buen ritmo  y también bien consolidadas, perduró hasta 1949, algunos años después de la muerte de Don Orione, con el desarrollo en seis naciones: Italia, Polonia, Argentina, Brasil, Uruguay y Chile.

             Luego pasaron 30 años sin desarrollo misionero en nuevas naciones. Reiniciaron solo en 1978 con las aperturas en Africa, en Cabo Verde, Kenia y Madagascar.

             Luego de la caída del muro de Berlin (1989) y las invitaciones de la Santa Sede, las PHMC llegaron a  Rusia, Albania (por poco tiempo), Ucrania y Rumania con presencias hasta ahora exiguas. Las últimas aperturas fueron en Perú, en Costa de Marfil y en las Filipinas.fuente: Don Flavio Peloso, Fotos facebook padre Fernando Fornerod

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