En
el prólogo del libro Don Orione Latinoamérica y Argentina subraya Don
Roberto Simionato: “Estoy en tierra orionita, me dije, ¡Don Orione
estuvo aquí!” Esto provocó en mí: ¡qué ganas de conocer mejor lo que
encontró y vivió en Argentina!
¿Qué
Argentina encontró Don Orione? El autor Nos dice: “vamos a mirar a Don
Orione en la Argentina de aquel tiempo, para comprendernos mejor a
nosotros sus hijos espirituales.
¿Qué Argentina encontró Don Orione?
Repasando
la historia argentina desde el proceso de la independencia hasta la
llegada del Fundador, documentando las dificultades de la Iglesia en
adaptarse a la nueva realidad, hasta recomponer la relación con el
Estado. El Congreso Eucarístico Internacional (1934) fue un milagro de
fe, un tiempo de madurez para la Iglesia argentina que despertó al
laicado que apoyó el proyecto de caridad de Don Orione
¿Qué
le aportó Argentina a Don Orione? Porque en los años que estuve en la
Curia General oí de algún anciano una afirmación que me dejó pensando:
“Don Orione volvió distinto de Argentina” (“de América”, decían allá).
Al P. Mugnai se lo escuché más de una vez; él era particularmente
sensible a este tema por sus 20 años en África, fundando la misión.
Cuando le preguntaba en qué volvió distinto, siempre tuve una respuesta
imprecisa: “No sé… más distinguido, nos hablaba de otro modo, más
convencido, no sé… distinto”.
Si
sus hijos pudieron intuir que Don Orione volvió “distinto”, aún sin
saber precisar bien en qué consistía eso, quiere decir que fue muy
fuerte lo que vivió el Fundador en Argentina. Y que las palabras
radiales de despedida: “Quiero decirles a todos y asegurarles que en
Argentina he encontrado para siempre mi segunda patria y que con la
ayuda de Dios volveré a ella, vivo o muerto, porque quiero que mis
cenizas descansen en el Pequeño Cottolengo argentino de Claypole”, no
las decía simplemente para quedar bien, sino que estaba narrando una
honda experiencia.
Nadie
lo podía decir mejor que el Papa Francisco: “No hay que guardar el
carisma como una botella de agua destilada, hay que hacerlo fructificar
con coraje, confrontándolo con la realidad actual, con las culturas, con
la historia, como nos enseñan los grandes misioneros de nuestros
institutos”.
1 El Papa nos marca el rumbo......El P. Enzo dio estos primeros pasos. A nosotros nos toca seguir el camino.
Don
Orione decía- Sabes, Sterpi, que desde que estaba con Don Bosco, en
Turín, siempre soñé con ser misionero, surcar los mares, evangelizar
pueblos, atravesar ríos y selvas; y ahora un ángel “negro” el Obispo de
Mariana, en el interior de ese inmenso país, Brasil, me llama a salvar
almas desde su lejana tierra.
Don Orione: “Si pudiera hacer pie en Buenos Aires, en la desembocadura y
en el corazón de Argentina” “En cuanto a ir a Argentina, ¡claro que sí!
Claro que iría con mucho gusto, ya que me encuentro en Latinoamérica; y
yo ya te lo insinuaba en mi carta desde el buque, que le entregué al P.
De Marchi”. Y me haría feliz poder contarle a los nuestros y al Santo
Padre que ha sido Mons. Maurilio el que nos ha abierto las puertas de
Argentina. (...) “Será necesario que la Congregación haga los máximos
esfuerzos, y se implante bien, aquí en Brasil y en Argentina; yo no
pienso moverme de aquí, si antes no echo al menos los cimientos, (...) y
las columnas principales que la Divina Providencia quiere que se
levanten en estas tierras, para salvación de esta pobre juventud, y para
el bien de la Iglesia”.
Don
Orione si bien cumplió su sueño de surcar los mares, también cambio la
vida de la Iglesia en ese momento donde muchos no querían comprometerse,
quizás por falta de mano de obra o como en el Chaco por el gran calor y
las condiciones precarias de vida su pedido al Visitador: “Déjeme aquí
donde nadie quiere venir”. Oh Noble Nación Argentina que avanzas por los
caminos de tu fe, tan pura y tan serena como el celeste y blanco de tu
bandera: Nación Argentina que por los caminos del progreso y la
civilización vas a la cabeza de los pueblos, junto con las naciones más
dignas y avanzadas del mundo; tú, noble Argentina que has escrito la más
hermosa página de libertad de las naciones de América del Sur, escribe
también otra página, una página en grandes letras doradas, la del
triunfo de la cruzada de amor, cruzada de caridad …