domingo, 25 de mayo de 2025

QUÉ SON LAS PUERTAS SANTAS?




Las Puertas Santas son entradas especiales en algunas iglesias que solo se abren en momentos importantes para la Iglesia, como el Jubileo.

Cuando una persona cruza una Puerta Santa, lo hace como símbolo de un nuevo comienzo.

Es un gesto que representa dejar atrás lo malo, pedir perdón y empezar de nuevo con esperanza y fe.

Mucha gente viaja desde distintos lugares para pasar por ellas.

No se trata solo de caminar a través de una puerta, sino de un momento especial para reflexionar, agradecer y sentirse más cerca de Dios.

Cada Jubileo comienza con la apertura de estas puertas, siendo la más conocida la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano.

Al final del Jubileo, las puertas se cierran y quedan selladas hasta la próxima vez que se vuelvan a abrir, marcando un nuevo ciclo en la vida de la Iglesia y de los fieles.


DON ORIONE ADAPTANDOSE A LAS COSTUMBRES ARGENTINAS

 

Las cosas propias de la nueva tierra

Al encontrarse en un nuevo territorio, con otra división política y grandes distancias, Don Orione explicará esta nueva realidad a los destinatarios de sus cartas.

Al P. Mario Ghiglione, quien se encontraba en Brasil, el Fundador le comentará que las provincias argentinas serían como los estados del Brasil: “Entre Ríos es una Provincia, que sería como un estado en Brasil”. En otra carta a Don Sterpi, también explicará qué son las provincias argentinas: “El P. Bonetti y el director del ‘Don Bosco’ de aquí, me llevaron a ver al Gobernador. Las provincias argentinas son como pequeños Estados, cada una tiene su cámara de diputados y senadores y un Gobernador.”

En una carta al obispo de Tortona, el Fundador explicará cuán grande es la provincia de Buenos Aires, comparando su extensión con la de Italia, aunque en este escrito confunde la ciudad de La Plata, sede de la Gobernación, con la provincia: “Ayer fui recibido por el Gobernador de la Plata, una provincia que es más grande que Italia”.

También mencionará y experimentará las largas distancias de los viajes en nuestro país. “Estoy en Mendoza luego de veinticuatro horas de tren, a unos 1100 kilómetros de Buenos Aires, hoy no celebré, pero, gracias a Dios, pude comulgar”.

En otra carta, pero enviada a Don Sterpi dirá: “Sábado 25 de Enero, se tomará posesión del Santuario y Parroquia de Itatí (…) y viajarán el jueves a la mañana, o sea mañana, tendrán 36 horas de tren y luego siete u ocho horas navegando sobre el río Paraná, van hasta los confines de la Argentina”.

En varias misivas a sus religiosos y amigos que se encontraban en Italia, Don Orione les dirá cual es el cambio para que puedan comprender el valor de los gastos, donaciones u otros: “Acá tenemos seis o siete maestros laicos, a quienes les damos, a cada uno, unos 130 pesos al mes, un peso ahora es 3 liras italianas, en promedio”. En otra carta dirá: “Todos los pabellones del Pequeño Cottolengo Argentino están llenos, y el Gobierno, en reconocimiento al servicio social de la institución, decidió dar 50.000 pesos, más de 250 mil liras”.

Durante su segunda estadía en Argentina, Don Orione sentirá el peso de los años y comenzará a experimentar algunos problemas de salud, entre ellos, la diabetes. Esto lo llevará a comenzar una dieta y los cuidados que dicha enfermedad conlleva. “Estuve más de un mes muy débil, pensaba que fuese cansancio por el trabajo hecho: no podía escribir ni trabajar un poco más de la cuenta. Además, tenía tanta sed, que dudé que fuese otra cosa, y al analizar la orina, encontraron la diabetes. (…) ¿Quién no tiene diabetes? Así que me pusieron a régimen.”

Junto con esto, el Fundador también dará cuenta que la dieta argentina es distinta a la italiana: “Engordé y estoy bien, acá te hacen comer mucha carne, que si en Italia se comiera solo la mitad, reventaría (discúlpame por la palabra)”. E incluso, hará dos menciones al mate, posiblemente el mate cocido. La primera se encuentra en una lista de ideas “Apuntes de R.P. Don Orione (…) A las 16 hay leche o mate – la cena como el almuerzo”; y la otra en una dieta para diabéticos: “100 gramos de vino por comida – mate té o café”.