lunes, 7 de julio de 2025

ORIGEN DEL NOMBRE ITATI


FUNDACIÓN Y RESEÑA DE NTRA SRA DE ITATI, ORIGEN DE SU NOMBRE

La imagen de Nuestra Señora de Itatí, “la Reina de la Civilización en la cuenca del Plata”, es una de las imágenes marianas más celebres y antiguas de la República Argentina.
Su santuario data de los comienzos de la época colonial. Se levanta en el pueblo de Itatí. A orillas del Alto Paraná y a 70 km . de la ciudad de Corrientes.
El culto de la Virgen de Itati ha sido ininterrumpido desde 1616.
En 1528, Sebastián Gaboto , explorando el Alto Paraná, desembarcó en un puerto al que dio el nombre de Santa Ana.
Allí cerca se levantaba un caserío llamado Casas de Yaguarón, nombre del cacique del distrito.
Algunos de los miembros de la expedición exploraron la Laguna Iberá , a la que denominaron también Santa Ana .
La gloriosa madre de la Virgen María tomó, desde entonces, bajo su protección esas regiones.

 La fundación del Pueblo de la Virgen tiene lejanos antecedentes que vale la pena recordar y conocer. Todo comenzó en la desembocadura del arroyo Yaguarí, que en guaraní significa” arroyo de las fieras”, sobre la margen izquierda del Río Paraná, a unos seis kilómetros del actual pueblo Itatí en la provincia argentina de Corrientes.

Allí estaba ubicada la aldea precolombina de aborígenes guaraníes llamada Yaguarí cuyo jefe era el cacique Yaguarón.

Luego, mediante la obra evangelizadora de los Padres Franciscanos, comenzó y se desarrolló el culto a una imagen de la Inmaculada Concepción. La reiterada aparición de esta misma imagen en ‘‘Itatí’’, que significa punta de piedra, hizo que los pobladores del Yaguarí se trasladaran a ese lugar. El nombre de la Pura y Limpia Concepción de Itatí, viene de la lengua guaraní: “ita”, roca y “ti”, blanca, o sea “piedra blanca”; debido a los yacimientos de cal que estaban junto al arroyo Caleria.

Según la tradición, la imagen habría sido encontrada en el curso del alto Paraná; cerca del puerto de Santa Ana, por un grupo de aborígenes. Estos habían visto a la Virgen Inmaculada sobre una piedra, rodeada de una luz muy brillante y acompañada de una música sobrenatural. Fray Luis Gómez ordenó el inmediato traslado de la figura a la reducción, pero la imagen volvió a desaparecer en dos ocasiones, retornando a su lugar cerca del río.

Los religiosos comprendieron cuál era la voluntad de la Santa Madre, y se dispuso el traslado del asentamiento a esos parajes. el puerto de Santa Ana quedo abandonado, y el Fray Luis de Bolaños funda la nueva reducción a la que da el nombre. Con el tiempo y algunos emplazamientos que parece que "no le gustaron a la virgencita" quedó en el lugar actual.

 Con el tiempo, el lugar comenzó a conocerse simplemente como Itatí, y Fray Luis de Gamarra, párroco del lugar, fue el primero en dar a conocer los milagros de la Virgen. En la semana Santa de 1624, tiene lugar la primera transfiguración de la Virgen, que duró varios días. Gamarra relata en un documento de la época que “... se produjo un extraordinario cambio en su rostro, y estaba tan linda y hermosa que jamás tal la había visto”. Las transfiguraciones se repitieron a lo largo de los años, y en ocasiones también se oyó esa música sobrenatural de la que habían hablado los indígenas que encontraron la imagen.

 1624 El 14 de agosto, bajo la conducción de Fray Juan de Gamarra, la Imagen de Nuestra Señora de Itatí, fue trasladada a su nueva Iglesia (la cuarta) recién edificada, donde ocurrieron una serie de prodigios como las transfiguraciones en el rostro de la Imagen. Dos años después, se levantó el quinto templo, reconstruyendo el anterior.

Los milagros y las curaciones son incontables, pero quizás el más increíble y espectacular haya ocurrido en 1748 se lo conoce como EL MILAGRO DEL ATAJO. Itatí corrió peligro de ser arrasada por los aborígenes. El pueblo acudió al templo a implorar el remedio y la fuerza ante una muerte segura. La providencia de la bendita madre abrió un cauce profundo y torrentoso que impidió avanzar a la caballería que retrocedió y se dispersó. Fue el Atajo Salvador. Itatí se mantuvo a salvo. Ante este hecho se retiraron despavoridos, y los habitantes del lugar acudieron entonces a la capilla agradecer a su Patrona. Con los guaraníes del Yaguarí y otras seiscientas familias que trajo el santo mártir Roque González de Santa Cruz, con los guaraníes misioneros llegó a Tacuarembó la Virgen de Itatí.

1918. MARIA ES PROCLAMADA PATRONA DE CORRIENTES.  El 23 de abril la Virgen fue proclamada patrona de Corrientes. Ese mismo día se inauguró el camarín, adosado al antiguo Santuario.

1936, DON ORIONE SE HACE CARGO DEL SANTUARIO. El 25 de enero, los Hijos de la Divina Providencia (obra Don Orione) se hicieron cargo del Santuario y continúan en la actualidad.

1937. DON ORIONE VISITA ITATI. El 27 de junio, Don Luis Orione visitó Itatí. Durante su estadía escribió una de las cartas más lindas en honor de la virgen

1938. BENDICION PIEDRA DEL NUEVO SANTUARIO El 16 de julio, el Obispo de corrientes, Mons. Francisco Vicentín, bendijo la piedra fundamental del nuevo Santuario de la Virgen de Itatí, La obra fue proyectada por el arquitecto Felipe Bergamini, el ingeniero Pedro Azzano y se llevó adelante gracias al trabajo denodado del P. Benito Anzolín de la Obra Don Orione

1980. JUAN PABLO II LA ELEVA A BASIICA MENOR, El Papa Juan Pablo II elevó el Santuario a categoría de Basílica Menor

1988 DECLARDA LUGAR HISTORICO. La Basílica es declarada Lugar histórico Nacional por Ley nº 24.249

2000. CENTENARIO CORONACION.  Se celebra el Centenario de la Coronación Pontificia de la Imagen de Nuestra Señora de Itatí 

 

domingo, 6 de julio de 2025

DECRETO DE RECONOCIMIENTO DE UN MILAGRO ATRIBUIDO A DON ORIONE


Reconocimiento oficial del milagro de Don Orione.

Roma, 7 de julio de 2003

Hoy, en presencia del Santo Padre, Juan Pablo II, se ha promulgado oficialmente el Decreto que reconoce un milagro atribuido a la intercesión del Beato Don Luis Orione, fundador de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, “padre de los pobres y bienhechor de la humanidad doliente y abandonada”, como lo definió Pío XII, “una expresión genial de la caridad cristiana”, como dijo de él Juan Pablo II en la homilía de la beatificación.

Conforme a la tradición y a la praxis de la Iglesia, el milagro reconocido es también un signo de una ulterior confirmación de la santidad del Beato invocado. Con el Decreto promulgado hoy se abre el camino de la canonización de Don Orione. Será el Papa quien, después de reunir en Concistorio a los Cardenales, decidirá el reconocimiento de Don Orione como “santo” de la Iglesia universal. 

“El beato Luis Orione nació el 23 de junio de 1872 en Pontecurone, en la diócesis de Tortona, de una familia de trabajadores pobres. El encuentro con San Juan Bosco orientó su vida que, ya como clérigo, quiso consagrar a la educación de los niños y a las obras de caridad. Ordenado sacerdote en 1895, amplió el radio de su apostolado a los jóvenes, los enfermos, los pobres. Fundó la Pequeña Obra de la Divina Providencia, formada por sacerdotes, hermanos ermitaños y coadjutores, y la congregación de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad. Con fervor y múltiples iniciativas desempeñó el ministerio sacerdotal y desplegó su actividad social, caritativa y educativa, tanto en Italia como en América Latina. En todas partes brilló por su santidad de vida y por su amor a la Iglesia y a los Romanos Pontífices. Murió el 12 de marzo de 1940.

El Sumo Pontífice Juan Pablo II lo beatificó el 26 de octubre de 1980.

En vista de su canonización, la Postulación de la causa ha sometido al juicio de esta Congregación de las Causas de los Santos la presunta curación milagrosa de Pietro Penacca, quien en 1990, a la edad de 78 años, manifestó síntomas de una enfermedad pulmonar. Los exámenes efectuados en el hospital de Alejandría arrojaron un diagnóstico de carcinoma pulmonar epidermoidal de células escamosas. Trasladado a un hospital de Milán, se confirmó el diagnóstico anterior. El pronóstico se presenta inmediatamente negativo y, dada la edad avanzada del paciente, ya muy postrado, no se consideró oportuno ni posible tratarlo con quimioterapia ni con radioterapia.

Fue dado de alta del hospital el 10 de enero de 1991, con el diagnóstico de carcinoma y la previsión de pocos meses de vida. En esta situación humanamente desesperada se recurrió a la ayuda divina por intercesión del Beato Luis Orione, invocado por el mismo paciente, que lo había conocido, por su familia, por algunos sacerdotes de la Pequeña Obra de la Divina Providencia y otras personas. Desde los primeros días de enero de 1991 el enfermo comenzó a mejorar, y rápidamente alcanzó una curación total, que inmediatamente se atribuyó a la intercesión del Beato.

En 1999, se instruyó en la Curia de Tortona un examen diocesano del caso, cuya validez jurídica ha sido reconocida por este Dicasterio con decreto del 14 de mayo del mismo año. En la sesión del 16 de enero de 2003 la Consulta médica ha reconocido que la curación fue rápida, completa, duradera y no explicable científicamente. El 4 de abril de ese mismo año se ha tenido el Congreso Peculiar de los Consultores Teólogos y el 3 de junio se ha celebrado la Sesión Ordinaria de los Padres Cardenales y Obispos, siendo Ponente de la Causa el Excmo. Mons. Andrea Maria Erba, obispo de Velletri-Segni.

Presentada posteriormente al Santo Padre Juan Pablo II una relación prolija de estos hechos por parte del suscrito Cardenal Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Su Santidad ha ratificado con su asentimiento los votos de la Congregación de los Santos, dando disposición de que se preparara el decreto sobre el antedicho milagro.

Habiéndose realizado todo de conformidad con las normas, y habiéndose convocado hoy al infrascrito Cardenal Prefecto, al Ponente de la Causa, a mí como Secretario de la Sagrada Congregación, y a todos los que se suele convocar, en presencia de todos el Santo Padre ha declarado solemnemente que: Dios ha obrado un milagro, por intercesión del Beato Luis Orione, Sacerdote, Fundador de la Pequeña Obra de la Divina Providencia y de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, con la curación rápida, completa y duradera de Pierino Penacca "afectado de un carcinoma pulmonar, necrótico, de células grandes, vastamente infiltrante”.

El Pontífice ha establecido que este decreto fuera publicado y conservado en las actas de la Congregación para las Causas de los Santos.

Dado en Roma, el 7 de julio del Año del Señor 2003

sábado, 5 de julio de 2025

DON ORIONE Y EL APOSTOLADO DE LA PLUMA



Él no escribe como obras de arte, con la intención de dejar huellas de sí mismo en el campo literario. Sus ideales son mucho más altos. Él habla "ex Abundantia cordis" con toda sinceridad, con pasión, la abundancia, la pasión de su alma grande, hacia su más alto fin: la gloria de Dios, la salvación de las almas, el desarrollo de la Iglesia. Sus argumentos son básicamente sus amores: es lógico que cuando Don Orione toma la pluma, toma en ese espíritu, con el que el sacerdote toma las herramientas de su sagrada misión apostólica. El estilo - también ha dicho - también depende de la "cosa" que es. Y las páginas de Don Orione varían considerablemente cuando se trata de temas fuertes e impresionantes, como los derechos de los religiosos y cristianos en la faz de la eternidad y los juicios divinos, o si se refieren a temas delicados, tales como la devoción a Nuestra Señora, compasión por los pobres e incluso sus recuerdos personales: de su padre, madre, la familia. Su estilo, por lo general pragmático , autoritario o paterno, a menudo se asume lírico, como en "Dios y mi madre", "más fe", "Trabajo buscando a Dios solo." triunfante y profética se convierte en "avanzar en Cristo!" casi revolucionaria "Los trabajadores, ha llegado la hora!" armoniosa "Quería morir con los brazos abiertos", artístico en "La leyenda de Fray Ave María", e incluso mística en "Ver y servir a Cristo en el hombre ", en las cuestiones sociales, tales como" La mujer, la familia, la sociedad, "la cabeza de los tiempos", "Por una nueva civilización. "Pero el denominador común sigue siendo constante: la personalidad apasionada siempre grande, siempre fuerte, siempre confiando en Dios, cualquiera que sea el tema. Es siempre lo "sobrenatural" que determina y acompaña a su decir. Sabemos
, que Don Orione, era" como más realista, más cercano al sentimiento popular, del hombre concreto, y sobre todo en línea con el cristianismo. También admiraba a los "clásicos", pero sólo en la "forma". Don Orione desde luego no tiene la originalidad que caracteriza a muchos místicos como Santa Catalina de Siena, Teresa de Ávila, y la más reciente como Elizabeth. Trinidad, Charles de Foucauld Voillaume . Más bien, algunas de sus palabras hacen eco, casi a los de su tiempo, Ludovico de Casoria, Lorenzo de Brindisi, Rosmini, la misma Catalina de Siena, que dice las más cálidas palabras sobre el Papado y la Iglesia. Don Orione, antes de repetir, absorbe: es la sangre de su sangre, incluso los pensamientos de los demás Ninguna sombra de plagio, solo compartir! La vida de Don Orione, su carisma, su entrega total a Dios y a los demás, su holocausto total y constante brillar a través de sus escritos y sus cartas le dan un lugar principal entre las letras ascética de los dos últimos siglos.
Páginas DE DON ORIONE ESCRITAS CON UN FUEGOTAN PROFUNDO, * G. De DE LUCA, 

viernes, 4 de julio de 2025

ENRAIZADOS EN EL EVANGELIO

 


 

El contacto amoroso con la Palabra de Dios que “convertirá los afectos naturales en afectos sobrenaturales y espirituales”, [36] amalgama las personas y actividades a las que llama la voluntad de Dios en el santo quehacer cotidiano. Si somos hombres de meditación nos pondremos de pie, soportaremos con paciencia las adversidades de la vida, encontraremos fuerza y ​​coraje para vencer las tentaciones del enemigo. [37]

Partiendo de estas convicciones, don Orione atribuía un papel decisivo a la meditación en la formación de una “piedad encendida”: “La meditación es principalmente el gran medio para dar a nuestro día y a nuestra vida toda su fecundidad espiritual”. [38] Recomendó su práctica, enseñó su método, sugirió los libros que la favorecerían. [39]

Él mismo tuvo particular cuidado en comentar los Evangelios a sus clérigos y hermanos, durante la primera parte de la meditación de la mañana, y especialmente el domingo. Lo mismo hizo en los ejercicios espirituales y retiros. La meditación que lo hizo con nosotros durante media hora -recuerda don Gaetano Piccinini- fue una especie de fuego para su alma y para la nuestra, a la que deja siempre un pensamiento dominante tan incisivo que nos acompañaba todo el día. [40]

Fue un comentario animado enteramente destinado a extraer incitaciones y enseñanzas de santidad y bien, según su ascetismo todo imbuido de sólida sustancia bíblica. Quería una piedad sin abstracciones ni sentimentalismos, enraizada en la Palabra de Dios, en los Sacramentos, en la vida de la Iglesia, en la caridad. [41] Un punto bien hecho con cariño y oraciones es suficiente. [42]

En este volumen se recogen algunas de estas meditaciones propuestas por don Orione a religiosas, religiosas, laicos y pueblo de Dios. Nacieron en diferentes contextos y pertenecen a varios géneros literarios: meditaciones matutinas y ejercicios espirituales, sermones al pueblo durante las celebraciones litúrgicas, comentarios especialmente escritos y publicados sobre el Evangelio.

Habitualmente, en los textos que tenemos entre manos, hay una primera parte en la que don Orione esboza apuntes de exégesis y representación del texto, facilitando su comprensión con breves explicaciones de las palabras, del contexto del pasaje evangélico. Esto corresponde a la “Lectio ” de la estructura clásica de la meditación cristiana. Luego, ofrece sus intuiciones personales, en las que prima la reflexión que, no pocas veces, se convierte en una verdadera catequesis ( meditatio ).

En muchas meditaciones, de manera totalmente espontánea, don Orione conduce a vibrantes oraciones elevadas directamente al Señor ( oratio ), [43] así como a pasajes llenos de calidez y participación, de asombro y asimilación de los contenidos, propios de la contemplatio , a veces expresado con acentos líricos y poéticos. [44]

Descansar en uno mismo: este es el verdadero peligro [45] de la meditación y la oración cristianas. La conclusión y fruto de toda meditación es el compromiso de conversión de vida, la finalidad espiritual (la actio precedida de discretio y deliberatio), que en los textos ofrecidos para nuestra lectura siempre se destaca tanto por el acercamiento didáctico-moral a la Palabra de Dios propio de la época como por el contexto pedagógico en el que nacieron estas meditaciones. La sugerencia de compromiso se expresa tanto en forma indicativa como exhortativa, siempre en sintonía con los dos pilares espirituales de la típica conformación a Cristo propuesta por don Orione: la plena adhesión de mente, corazón y obras a la vida de la Iglesia. y caridad hacia Dios y el prójimo.

 

[36] Escritos 26, 145.

[37] Palabra III, 33.

[38] Y prosiguió: ¡La primera hora todo a Dios! Entonces Dios habla, Dios ara las almas, Dios obra en nosotros, moldea nuestro espíritu: Dios da vida, Dios ilumina, y el esplendor de Dios está sobre nosotros; en la meditación sentimos que estamos respirando a Dios, en la meditación sentimos el toque de Dios, es cuando surge en nosotros un gran deseo; la voluntad de reforma; y todo nuestro interior se llena de sumisión y amor a Dios, y todo nuestro exterior de modestia, dulzura, paz; Cartas I, 451-452.

[39] El tema de la meditación vuelve en muchos de los escritos de don Orione; nos referimos al menos a la carta del 8 de diciembre de 1922, en Cartas I, 445-459. En cuanto a los autores de libros de meditación, Don Orione recomendaba: “En general, utilizar en lo posible las obras de San Alfonso ” y los libros utilizados fueron La práctica de amar a Jesucristo, Aparato para la muerte, El gran medio de oración. , Las glorias de María de Sant Alfonso de  Liguori . Luego también indicó El maná del alma de Segneri, El sábado santificado de Cabrini, Pasión de Nuestra Señora Jesucristo de Da Bergamo, El sacerdote santificado de Chaignon,Ejercicios de San Ignacio , El alimento del alma religiosa de Piucelli. Hablando del tema de la meditación en un encuentro con los cohermanos, encontramos en el Acta: “Se señala que el Kempis es más bien un libro de lectura espiritual. Se pregunta si el domingo la explicación del Evangelio podría ser útil para la meditación. El Director responde que la meditación del Evangelio se puede hacer, pero debe ser una verdadera meditación, que no se confunda con explicar el Evangelio a la gente a los alumnos de los Colegios; Reuniones 211. En otra ocasión se lamentó: “ tenemos un texto de meditación que es más una serie de instrucciones que de meditaciones ”; Palabra 11, 265.

[40] Ex proceso 230.

[41] La fuerza para hacer el bien nos viene de la meditación y de los sacramentos. Es absolutamente necesario hacer meditación. Una Casa descuidada en la meditación, abandona el espíritu religioso; Reuniones 130.

[42] Reuniones 73.Leemos sólo un punto. Muchas veces dejábamos un papel en el registro, que resaltaba la idea principal de la meditación hecha en la mañana. A veces me detenía a escribir una frase que resumiera toda la meditación; 188 reuniones ; « El día será - nos dijo - como se hizo la meditación; si esto se ha hecho bien, se aprovechará bien el día »; Ex proceso 576.

[43] Véanse, por ejemplo, los pasajes: Cuán grande eres, oh Jesús (p.), Jesús que viste (p.), Preservarme, Señor (p.), Oh caridad (p.).

[44] Véanse, por ejemplo, los pasajes: Oh dulce madre de mi fe (p.), Hermanos, mirad hacia arriba (p.), ¡Cristo vuelve! (p.), ReIna, Madre de los pueblos (p.).

[45] Congregación para la Doctrina de la Fe, Algunos aspectos de la meditación cristiana, Acta Apostolicae Sedis 82 (1990), pp. 362-379, n.19. La meditación implica una actitud de conversión, un éxodo del yo al tú de Dios.La oración cristiana, por tanto, es siempre auténticamente personal y comunitaria al mismo tiempo. Rehuye técnicas impersonales o egocéntricas, capaces de producir automatismos en los que el orante queda prisionero de un espiritualismo íntimo, incapaz de abrirse libremente al Dios trascendente(n.3), a la Iglesia y al prójimo: La oración auténtica, en efecto, como sostienen los grandes maestros espirituales, despierta en los orantes una caridad ardiente que los impulsa a colaborar en la misión de la Iglesia y en el servicio de los hermanos y hermanas para la mayor gloria de Dios" (n. 28).