SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


martes, 30 de abril de 2024

SIGNIFICADO DEL TRABAJO PARA DON ORIONE

 


En el día del Trabajo, veamos un ejemplo concreto de los que significaba el trabajo para Don Orione fue la construcción de los Santuarios de la Guardia en Tortona y de la Virgen de Caravaggio en Fumo, donde sus religiosos trabajaron codo a codo con los albañiles.
En ocasión de la inauguración de las obras del Santuario de la Guardia, el 23 de octubre de 1926, Don Orione llamo a sus clérigos, los rebautizo con el nombre de “peones de Dios” y organizó una procesión llevando las herramientas. Cuenta Papasogli en su libro:
“Les habló de la Virgen y puso en sus manos desde el primer día, idealmente, palas, azadas, cucharas, baldes de cal: era un nuevo espaldarazo; de ahí en más, los nombraba 'peones de Dios'.
Habría también maestros albañiles, pero ellos, los clérigos, deberían realizar los trabajos más humildes: llevar los materiales necesarios, arriba y abajo por improvisadas escaleras, siempre hacia lo alto, por el tiempo... ¿Cuánto tiempo?
Aquellos muchachos tenían quince, dieciocho, veinte años: trabajos y herramientas, debían ser adecuados a sus fuerzas. Pero la verdadera fuerza era la que no se veía ni tenía edad: la fe, fe simple y fuerte, idea y praxis dulce y dura como ellos mismos. Una fuerza que, con el uso, se multiplicaba”
Refiriéndose a la construcción del Santuario de Fumo, en una carta escribirá el Fundador: “En el nuevo Santuario trabajan activamente los pobres curas de la Divina Providencia junto a los hábiles trabajadores del arte de la construcción; nuestros curas preparan la cal, llevan las piedras y ladrillos, trabajan como verdaderos peones de Dios, como ya lo hicieron en Tortona”.
Y en un discurso destinado a un grupo de neo sacerdotes quienes habían trabajado en la construcción del Santuario de la Guardia, Don Orione rezará a la Virgen: “¡oh Madre nuestra, en estos primeros pasos de un nuevo camino, protege siempre estos sacerdotes, los changadores, los peones de tu santuario!”
El testimonio de “los peones de Dios”, imagen concreta del trabajo orionita, moverá los corazones del pueblo, incluso de los contrarios a la Iglesia: “La mujer de un tal Partarelli, socialista intransigente que rompió el crucifijo en el palacio el obispo, dijo: 'También mis hijos se casaron por iglesia después de haber visto trabajar a los sacerdotes de Don Orione'”.
Muchos religiosos entendieron qué significaba el trabajo para Don Orione, encarnando en sus vidas las enseñanzas del fundador.
Un ejemplo iluminador del trabajo orionita, lo encontramos en el entonces clérigo ciego Cesar Pisano, quien luego sería Fray Ave María. Trabajaba incluso por la noche en la construcción de una Gruta de Lourdes en la casa de formación de Villa Moffa.
Todos se avocaron con entusiasmo (…) Las horas de la recreación las dedicaban enteramente a aquel dulce y ameno trabajo. El clérigo Pisano le dedicaba incluso algunas horas de la noche. Sabía usar el pico, la pala y la carretilla con la seguridad que le daba la práctica y el desarrollo de sus otros sentidos”
Junto con el ejemplo de Fray Ave María, podemos agregar el ejemplo de muchos de nuestros hermanos difuntos, quienes son recordados por su capacidad de trabajo en el caso de Argentina:
El P. Benito Anzolin, el “albañil de la Virgen”, quien impulso la construcción de la basílica de Itatí. El obispo diocesano repetía jamás se hubiera decidido a encarar el proyecto si “no fuera por el entusiasmo e insistencia del P. Benito”.
El Hno. Dagoberto Molina, quien tenía no solo una gran capacidad de trabajo y organización; sino también grandes conocimientos del trabajo mecánico y reparación de automóviles y había también estudiado enfermería y radiología.
El Hno. Juan Barón, quien durante la época de la segunda guerra mundial, afrontó numerosos peligros para conseguir el pan, en su “motocarro de la caridad” y transcurrió casi cuarenta años trabajando en el depósito de Pompeya.
El P. Luis Varetto, quien luego de aprender ebanistería y construcciones artísticas en madera en Mestre, siendo aún clérigo armó las cabestradas del Santuario de Tortona.
El P. Tomas Alonzo,quien salía a “buscar la Providencia para los pobres del Cottolengo”, trabajaba en el jardín de la parroquia de Pompeya y de clérigo había manejado el arado durante la construcción de los caminos internos del Cottolengo.

El P. Victorio Bresciani,quien poseía grandes conocimientos técnicos, como así también una gran capacidad para el trabajo manual: era mecánico, tornero, soldador y albañil. Siendo recordado por trabajar codo a codo con los albañiles levantado paredes.
El Hno. Inocencio Torresan, quien fue maestro de grado en el Puerto Mar del Plata y en Cuenca, donde distribuía en sulky pan y ropas entre los pobres, después de la misa de los domingos.
Junto con ellos, debemos también recordar los religiosos que trabajaron en la construcción de los santuarios de la Guardia y de Caravaggio,y tantos otros que fueron verdaderos trabajadores de Dios, como el Fundador quería.
Las imágenes del trabajo utilizadas por el Fundador no solo serán una definición su propia vocación, sino una expresión de su obra y ministerio.
Don Orione buscaba servir a los pobres y a la Iglesia en los trabajos más sencillos y humildes, siguiendo el ejemplo de muchos santos y de Nuestro Señor: El, que era de condición divina, no consideró esta igualdad con Dios como algo que debía guardar celosamente: al contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de servidor y haciéndose semejante a los hombres” (Flp. 2,6-7).
El sentido orionita del trabajo será también una preciada herencia, un modo concreto de seguir a Jesús y un desafío constante para todos aquellos que quieran seguir las huellas de Don Orione, el changador de Dios
 
 Imágenes Orionitas del Trabajo,son imágenes vivientes  : los peones de la Virgen
La teoría hecha realidad: “los peones de Dios”

Fuente p. Facundo Mela

lunes, 29 de abril de 2024

30 ABRIL 1937 FUE ERIGIDA COMO PARROQUIA LA HOY PARROQUIA SANTUARIO INMACULADA CONCEPCIÓN DE BARRANQUERAS

El inicio de la parroquia Inmaculada Concepción en Barranqueras se remonta a principios del siglo XX, cuando la zona era atendida por los frailes franciscanos que venían desde la Iglesia Catedral de Resistencia o bien desde el convento Nuestra Señora de la Merced, de Corrientes.

En 1913, la comunidad eclesial de Barranqueras consiguió un salón, en cercanías del puerto, como capilla provisoria, donde la comunidad comenzó a reunirse para las actividades religiosas. En 1917, fray Antonio Villagra formó, con un grupo de vecinos, una comisión procapilla.
El 1 de agosto de 1934, el arzobispo de Santa Fe, monseñor Nicolás Fasolino, celebró la misa en la nueva capilla y bendijo la imagen de María Inmaculada, donada por Concepción Fazzio de Rossi. En 1936 los franciscanos dejaron la Catedral pero siguieron atendiendo a la comunidad de Barranqueras.
 
 
Erigida en parroquia en 1937,en Barranqueras, Chaco,antes de la creación de la Diócesis de Resistencia en 1939

El 30 de abril de 1937 el obispo separó Barranqueras de la Catedral y erigió en parroquia una amplia zona donde se desarrollaban las actividades evangelizadoras. Su primer administrador parroquial fue fray Gabriel Possenti, a quien sucedió en 1938 fray Nicolás Amuchástegui como párroco. Con este sacerdote concluyó el período misional franciscano. 
En junio de 1937, Don Orione llegó a Resistencia y monseñor De Carlo le pidió hacerse cargo de una parroquia: le ofreció la extensa parroquia de La Inmaculada Concepción, de Barranqueras, que fue adjudicada a la orden en 1943. Los religiosos de Don Orione desarrollaron una intensa actividad pastoral y de promoción humana: crearon una escuela de Artes Gráficas que realizaba los mejores trabajos de imprenta de la zona, y el Hogar del Niño Don Orione alojaba a huérfanos que aprendían así un oficio y trabajaban su propia huerta para su sustento. 
* El primer párroco fue Juan Iwertowsky y su primer vicario cooperador Luis Favarato. La formación humana y religiosa de los chicos y jóvenes se vio fortalecida por un batallón de exploradores navales y una banda de música que competía en importancia con la Municipal de Resistencia.
En lo religioso, más de 100 niños y adolescentes eran aspirantes de Acción Católica, agrupación que tenía un equipo de fútbol llamado Juventud Antoniana y que luego pasó a llamarse Club Deportivo Don Orione, con sede en la misma parroquia donde fue fundado. Las mujeres se nucleaban en la Asociación Mujeres de Acción Católica y Damas de Beneficencia, y las jóvenes en las Hijas de María.
* En 1946 el padre Mario Cabri sucedió a Iwertowski, que impulsó el deporte, concluyó la Escuela Tipográfica y amplió el comedor. El vicario era José Cavaretta, asesor y alma máter del club Don Orione, y el padre Domingo Repiccioli era director del Hogar del Niño.
* En 1953 asumió como párroco el padre Luis Smiriglio, que creó el Batallón de Scouts Católicos San Luis. Los vicarios cooperadores fueron Salvador Piccioni, Antonio Genovese y Santiago Dalla Costa
* En 1955, durante la gestión del padre Juan Lengua, la parroquia fue ocupada por el Ejército durante la Revolución Libertadora y se disolvió el Hogar del Niño Don Orione.
* En 1956 asumió como párroco el padre Roque Tonoli, que creó nuevas capillas. Fueron sus vicarios los padres Estanislao Tonoli, Arcángel Cassol y Julián Jara.
* En marzo de 1957, por iniciativa de un grupo de vecinos preocupados por la falta de lugar en las escuelas de la zona, nació el Colegio Don Orione, con 96 chicos. También 14 jardines de infantes se instalaron en toda la extensión de la parroquia, desde La Toma, hasta la CAP, en Puerto Vilelas.
En este período comenzó a desmembrarse la jurisdicción parroquial: de la Inmaculada Concepción surgieron parroquias como La Merced (La Liguria), San José (Villa Florida) e Itatí (Vilelas), todas comunidades que eran hasta entonces atendidas por los sacerdotes de Don Orione.
* En 1960 las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad PHMC (Don Orione) llegaron para colaborar en la obra evangelizadora de la parroquia. 
* En 1962 regresó a Barranqueras el padre Salvador Piccioni, quien terminó las construcciones pendientes.
* En 1969, al morir Piccioni, como párroco lo sucedió Luis Gastaud.
el padre Roberto Simionato fue el vicario.
Luego asumieron 
* 1973 Timoteo Peñalver (1973),
* 1978 Andrés Ruiz (1978), 
* 1983 Benjamín Martínez (1983), 
* 1986 José Foglia (1986). En este período se realizan las obras de remodelación en el colegio y en la sede parroquial. Comenzaron las actividades en el Hogar de Hombres Discapacitados Don Orione en la capilla San Roque, alojando principalmente a aquellos hombres que estaban solos y enfermos en los barrios de la comunidad parroquial. Por esos años se vivió la angustia de la posibilidad del remate del colegio, que fue evitado a través de la Cámara de Diputados en agosto de 1988.
Entre 1989 y 1999 se suceden en la conducción Andrés Ruiz y José Cicciolli. El colegio, además, inicia las clases de EGB 3 y Polimodal, lo que antes era el secundario. 
* En 2002 asume como párroco Sergio Jiménez. al P Leonardo Moreno, P Claudio Casertano, también el P Benjamín Martines, Cristian Ducloux
**El 1 de enero de 2005, el arzobispo Carmelo Giaquinta decretó a la parroquia como primer santuario diocesano. 
* Y en febrero de 2005 llegó a la parroquia el padre Juan de Rosas Ríos Velásquez, párroco, a quien acompañaban los padres Cristian Ducloux y Mario Zacarías, además del hermano José Almirón. 
Después sucedieron los padres Eldo Musso párroco por muy poco tiempo( año y medio), ya que fué nombrado Consejero General de la Obra Don Orione, en Roma, Italia, el entonces hermano Edgardo Crotti, luego Sacerdote, el padre Bienvenido Sosa Torres, el padre Eldo fue reemplazado por el Padre David Penzotti párroco acompañado por los padres Roberto Simionato, como vicario a su regreso de Roma donde fue Superior General de la Obra y luego fue Rector de la Basílica de Itatí. Bernabé Rios, y siguen los padres Miguel Angel Berriel Perille y el padre Mario Fregenal.por el termino de un año estuvo cómo párroco el padre Hernan Mereles y lo acompañaron como vicarios los padres Miguel Angel Berriel Perille y el padre Damian Picone, Y ahora párroco es el Padre Santiago Solavaggione, lo acompañaban el padre Juan de Rosas Ríos Velasquez y el padre Antonio.en la actualidad continua el párroco y el padre Antonio,junto al padre Mateo y el padre Germán.
  
la Parroquia Santuario Inmaculada Concepción, cuyo festejo es el 8 de diciembre  fue declarado de Interés Provincial por resolución 2314, por ser la Inmaculada Concepción de María, patrona de la Provincia del Chaco.

Un 30 de septiembre de 1954, durante la presidencia de Deolindo Felipe Bittel, la Cámara de Diputados del Chaco sancionó la Ley 90. A través de la norma, se designó a la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, patrona de la Provincia, por ese entonces llamada “Presidente Perón”. 
Desde el 1 de enero de 2005, fue declarada Santuario Diocesano, por el entonces Arzobispo de Resistencia, Monseñor Carmelo Juan Giaquinta, que al cumplir la edad para su retiro fue reemplazado por el Arzobispo Monseñor Fabriciano Sigampa,este también fue reemplazado por la edad, por Monseñor Ramón Alfredo Dus, actual arzobispo de Resistencia.











SAN JOSE BENITO COTTOLENGO EN LA VIDA DE DON ORIONE




SAN JOSE B COTTOLENGO EN LA VIDA DE D ORIONE

Influyo la cercanía de la “Pequeña casa de la Divina Providencia” (es decir el Cottolengo de Turín) en la espiritualidad del joven Luis Orione?.

La figura de San Jose Benito Cottolengo influyo muchisimo en el joven Luis Orione. Si bien, Don Orione no conoció a este gran santo, conocio su obra y en honor a él llamo a sus casas para gente con discapacidad "Cottolengos".

Sabemos que los “Pequeños Cottolengos” constituyen un capitulo fundamental para la historia de la multiforme actividad caritativa de Don Orione, a pesar de ser el epilogo de lo que inicio en 1893 para los niños pobres.

La compasión hacia los enfermos y a los que sufren, encendida en el joven Orione por el canónigo Cattáneo, se inflamó entonces más que nunca encontrando las filas de pobres y desdichados hospedados en la pequeña casa de la Divina Providencia, como el mismo nos cuenta:

“Recuerdo mis años juveniles, cuando estudiaba en Turín, en la casa de Don Bosco. Un día nos llevaron a pasear. Vivía aún Don Bosco; eran los años en los cuales el gran Santo murió.

Nos concedían un paseo semanal, el jueves, a lo largo de la avenida reina margarita, que entonces estaba al margen de la ciudad y separaba Turín de la región que se llamaba Valdocco, donde están los monumentos de la caridad: los edificios del Cottolengo, de Don Bosco y de la Marquesa de Barolo.

Íbamos a lo largo de la avenida, cuando encontramos una larga fila de personas (una muchedumbre) que nunca acababa, y parecía interminable. Iban formados de a cuatro y se tomaban de a dos las manos. Iban como en cadena: y algunos desbordaban por aquí, y otros por allá. Eran lisiados, ciegos, rengos, jóvenes y viejos. Quien los guiaba era uno de ellos, un poco… mejor, pero que estaba de pie con dificultad y desbandaba mucho también él…

El sol los bañaba. Aquellos arboles veían pasar aquella columna –llamémoslo así- de pobres infelices, y la primavera bajaba sobre aquellos pobres desdichados, quienes se sostenían con esfuerzo, como el polen sobre las flores.

En verano caminaban bajo la sombra ancha que bajaba de las hojas amplias y palmadas de los plátanos… El otoño arrojaba, a sus pasos, las hojas y alguno a veces resbalaba sobre esas hojas rojizas. Durante el invierno las ramas escuálidas parecían llorar sobre aquella columna de infelices.

Cada vez que me llevaban a paser, yo quería, en mi corazón, verlos a ellos. La gente los miraba: los transeúntes se detenían sorprendidos; y luego meneaban la cabeza y seguían y seguían murmurando: -¡son los del Cottolengo… cosa de Cottolengo!...

Yo los miraba, deseaba encontrarlo, los sentía hermanos, los amaba. No conocía su patria de origen, ni sabía como se llamaban. No tenía importancia para mí… salían de una gran casa: pero el Cottolengo quiso llamarla ‘Pequeña Casa’, porque la Casa de la Divina Providencia es el universo...la última vez que fui a la ‘Pequeña Casa’, había trece mil hospedados: una verdadera ciudad de dolor… o es casa del misterio o es el milagro continuado de la Divina Providencia; una casa que vive sin bienes propios, sin renta fija alguna.

Se podía pensar que eran personas tristes, encerradas; por lo contrario sonreían; y cuando los veía o encontraba llevaban un rayo de serenidad en la frente, como aquellos rayos de sol que, anhelados con ansia especialmente en los días de neblina, llegan a restaurarnos después de los rigores del invierno.

Cuando regresaban a su casa, atravesaban un atrio donde esta puesta una estatua del santo sacerdote, en el acto de bendecir a la extrema vejez y a la infancia abandonada, mientras levanta un dedo al cielo hacia la Divina Providencia.

La casa es el milagro permanente de la Divina Providencia. ¡Contra el positivismo y el materialismo esta el Cottolengo! Allí hay muchos y muchas más de lo que yo encontraba en el paseo; la mayoría no puede salir; están siempre en la cama y viven postrados en camillas, carritos, cochecitos.

Si entran en aquellas largas crujías –son muchas y los pobres están divididos en familias- hay lisiados, crónicos, ciegos, viejos, jóvenes, mutilados, paralíticos: todos los miran con una sonrisa, todos los miran con alegría serena en los labios… “Es un milagro” y el mundo los rechaza como desechos, escombros de la sociedad!

Las madres de muchos de ellos, enseguida después del desgarro de la maternidad, han apretado al seno sus recién nacidos: después quisieron ver uno a uno si sus miembros eran perfectos, y vieron, en el lugar de los brazos y manitas, los muñones… Pensaban dar una flor al jardín del mundo, y vieron un cuerpecito desfigurado, y llorando un llanto sin consuelo…

Pero en el evangelio está escrito: -¡Dichosos los que lloran, porque serán consolados! Y aquellos desdichados que no tuvieron el don del llanto, tuvieron el llanto de sus madres, que muchas veces fallecieron acongojadas diciendo: -¿a quién dejare mi desdichado, este mi pobre hijo? Esta el Cottolengo. ¡He aquí que es el Cottolengo!

¡Dichosos los que lloran… Pasa la figura de este mundo: ‘cosa linda y mortal pasa y no dura’, reza un poeta nuestro. Pero hay algo que permanece en los siglos, algo inmortal. Pasan los gozos, pasan las fiestas, pasan también los dolores, y aquellos pobres infelices se despiertan un día como de un sueño penoso; y, con su gran maravilla se encontraron de pie, firmes en sus piernas; la pierna derecha no estaba y estará en su lugar; no había una mano, y estará en su lugar; los ojos que estaban en las tinieblas verán la luz; y se alegraran en el regocijo de todos sus miembros perfectos. Volverán a usar las facultades mentales y se sentirán almas inmortales, redimidas y libres. Vestirán el blanco hábito del bautismo…

Y cuando Cristo Señor dirá que deberán separarse los buenos de los malos, aquellos desdichados, que fueron despreciados, sentirán que su lugar es a la derecha. Cuando Jesús diga: -¡Vengan, benditos, a recibir el premio preparado para vosotros desde la constitución del mundo!, he allí, sentirán que son ‘bendecidos’.

¡El mundo los había considerado, no digo maldecido, pero casi no dignos de pertenecer al consorcio humano! Y escucharan a Jesús decir: -tenía hambre, y me dieron de comer; tenía sed, y me dieron de beber; estaba desnudo, y me vistieron; era peregrino, enfermo, preso, y fueron a visitarme.

Ellos, los del Cottolengo, miraban alrededor. Pero cuando Cristo Señor diga: -vengan, benditos, a recibir el premio-, los elegidos, los bienhechores de los pobres, los que practicaron la caridad, los que tuvieron entrañas de misericordia hacia los desdichados, contestaran: -¿Cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer?, ¿sediento, y te dimos de beber?, ¿huérfano, enfermo, y te consolamos?-, los del Cottolengo callaran. Pero cuando Jesús dirá: -todo lo que hicieron a estos pobres, me lo hicisteis a mi-; entonces los repudiados por el mundo, los desechos, los escombros, se regocijarán con una alegría muy grande, porque comprenderán que fueron asemejados a Jesucristo.

Buscaran entonces entre el resplandor de los santos a una figura de sacerdote, un pobre cura, el ‘ángel’, el ‘canónigo bueno’, un sacerdote que rezaba el oficio y se conmovía a la palabra ‘caridad’:

Todas las palabras y las oraciones que decía se resumían en una única expresión: ‘caridad’; todos sus pasos eran sobre un único sendero, el sendero de la caridad; todas sus acciones, eran un canto a la caridad!...

¡Oh! ¡Entonces todos los que fueron disminuidos, sufrieron retraso, cantaran el cantico de la caridad, el cantico más lindo que los hombres puedan cantar en la tierra, y que los Ángeles cantan al cielo!...

“Entonces, cuando estaba en el oratorio de Don Bosco, recuerdo que nos llevaban a pasear, allá alrededor del Cottolengo de Turín. Y pasando por allá se veían aquellos pobres enfermos y epilépticos. Y yo me sentía atraído por aquellos pobrecitos, los miraba con compasión, y sentía gran deseo de ir al encuentro de ellos para aliviar sus sufrimientos. Experimentaba como una gran alegría en verlos, y aquella era la diversión más grande de mi paseo…”.

Desde Victoria (Buenos Aires), en el mes de marzo de 1935, Don Orione escribía a un excelentísimo Obispo:

“…Ya desde cuando hacia el secundario en Turín, cada vez que pasaba delante de la pequeña casa de la Divina Providencia, fundada por San José Benito Cottolengo, experimentaba una especial atracción hacia aquella obra de fe y de caridad, y el vivo deseo de hacer algo, con la ayuda divina, para nuestros hermanos más pobres y mas abandonados” (Scr. 67 – 300).

Informe: P. Facundo Mela (loqueyorecibi.blogspot.com.ar

domingo, 28 de abril de 2024

A QUIÉN SE RECIBE EN EL PEQUEÑO COTTOLENGO





 A QUIEN SE RECIBE EN EL PEQUEÑO COTTOLENGO ARGENTINO

El Pequeño Cottolengo tendrá siempre abierta su puerta a toda clase de miseria moral y material. A los afligidos y desengañados proporcionará nuevos alientos y lumbres de fe.

Separados luego en tantas otras familias, acogerá en su seno como hermanos a los ciegos, a los sordomudos, a los retardados, a los incapaces: cojos, epilépticos, ancianos y obreros inhábiles para el trabajo, niños escrofulosos, enfermos crónicos, niños y niñas de cortos años en adelante; jovencitas en la edad de peligros morales; a todos aquellos, en una palabra, que por una u otra causa necesitan de asistencia, de auxilio, con el agregado de que no pueden ser recibidos en hospitales y asilos, y que verdaderamente sean abandonados: sean de cualquier nacionalidad, sean de cualquier religión, sean también sin religión alguna: ¡Dios es Padre de todos!

Es evidente que todo esto se llevará a cabo gradualmente, mientras se vaya edificando y se disponga del lugar conveniente, confiando en Dios y en el concurso de los corazones misericordiosos, desconfiando tan sólo de nosotros mismos.

En el Cottolengo no deberá quedar sitio vacío.

Nuestra felicidad no nos asusta: la consideramos como el trofeo de la bondad y de la gloria de Jesucristo.

COMO SE REGIRÁ Y GOBERNARÁ EL COTTOLENGO ARGENTINO

Nada es más agradable al Señor que la confianza en El.

Y nosotros querríamos poseer una fe, un coraje, una confianza tan grande cuán grande es el Corazón de Jesús, el cual es su fundamento.

El Pequeño Cottolengo argentino se rige in Domino: sobre el fundamento de la fe, vive in Domino, de la Divina Providencia y de vuestra generosidad; se gobierna in Domino, esto es, con la caridad de Cristo: todo y sólo por amor, hasta el holocausto de nuestra vida, con el divino auxilio.

Todo depende de la Divina Providencia; quien todo lo hace es la Divina Providencia y la caridad de los corazones misericordiosos, movidos del deseo de hacer el bien, tal como el evangelio lo enseña, a aquellos que más lo necesitan.

 Fuente : blog Lo que yo recibí p. Facundo Mela

TIENE REDITOS EL PEQUEÑO COTTOLENGO ARGENTINO

Vosotros quizás creeréis que poseemos con fondos y réditos.

No, amigos míos; de todo eso tenemos menos que nada.

            El Pequeño Cottolengo no tiene réditos, y no podrá jamás tener tales réditos; va adelante día a día: "panem nostrum quotidianum".

            Aquel Dios que es el gran Padre de todos, que piensa en el pajarillo del aire y viste a los lirios del campo, envía con mano benéfica el pan cotidiano, esto es, aquel que se necesita cada día.

            Nuestro banco es la Divina Providencia, y nuestra bolsa está en vuestro bolsillo y en vuestro buen corazón.

COMO SE VIVE EN EL COTTOLENGO ARGENTINO

El Cottolengo está construido sobre la fe, y vive de los frutos de una caridad inextinguible.

            En el Cottolengo se vive alegremente: se ora, se trabaja en la medida que las fuerzas de cada uno; se ama a Dios, se ama y se sirve a los pobres. En los desamparados se ve y se sirve al mismo Cristo, en santa y perfecta alegría. ¿Quién más feliz que nosotros?

            Y también nuestros queridos pobres viven contentos: ellos no son nuestros huéspedes, no son asilados, sino que son los patrones y nosotros sus sirvientes, ¡así se sirve al Señor!

            ¡Cuán hermosa es la vida en el Cottolengo! Es una sinfonía de oraciones por los bienhechores, de trabajo, de alegría, de cantos y de caridad!

 

DE QUE MANERA SE PUEDE AYUDAR AL PEQUEÑO COTTOLENGO ARGENTINO

De mil maneras: con la oración, con dinero y haciéndolo conocer de personas de corazón y benéficas, que puedan cooperar a tan gran bien.

            Por otra parte, todo aquello que tengáis y no podías utilizar más, enviadlo al Cottolengo. Por ejemplo: ¿tenéis un par de botines que no lleváis más? Y bien, enviadlos al Cottolengo. ¿Tenéis lienzos, ropa blanca vieja, frazadas y vestidos usados, sombreros deteriorados? Y bien, enviadlos al Cottolengo. O avisad por teléfono dónde y cuándo podríamos ir a tomar dichos objetos. Nuestros teléfonos son: U.T 61-2654 y también 7 San Fernando.

            Todo es grande cuando es grande el corazón que lo da. Como en el Cottolengo se reciben los a los llamados desechos de la sociedad, así también se reciben los desechos de vuestra casa: muebles fuera de uso o rotos, mesas, sillas, camas, libros, cuadros, retazos inservibles y artículos de ropavejero: pan, carne, fideos, harina, legumbres, medicinas, carbón, leña, etc, todo sirve a los pobres del Pequeño Cottolengo Argentino.

            En el Cottolengo somos todos más pobres que vosotros, comenzando por los Padres, los cuales recibirán y vestirán con sentimientos de mucha gratitud los trajes eclesiásticos desusados que el Reverendo Clero tuviese a bien ofrecérselos en caridad.

Al muy Rvdo. Clero Argentino el Pequeño Cottolengo manda su humilde saludo en el Señor, anticipándoles vivas manifestaciones de agradecimiento por la benévola acción que querrá desenvolver con el fin de que se conozca la nueva institución, que ha sido ampliamente bendecida por el Excelentísimo Señor Nuncio Apostólico y por los excelentísimos señores arzobispos de Buenos Aires y de La Plata.

            Si alguno deseare dedicar lechos, un aula, un dormitorio, a la memoria y al nombre de una persona querida, esto puede hacerse en el Cottolengo, y se transmutará en bendiciones el acto magnífico del insigne benefactor o benefactora y de su familia.

VISITAD AL COTTOLENGO

¡Oh, argentinos, que poseéis el corazón más noble que haya jamás encontrado, venid a visitar a los pobres del Cottolengo, donde hay laus perennis por la prosperidad de vuestras familias y de la República; donde todo es simplicidad de vida y buen sonreír, sereno y reconocido donde todos los sacrificios y todas las palabras se confunden y se mudan en una sola: ¡CARIDAD!

            ¡El Señor perdona tantas cosas, por una obra de misericordia!

 

 

sábado, 27 de abril de 2024

¿ CUAL FUE EL ORIGEN DE LOS PEQUEÑOS COTTOLENGOS DE DON ORIONE?



Por el año 1915, moría la condesa italiana Teresa Agazzini, dejando a Don Orione su casa para que hiciese en ella un asilo de caridad destinado a ancianos pobres. A partir de allí, y tomando como modelo la gran obra que fundara San José Benito Cottolengo en Turín  Don Orione iniciaba un nuevo campo de apostolado de caridad para alivio de pobres y enfermos de toda clase.
Casi sin darse cuenta, Don Orione fue abriendo sus casas de caridad, una tras otra. La gente no tardó en llamarlas "Cottolengos", por identificarlas con la magnífica obra del santo. De esta manera, los Pequeños Cottolengos se propagaron en Italia y en otros países, llegando a América Latina.
El Pequeño Cottolengo Argentino fue abierto por el mismo Don Orione. Durante su segunda estadía en nuestro país, colocó en Claypole (al sur del gran Buenos Aires) la piedra fundamental de su construcción el 28 de abril de 1935. Y a pesar de lo limitado de los medios con que comenzó, había previsto que aquello se convertiría en algo grande: “Buenos Aires puede tener la ciudad de las diversiones, puede tener la ciudad de los estudios; pero el Cottolengo será la Ciudad de la Caridad”.
Al mismo tiempo, aceptó la donación de una propiedad en la calle Carlos Pellegrini, en pleno centro de Buenos Aires, para que fuera allí la sede central. Ese lugar fue bendecido el 27 de junio de 1935, y a los pocos días recibió allí a las primeras personas necesitadas de atención.
El Cottolengo de Avellaneda :Sólo en cuestión de escasos días, las Damas de San Vicente le ofrecieron una casa en la localidad de Avellaneda, que inauguró el 2 de julio del mismo año, como Cottolengo, poniéndolo bajo el cuidado de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad.
Aún hoy, impacta recorrer aquellos días inolvidables de la presencia de Don Orione en Argentina, cómo en tan poco tiempo pudo llevar adelante un proyecto tan grande. Sin dudas, la Providencia de Dios obró a través de la persona del santo, y de muchos corazones dispuestos que encontraron reflejado en él, sus propios anhelos de solidaridad.

Así definía Don Orione el sentido del Pequeño Cottolengo:

"Es una obra que toma vida y espíritu de la caridad de Cristo, y su nombre de San José Benito Cottolengo, que fue apóstol y padre de los pobres más desdichados... Es una familia edificada sobre la fe que vive del fruto de un amor inextinguible. En el Pequeño Cottolengo se vive alegremente; se reza, se trabaja en la medida que lo permiten las fuerzas; se ama a Dios, se ama y se sirve a los pobres. En los abandonados se ve y se sirve a Cristo en santa alegría. ¿Quién puede ser más feliz que nosotros?"
Don Orione concibió la obra del Pequeño Cottolengo como un auténtico proyecto de inclusión social, con la profunda convicción que no podía haber personas desechables, ni vidas sobrantes. Por eso, para todo aquel que se acercara, la única pregunta válida que se le podía hacer era acerca de su dolor. Nada más. Pasaron muchos años, y a pesar de tantos adelantos en la humanidad, aún persisten y aumentan los mecanismos sociales y económicos que discapacitan y excluyen. No se trata de un problema únicamente ligado a la salud, sino de una gran carencia social que, además, hace que las personas con discapacidad experimenten la pobreza, la ausencia de oportunidades, la dependencia y el desamparo.
El Pequeño Cottolengo, tal como lo anhelaba el Fundador, quiere ser "faro de civilización", luz testimonial en la construcción de un mundo más justo e incluyente.
Al mismo tiempo, es espíritu de familia, respuesta humana y cristiana para muchas personas necesitadas de un espacio existencial, capaz de dignificar y devolver humanidad.
 DE COMO ES EL PEQUEÑO COTTOLENGO ARGENTINO 
 El es, por ahora, como un pequeño grano de mostaza al cual bastará la bendición del Señor para llegar a ser un día un árbol corpulento, sobre cuyas ramas se posarán tranquilos los pajarillos (Math. cap. 13). Los pajarillos, en este caso, son los pobres más abandonados, nuestros hermanos y nuestros amos. 
EL OJO DE LA PROVIDENCIA El Señor ama a todas las criaturas sin excepción; su Providencia, empero, no pudo dejar de distinguir con amor de predilección a los miserables, a los afligidos, a los huérfanos, a los enfermos, a los que sufren tribulación de alguna manera, después que Jesús se presentó como un modelo y Capitán, sometiéndose El mismo a la pobreza, al abandono, al dolor y hasta el martirio de la Cruz.
 Por lo cual el ojo de la Divina Providencia está, en modo especial, fijo en las criaturas, más desventuradas y en aquellas que se hallan sumidas en mayor abandono
Para eso, religiosos y laicos, profesionales, trabajadores y voluntarios, unen esfuerzos cotidianamente buscando mejorar la calidad de vida y las posibilidades de aquellos hombres, mujeres y niños, que han encontrado en el Cottolengo su lugar.