lunes, 8 de abril de 2024

DON ORIONE NOS INSPIRA A LOS PEQUEÑOS GESTOS.



Ya compartí al comienzo algunas “migajas de bien”. Estamos aprendiendo que son los pequeños gestos los que cada día hacen que nuestra vida sea gustosa. Tal vez estamos habituados a preguntarnos ¿Cuánto hice hoy? No importa, sembremos el bien con abundancia y el Señor hará fructificar cuánto y cómo Él quiere. En lo ordinario podemos hacer gestos extraordinarios: “Cada gota forma la corriente, y las corrientes nos dan los grandes ríos; los medios que una buena persona puede tener muchas veces se agotan pronto, no así cuando hay cien, hay mil”.
 
El mismo Don Orione expresó en una de sus cartas: “Muchas veces he sentido a Jesucristo cerca de mí, muchas veces he visto a Jesús en los más rechazados y más infelices. Esta obra es tan querida por el Señor que parecería la Obra de su Corazón; ella vive en el nombre, en el espíritu y en la Fe de la Divina Providencia: el Señor no me ha mandado a los ricos, sino a los pobres y a los más pobres y al pueblo”.
En nuestro Fundador el acercamiento al pobre no es el fruto de una compasión sólo humana, sino la causa y efecto de una experiencia espiritual profunda. La experiencia mística de Don Orione constituye un don, una invitación y un compromiso: conocer el amor de Dios, de Jesucristo hacia nosotros y dejarse conducir por el Espíritu en la lógica del amor.
Don Orione quiso renovar todo en la caridad, con los ojos abiertos sobre las realidades, las miserias de los hermanos y sobre la misión confiada a él por Dios. Nos invita a mirar la realidad para transformarla con la caridad, vivir la verdad y la justicia en la caridad, haciendo de modo «que las letras, la ciencia, la virtud... vuelvan a parecer aquellas indisolubles hermanas que demasiados se empeñan tontamente en separar.
De este modo la caridad se realiza no como paliativo asistencial, sino como promoción de justicia, de dignidad humana y de salvación integral del hombre y de la sociedad. fuente: donorione.org.ar