viernes, 20 de junio de 2025

SAN LUIS GONZAGA , DON ORIONE Y UN PACTO DE SANTA AMISTAD



Para nosotros los orionitas el 21 de junio es día de fiesta tradicional y misa de Don Orione . Y "el evento se inicia en 1924, a la que Don Orione no quería faltar a la cita que le recordaba a su compromiso de santidad. 

Después de Don Orione continuaron la tradición los sucesivos Superiores Generales de la Congregación. . La devoción de Don Orione a San Luis Gonzaga se nutre " en la pureza y el amor a la vida ." Don Orione pone al Santo jesuita como un modelo de vida no solo para sí mismo, sino que también propone como ejemplo a seguir a los educadores en los oratorios. Entonces Don Orione vio en él también un modelo de Santo dedicado a la caridad para con los enfermos, hizo un hospital de la Consolación en Roma. Don Orione hizo hincapié en que " se ha dicho de él muchas cosas bellas, pero la santidad florece en la caridad .
" De la juventud de San Luis Gonzaga, Don Orione valoraba la autenticidad de la relación con Dios De hecho, cuando le preguntaron una vez a Luis  Gonzaga, mientras jugaba, lo que haría si supiera que tendría que morir de inmediato, el jesuita respondió: ". me gustaría seguir jugando” ". Estos pocos, pero preciosos rasgos de santidad de Luis Gonzaga , llevaron a Don Orione a hacer con el P. Vaccari un pacto de "santa amistad" firmado con su propia sangre, en el que ambos se comprometieron a salvar almas y llegar a ser santos. 
 Recordemos, como el 21 de junio de 1939 (pocos meses antes de su muerte), Don Orione fue a la Iglesia de San Ignacio, para celebrar la tradicional misa en el altar de San Luis Gonzaga. Después de la celebración, el prof. Ricardo Moretti, amigo y benefactor, le pidió una cosa. Don Orione, con el impulso que lo caracterizaba, escribió en el papel que el profesor le entregó las siguientes palabras: " Este es Jesús que viene salgamos a su encuentro ¡Fuera, fuera de nosotros para vivir para él, para vivir , Ven, ven!. tenemos lo que no es Dios, no es el amor y el sacrificio de amor a los hombres nuestros hermanos. y todos en “ hymnis et canticis,” con alegría, gran alegría perfecta, con dilatación del corazón y magnanimidad. Dios te ama, es necesario , es tan vivo ".
San Luis Gonzaga, nació el 9 de marzo,1568- 1591) en el castillo de Castiglione delle Stivieri, en la Lombardia. Hijo mayor de Ferrante, marqués de Chatillon de Stiviéres en Lombardia y príncipe del Imperio y Marta Tana Santena (Doña Norta), dama de honor de la reina de la corte de Felipe II de España, donde también el marqués ocupaba un alto cargo. La madre, habiendo llegado a las puertas de la muerte antes del nacimiento de Luis, lo había consagrado a la Santísima Virgen y llevado a bautizar al nacer. Apenas contaba siete años de edad cuando experimentó lo que podría describirse mejor como un despertar espiritual. Siempre había dicho sus oraciones matinales y vespertinas, pero desde entonces y por iniciativa propia, recitó a diario el oficio de Nuestra Señora, los siete salmos penitenciales y otras devociones, siempre de rodillas y sin cojincillo. Su propia entrega a Dios en su infancia fue tan completa que, según su director espiritual, San Roberto Belarmino, y tres de sus confesores, nunca, en toda su vida, cometió un pecado mortal Un día que la marquesa contemplaba a sus hijos en oración, exclamó: «Si Dios se dignase escoger a uno de vosotros para su servicio, "¡qué dichosa sería yo!". Luis le dijo al oído: «Yo seré el que Dios escogerá.». Desde su primera infancia se había entregado al la Santísima Virgen. A los nueve años, en Florencia, se unió a Ella haciendo el voto de virginidad. Después resolvió hacer una confesión general, de la que data lo que él llama «su conversión».
ORACIÓN
Dios nuestro, fuente y origen de todos los dones celestiales, tú que uniste en San Luis Gonzaga una admirable pureza de vida con la práctica de la penitencia, concédenos, por sus méritos e intercesión, que los que no hemos podido imitarlo en la inocencia de su vida lo imitemos en su espíritu de penitencia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén