Don
Orione recordó algunos aspectos religiosos de la vida de Napoleón:
ïCuanto al Pater noster que no conoce el juicio que le dio Napoleón? ¿Quieres algo sublime? ¡Recitar el Pater noster! .
Derrotado y relegado a la isla de Santa Elena, Napoleón se abrió a la fe cristiana. Don Orione recordaba las palabras que repetía el gran Napoleón: ïTengo una sola alma! ¡Solo tengo un alma!
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