viernes, 13 de junio de 2025

DON ORIONE Y LOS LAICOS

 Don Orione veía claramente la necesidad de trabajar codo a codo con los laicos, como queda reflejado en este fragmento de una carta suya del 10 de abril de 1925:


“Llegará un momento, como le ha sucedido a San Vicente de Paul y al mismo Beato Cottolengo, que el servicio de las personas encargadas de las instituciones de caridad –como esta en la que nos hemos embarcado en Génova, en el nombre y confiados en la Divina Providencia-, no será suficiente, y por más Religiosas que tuviéramos, o no alcanzarían nunca, o por otros buenos motivos que sería largo de enumerar, siempre tendremos necesidad de tener otras personas, aunque no sean religiosas, pero de buen espíritu y –Dios lo quiera- también de buena familia, o sea de condición civil, que nos ayuden y que hagan, dentro y fuera, lo que nosotros no llegamos o no podemos hacer, o porque no es conveniente por buenas razones, o porque no lo sabemos hacer. Entonces si ustedes se quedaran solas, el ministerio de la Caridad sufrirá y sufrirán los pobres de Jesucristo.”
Tenemos por delante un largo camino, con dificultades, pero también con la esperanza que nos da confiar en la Providencia de Dios. 
Queremos entusiasmar a todos los laicos y laicas a tomar conciencia de que somos una parte importante de la familia, y que esta necesita de nuestra participación y de nuestra vocación específica para que se multiplique y extienda el carisma que compartimos con los Religiosos y Religiosas. Queremos ser fieles y corresponsables sabiendo que somos como faros que deben hacer resplandecer la luz del Evangelio, impregnando al mundo y a la Iglesia de la vitalidad, la audacia, la apostolicidad y fundamentalmente de la caridad que hizo Santo a nuestro querido Don Orione.