domingo, 6 de abril de 2025

IDENTIDAD ORIONITA: UNA AUDAZ CARIDAD SOCIAL


Se cumplieron mas de cien años de la publicación de este escrito de Don Orione, una respuesta a los desafíos que provocaba el movimiento poblacional del campo a las ciudades y las condiciones laborales y sociales de principios del siglo veinte. Un texto que tiene la particularidad de estar dirigido a las “arroceras”, mujeres campesinas que trabajaban duramente en los sembradíos de arroz. iberar de un modo pleno todas sus potencialidades: “Los patrones no son siempre explotadores, ni son los únicos; los patrones, son como todos: algunos malos, otros buenos; explotadores indignos son también y siempre quienes, por sus negocios deshonestos abusan pérfidamente de ustedes, los que les ofrecen un pan pero les envenenan el alma, los que predican el odio y quitan la fe, que es el gran consuelo de la vida presente y base de la vida futura. Trabajadores y trabajadoras de los arrozales... no confíen en quienes no tienen religión; quienes no tienen religión, no tienen conciencia: ¡no confíen jamás en ellos! ¡Hermanos! ¡Con la bendición de Dios y de la Iglesia, trabajaremos por ustedes, y triunfaremos con ustedes!”.

Identidad orionita

Nuestro Fundador quiso que el compromiso por quitar las causas de la explotación y la exclusión humana caracterizara a su familia religiosa y laical.

Mientras se abría el Pequeño Cottolengo de Avellaneda en mayo de 1935, él mismo escribía: “La Pequeña Obra de la Divina Providencia es una humilde Congregación religiosa [...] nacida para los pobres, y para alcanzar su fin se instala en los centros obreros, preferentemente en los barrios y suburbios más pobres, que están en las orillas de las grandes ciudades industriales; vive, pequeña y pobre, entre los pequeños y los pobres , hermanándose con los humildes trabajadores". Y más adelante, Don Orione apelaba a la respuesta personal: “La caridad ordena no apartarnos en la comodidad, sino que debemos sentir y tener compasión activa por los dolores, las necesidades de los otros, de los cuales no debemos separarnos porque son una sola cosa con nosotros, en Cristo”

Esta indicación no ha perdido vigencia. Vale para cada uno de los religiosos, religiosas y laicos, y se vuelve desafío actual para celebrar este aniversario con un renovado empeño cotidiano: el de renovar la entera sociedad por medio de una audaz caridad social.