sábado, 2 de noviembre de 2024

HE SOÑADO CON LA VIRGEN

 



HE SOÑADO CON LA VIRGEN...

... He visto moverse las piedras:

he oído cantos arcanos de cielo

y hasta las piedras cantaban!

He soñado con la Virgen:

he visto a la Virgen trabajando con nosotros!

Las piedras del Santuario

y las obras de fe y de caridad

cobraban vida y florecían,

cantaban junto con nosotros,

pregonando: María! María! María!

Y se alzaban hacia Ella como Angeles,

y junto con los Angeles,

como almas en adoración.

Qué pura y qué bella la Virgen Santa!

Tan soberanamente bella que se parecía a Dios!

Revestida de luz,

rodeada de esplendores y coronada de gloria;

grande y gloriosa, con la gloria y grandeza de Dios!

Pero, ¿quién podrá hablar de Ti, oh Virgen Santa?

¿Qué será, entonces, el Paraíso?

No fue más que un sueño,

y no duró más que breves momentos,

pero todavía me siento como renacido;

desvanecido el recuerdo de amarguras pasadas,

el alma exulta y la inteligencia se llena de luz,

el corazón se ilumina y se inflama de suavísima caridad,

siento una inmensa alegría

y no quiero ni deseo nada más!

Te quiero, oh Santa Virgen:

Te llamo, Te sigo, Te amo!

Fuego, dame fuego,

fuego de santo amor a Dios y a los hermanos:

fuego de divina caridad

que encienda las antorchas apagadas,

y resucite todas las almas!

Llévame, oh Virgen bendita,

entre las muchedumbres que llenan las plazas y los caminos;

llévame a acoger a los huérfanos y pobres,

a los miembros de Jesucristo,

abandonados, dispersos, sufrientes,

tesoro de la Iglesia de Dios.

Si me tienes con tu brazo poderoso,

los llevaré todos a Ti, oh Bienaventurada Madre del Señor!

Madre tiernísima de todos nosotros, pecadores,

de todos los afligidos.

Ave, toda blanca, Inmaculada Madre de Dios:

Reina augusta!

Salve, oh grande Señora de la Divina Providencia,

Madre de Misericordia!

Tú eres omnipotente en el corazón de Jesús,

Tu Dios y Tu Hijo,

y tus manos están llenas de gracias!

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En Don Orione nella luce di Maria, Ed. Postulazione della Piccola Opera, Roma 1965, pp. 1683

ss. Otra página espléndida de Don Orione, de abril de 1933, que rezuma su devoto amor por la

Virgen María.

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