SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


jueves, 9 de mayo de 2024

10 de MAYO 1946, EL ALBAÑIL DE LA VIRGEN




El Padre Benito Anzolin  de Zanè (Vicenza), murió en Buenos Aires (Argentina) en 1946, a la edad de 47 años, 20 de profesión y 18 del sacerdocio.La historia de Itatí está irrenunciablemente ligada a la Virgen y su Basílica. Y en la historia de la Basílica hay una figura por pocos conocida, pero que es el hacedor de la maravillosa Casa de María a la vera del Paraná: Don Benito Anzolín.

El P. Anzolín fue un hombre de Dios. Religioso orionita emprendedor, que interpretó el deseo de Don Orione de construir un gran santuario digno de la Virgen.

Apenas llego a Itati, Don Anzolín se puso en campaña. Logró ver hecho realidad el deseo de Don Orione, y con el gozo de haber llevado a cabo este proyecto les dice a sus parientes en una carta: “Es uno de los santuarios más grande de América”.

Pero además de la construcción, el P. Benito Anzolín se ocupó de los peregrinos, de la vida sacramental de sus parroquianos, y de dejar la impronta del carisma orionita en tierras itateñas. Su compromiso apostólico hacia que para ir a ver a un enfermo recorriera a caballo los senderos correntinos por “más de siete horas”. Se ocupó de los que sufrían dolencias corporales y espirituales, cuidó de su prójimo. Delineó el modo de ser del cristiano entre los itateños. Un hombre que rezaba y hacia rezar, porque en la oración se fortalecía y encontraba apoyo.

Como dice el Evangelio, “comenzó a edificar” la Basílica, no con sus propias manos, pero fue el encargado de administrar la parte contable, encargarse de la compra de materiales, etc. Llegó a ver la última etapa y todo el proceso: los cimientos, la terraza, la cúpula y la colocación en la cima de la imagen de bronce que domina todo el pueblo desde lo alto, porque desde “allí Ella es la Señora” de los corazones de sus devotos hijos.

El P. Anzolín había nacido en Zane, provincia de Vicenza, Italia, el 24 de octubre de 1898. Ingresa a la Congregación el 5 de diciembre de 1913 recibido por el mismo Don Orione. Realiza su primera profesión religiosa en el año 1925 en Venecia de manos del P Carlos Sterpi. Es ordenado sacerdote el 7 de abril de 1928.

A bordo del transatlántico “Giulio Cesare”, zarpa desde el puerto de Génova (Italia) rumbo a Buenos Aires, a dónde llega el15 de agosto de 1929. En nuestra tierra desempeña su tarea sacerdotal y apostólica en cuatro destinos diferentes, el último de ellos en Itati. Pasó por Mar del Plata, Victoria y Tres Algarrobos.


Es el mismo Don Orione quien le escribe al P José Zanocchi —entonces superior de la Congregación en Argentina— diciéndole que envié a Don Anzolín a Itati.

Hay testimonios de laicos que comentan que el día 30 de setiembre de 1937 llegó a Itati, donde se quedó hasta el 26 de febrero de 1946, debiendo partir para siempre del pueblo de la Virgen ya con su salud muy quebrantada.

En los casi diez años que estuvo en Itati fue administrador y párroco del santuario que hoy conocemos como Basílica-Santuario “Nuestra Señora de Itati”, nombrado por Mons. Francisco Vicentín, obispo de Corrientes.

El P. Anzolín fue el impulsor de la construcción de la basílica, como lo fue reconocido por el mismo obispo, quien admitió que jamás se hubiera decidido a encarar el proyecto si “no fuera por el entusiasmo e insistencia del P. Benito”.

En los últimos años, el corazón del P. Benito estaba muy fatigado y después de tres recaídas muere en Buenos Aires el 10 de mayo de 1946 siendo aún joven: 48 años de edad, 20 de profesión religiosa y 18 de sacerdocio.

El P. Anzolín fue un hombre totalmente consagrado al apostolado que se distinguió por su amor a la Eucaristía y su devoción a la Santísima Virgen. Una de sus motivaciones fuertes era hacer conocer a los niños y a la gente sencilla la doctrina cristiana. Por su fina delicadeza para con los pobres y enfermos, compró un hotel en construcción, a una cuadra del puerto, cercano al rio Paraná y lo transformé en hospital. Durante mucho tiempo se lo conoció como Hospital “Nuestra Señora de Itati”.

Algo que consideramos emotivo y que habla de la grandeza de ánimo de este sacerdote entregado por la causa de Cristo, es que nunca pudo volver “a sus pagos”, a ver a sus familiares, porque se había desatado la segunda guerra mundial. Fueron años duros y difíciles, y él mismo ante la imposibilidad de viajar se consuela diciendo en una carta: “nos veremos en el cielo…” 

Una oración en su memoria a María de Itatí es el mejor reconocimiento que le podemos dar todos quienes contemplamos la maravillosa obra que el P Anzolín supo concretar en honor de la “Tiernísima Madre de Dios y de los hombres”.

miércoles, 8 de mayo de 2024

DON ORIONE, MISTICO EN ACCIÓN.


"Si bien la vida de Don Orione fuese, como decía él, una 'rueda', daba la máxima importancia a la piedad y quería que tuviese el primer puesto como valor y como actividad. "Todo se puede esconder, menos la falta de piedad". Recordaba la amonestación de Pablo a Timoteo "Exerce teipsum ad pietatem, pietas ad omnia utilis est" y aquello de San Bernardo al Papa Eugenio III "Vae tibi, si fons devotionis in te siccatus fuerit". (48) ¡Cuánto insistía sobre estos conceptos!

"El hombre vale tanto cuanto reza. De nuestro trabajo queda tanto cuanto está cimentado en la oración". (49)

"Queremos arder de fe y de caridad. Cada palabra nuestra debe ser un soplo de cielos abiertos: todos deben sentir la llama que arde en nuestro corazón y la luz de nuestro incendio interior, encontrar a Dios y a Cristo. Para conquistar a Dios y aferrar a los otros es necesario, primero, vivir una vida intensa de Dios en nosotros mismos, tener dentro de nosotros una fe dominante, un ideal grande que arda y resplandezca...". (50)

Don Orione vivía tan inmediata y exclusivamente "de fe", "de Dios", que el encuentro con Dios era la ocupación única, exclusiva, indivisa de su jornada. La dedicación apostólica era una encarnación de esta comunión y de ella derivaba su eficacia.

"Seamos sinceros. ¿Por qué no siempre renovamos la sociedad, por qué no tenemos siempre la fuerza de arrastrar? ¡Nos falta la fe, la fe ardiente! Vivimos poco de Dios y mucho del mundo: vivimos una vida espiritual tísica, falta aquella verdadera vida de fe y de Cristo en nosotros, que conlleva en sí toda la aspiración de la verdad y del progreso social, que penetra todo y a todos, y llega hasta los más humildes trabajadores. Nos falta aquella fe que hace de la vida un apostolado ardiente en favor de los míseros y de los oprimidos, como es toda la vida y el evangelio de Jesucristo". (51)

Ahora bien, tengamos presente este dato: en la vida de Don Orione, y en el estilo de vida que él transmite a sus hijos espirituales, la actividad no es contraria a la intimidad con Dios, más bien es "parte" viva de la intimidad con Dios.

Don Orione era un gran contemplativo en la acción. No sólo su alma vivía en Dios, sino que Dios vivía en su alma. Por esto, el trabajo, las muchas personas y problemas que lo ocupaban "no lo perturbaban", porque lo suyo era un continuo moverse con Dios, en Dios, por Dios. Justamente se ha observado que, cuando Don Orione, en su programa de vida espiritual, afirma "Me arrojaré por la noche, cansado, entre los brazos de Jesús" sin más hace comprender que su apostolado (léase fatiga, preocupación, etc), en su carisma no es de por sí un obstáculo, sino casi 'conditio sine qua non' para alimentar la oración misma. "No adora a Dios aún cuando está cansado, sino más bien logra adorarlo justamente porque está cansado, en cuanto que su cansancio ha sido la preparación áurea para la unión con Dios". (52)

 48. Testimonio de Don G. Zambarbieri, Ex processu, p. 714. Acordándose de un religioso que no perseveró, Don Orione advertía: "En las obras exteriores y en el estudio se agotan todas las facultades, la inteligencia y la memoria y la vida, como ha sucedido con (...): no tenía nunca un momento para recogerse, para entrar en sí mismo, ¡para ser religioso...! Dio, sí, grandes pasos, pero fuera del camino. El trabajo de cierta gente no sirve 'ad aeternitatem' (para la eternidad). Por lo tanto, trabajo, sí, pero con celo verdadero, prudente, piadoso; un celo sostenido por una firme piedad". Scritti 55, p. 199 ss; cfr. Parola (30.10.1924) III, p. 65.
49. Scritti 54, 174. "Con la oración lo podremos todo, sin oración no podremos nada. Es con la oración que se hacen las cosas. Nosotros podremos plantar y regar, pero solo Dios puede hacer crecer", Lettere II, p. 124. En un fogoso discurso, a esta constatación Don Orione agrega: "...Y si muchas veces sucede que se obtiene sin rezar, el hombre edifica entonces un sepulcro para sí mismo. Dice el Tasso: Non edifica chi vol gli imperi / su fondamenti fabbricar mondani, / ma ben move ruine, ond'egli oppresso / sol crostrutto un sepolcro abbia a se stesso (Canto I). Estos versos del Tasso son la traducción del 'Nisi Dominus aedifverit domum, in vanum lavoraverunt qui aedificant eam', Parola VII, p. 56-59.
50. In cammino con Don Orione, p. 324.
51. Don Orione. La scelta dei poveri più poveri, o.c., p. 135.
52. TERZI I. Atti e Comunicazioni della Curia Generalizia della Piccola Opera della Divina Provvidenza (1986), p. 8.

martes, 7 de mayo de 2024

ESTUVE EN EL SANTUARIO DE LUJAN

La devoción a María- nos recuerda Don Orione– no es simplemente un adorno de nuestra santísima religión, ni una flor cualquiera, un socorro, como tantos otros de los cuales podemos servirnos o no, como nos gusta; sino que es una parte integral. Dios no quiso venir a nosotros más que por medio de María. Y nosotros no podemos ir a Dios más que por medio de María”.
Para comprender esta gran devoción de Don Orione, es preciso acercarse a su historia personal, toda entrelazada de “gracias” y de “devoción”, que llenaba de María toda su vida.
Esta experiencia de relación filial con la Madre se extiende a la vida de su Obra desde la fundación, tanto que Don Orione llega a decir “es María Santísima la Celestial fundadora de la Congregación. Lo considero por los hechos extraordinarios acaecidos en los comienzos de la Pequeña Obra y en el decurso de estos años”.
También desde los inicios de su obra en Argentina, Don Orione encontró la presencia de la Virgen Santísima en los momentos fundamentales.Tanto que su llegada por primera vez a nuestro país estuvo marcada por la presencia de María, la que se mantendría a lo largo del tiempo hasta nuestros días.
Luján: una larga historia de encuentros
Aún desde antes de pisar por primera vez tierra argentina, uno de los deseos de Don Orione era llegar a los pies de la Virgen de Luján. Así se lo expresaba en una carta del 5 de noviembre de 1921 a Monseñor Maurilio Silvani, secretario de la Nunciatura en Buenos Aires: “Estaré en Buenos Aires para el 13 de noviembre, en la peregrinación de los italianos al Santuario de Luján (...) llegaré tal vez en la vigilia, haré todo lo posible por estar, y comenzar a los pies de la Virgen la Misión de los hijos de la Divina Providencia en Argentina”.
El retraso del barco en el que viajaba desde Brasil, le impidió a Don Orione llegar a tiempo para esa peregrinación, pero rápidamente (el 16 de noviembre) cumplió con su promesa de estar a los pies de la Patrona de nuestro país. Claro que no sería esa su última visita, ya que durante sus dos viajes a su segunda patria, no menos de ocho veces iría a Luján, en una clara muestra de cuanto amor, confianza y devoción le profesaba el Apóstol de la Caridad a la Madre de los argentinos.
Las visitas
Luego de aquel 16 de noviembre de 1921, en el que se llega por primera vez “a los pies de Ntra. Sra. de Luján, la amabilísima Madre, en cuyas manos me puse yo mismo junto a la causa de los huérfanos”, Don Orione visita varias veces el Santuario.
A los pocos días, el 29 de noviembre por la tarde, Don Orione vuelve a Luján y se queda hasta el día siguiente. Desde allí envía algunas cartas y estampas con la imagen de la Virgen. Además escribe en el libro de firmas de los sacerdotes.
El 1º de marzo de 1922 Don Orione va por cuarta vez a Luján, regresando a la casa de Victoria en la misma jornada. Unos días más tarde escribe a sus religiosos que están en Luján para que consigan una imagen de la Virgen. Esa misma imagen es la que luego bendice y es entronizada en su segunda fundación en la Argentina: la asistencia religiosa a los niños y jóvenes del Instituto de Menores de Marcos Paz.
A poco menos de un mes de estar en Buenos Aires, el 11 de noviembre de 1934, Don Orione está nuevamente en Luján como predicador de la gran Peregrinación Italiana, de la que participan cerca de 15.000 personas. Lo que no había podido concretar en su primer viaje, lo cumplía doce años después.
El 13 de abril de 1935, con motivo de su 40º aniversario de sacerdocio vuelve al Santuario. En los días previos escribe a varios religiosos y laicos, compartiéndoles sus sentimientos e invitándolos a que se unan en su acción de gracias. A todos les dice: “los pondré sobre el altar”.
En esta celebración de la Eucaristía también se realiza la vestición de dos novicios italianos. Así lo cuenta él mismo: “La mañana del 13 partí desde Victoria en auto con el clérigo Fogliarino al volante y dos novicios (…) estuvimos en el célebre Santuario de Luján, y recé la Misa a los pies de aquella milagrosa Madre, que es de alto igual que la que tengo allí en mi habitación, es una pequeña devotísima estatua de la Inmaculada, con las manos juntas”.
Pocos días más tarde, Don Orione coloca la piedra fundamental del Pequeño Cottolengo de Claypole, e inmediatamente abre el de Avellaneda.
Cuando compró el primer camión para el Cottolengo, Don Orione lo hizo pintar de celeste y blanco como el manto de la Virgen de Luján, y decidió que el primer viaje sea al santuario, con todos los novicios.
Imagen de Don Orione en la Basílica
El viernes 3 de octubre de 2014 se realizó en la Basílica de Luján la ceremonia de entronización y bendición de la imagen de Don Orione traída desde Italia, que nuestra devoción considera la Quinta llegada del Apóstol de la Caridad a la Argentina.
Una gran cantidad de orionitas se participaron de la ceremonia presidida por el Arzobispo de la diócesis de Mercedes-Luján, Monseñor Agustín Radrizzani. Entre ellos estuvieron el Superior General de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, Don Flavio Peloso, el actual obispo de Río Cuarto, Córdoba, monseñor Adolfo Uriona fdp, y religiosos y hermanas de la Obra Don Orione.
Monseñor Radrizzani recordó la devoción mariana de nuestro fundador, un modelo para los devotos que acuden al Santuario de Luján, y fundamentó las reiteradas visitas del santo a la Casa de nuestra Madre en tres motivos: una vida dedicada a dios, amor por el prójimo y la búsqueda de colaboradores.
Don Flavio Peloso dirigió palabras de agradecimiento al obispo diocesano y quienes se movilizaron para acompañar a Don Orione hasta el Santuario para compartir esta fiesta: “A Don Orione le gustaba peregrinar a Luján, y lo hizo por lo menos una decena de veces. A partir de hoy su imagen permanecerá aquí para representarnos a todos, frente a la Madonna, que fue su fuente de energía para continuar la Pequeña Obra de la Divina Providencia”.
De ahora en más cada visita a la Basílica de Luján tendrá para los orionitas un motivo más de felicidad, porque Don Orione estará esperando a sus hijos en uno de los altares del santuario para seguir acrecentando el amor hacia nuestra Madre.
“Estuve en el Santuario de Luján…”
Para conocer más sobre el amor y la devoción de San Luis Orione a la Virgen de Luján, se puede descargar aquí “Estuve en el Santuario de Luján…”, un librillo con relatos y testimonios sobre las visitas realizadas por el Santo de la Caridad a la "Purísima de Luján", trabajo realizado por los religiosos Jorge David Silanes y Facundo Mela, Hijos de la Divina Providencia.

Don Orione y la Virgen de Lujan03
Oración a Nuestra Señora de Luján

Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra. Nuestra Señora de Luján, Patrona de nuestra Patria; hoy alzamos nuestros ojos y ...nuestros brazos hacia tí... Madre de la Esperanza, de los pobres y de los peregrinos, escúchanos...

Hoy te pedimos por Argentina, por nuestro pueblo. Ilumina nuestra patria con el sol de justicia, con la luz de una mañana nueva, que es la luz de Jesús. Enciende el fuego nuevo del amor entre hermanos.

Unidos estamos bajo la celeste y blanca de nuestra bandera, y los colores de tu manto, para contarte que: hoy falta el pan material en muchas, muchas casas, pero también falta el pan de la verdad y la justicia en muchas mentes. Falta el pan del amor entre hermanos y falta el pan de Jesús en los corazones.

Te pedimos madre, que extingas el odio, que ahogues las ambiciones desmedidas, que arranques el ansia febril de solamente los bienes materiales y derrama sobre nuestro suelo, la semilla de la humildad, de la comprensión. Ahoga la mala hierba de la soberbia, que ningún Caín pueda plantar su tienda sobre nuestro suelo, pero tampoco que ningún Abel inocente bañe con su sangre nuestras calles.

Haz madre que comprendamos que somos hermanos, nacidos bajo un mismo cielo, y bajo una misma bandera. Que sufrimos todos juntos las mismas penas y las mismas alegrías. Ilumina nuestra esperanza, alivia nuestra pobreza material y espiritual y que tomados de tu mano digamos más fuerte que nunca: ¡ARGENTINA! ¡ARGENTINA, CANTA Y CAMINA!

lunes, 6 de mayo de 2024

¡¡FIAT!! ¡ EN TUS MANOS, OH MI DIOS!..

 

Don Orione a menudo señaló a la Familia de Nazaret como modelo de vida cotidiana activa y contemplativa, simple, sacrificada, conducida por la obediencia a la voluntad de Dios. Hablando de las "lecciones" de Nazaret y de la santa Familia, Don Orione observaba:
"En esta familia se trabajaba mucho; también en nuestra familia religiosa debe estar el trabajo contínuo; no sólo rezar, sino también trabajar. La de ustedes es vida contemplativa y de trabajo al mismo tiempo. Cuando estén delante del Santísimo Sacramento, recen, estén todas en Dios, no piensen en nada, piérdanse, por así decirlo en Dios. En cambio, cuando obren, cumplan bien su deber como y porque lo quiere el Señor". (77)
El Sí obediente unifica acción y contemplación en aquel que ama a Dios y sirve al prójimo. Camino a la santidad es conocer y responder Sí a la voluntad de Dios. Leamos al respecto otra bella página de Don Orione.
"¡Fiat! Pronuncien esta suave palabra, oh hijos y amigos míos, pronúncienla en cada respiro, en cada latido del corazón, en cada movimiento de los labios. Dios la comprenderá siempre en el modo en el cual quieren que él la comprenda, ahora como oración, ahora como acto de fe en la duda, como acto de esperanza en el temor, y siempre como acto de amor.
¡Fiat! ¡En tus manos, pues, en tus manos, oh mi Dios!...Trabaja, trabaja este fango, oh mi Dios, dale una forma y después despedázala otra vez, ella es tuya y de quien hace las veces de Ti, y no tendrá nunca más nada que decir...Sufrido, elevado, abajado, útil para algo o inútil a todos, yo te adoraré siempre y seré siempre tuyo, ¡oh mi Dios! ¡Ninguno me separará de ti! En las alegrías y en los dolores seré siempre tuyo, oh dulcísimo amor mío, Jesús. Solitario e ignorado como la flor del desierto, errante como el pájaro sin nido, siempre, siempre, Señor y amor suavísimo de mi alma, saldrá de mis labios la palabra sumisa de aquella que me has dado por Madre: ¡Fiat! ¡Fiat! ¡Hágase en mí según tu palabra!". (78) 

Espiritualidad de mangas arremangadas! Don Flavio Peloso.

 77. Parola (10.1.1932) en Don Orione alle Piccole Suore Missionarie della Carità, p. 342 ss.
78. La scelta dei poveri più poveri, o. c., p. 144-146.

domingo, 5 de mayo de 2024

6 MAYO 1940, LOS AMIGOS DE DON ORIONE EN MILÁN , A 84 AÑOS DE SU FUNDACION






Casi dos meses después de su paso a la eternidad, el 6 de mayo de 1940, en Milán, Italia, se creaba el primer grupo de Amigos de Don Orione. En palabras proferidas entonces por el fundador del grupo, Esteban Cavazzoni, el objetivo de los amigos era “difundir el espíritu del Apóstol de la Caridad, cooperar con los hermanos más necesitados y transitar un ideal de santidad personal, mediante el ejercicio de la Caridad”.
De esta manera, con el consentimiento de Don Carlos Sterpi, primer sucesor de Don Orione como superior General, se aprobaba el nacimiento del grupo los Amigos de Don Orione, que con el tiempo multiplicaría su presencia en diversas partes del mundo.
 En la Argentina fue el Dr. Rómulo Garona Carbia, que había conocido al Santo de la Caridad y lo había tratado en muchas oportunidades, quien fundara la rama local en Claypole el 12 de marzo de 1956.
Del mismo modo se fueron formando filiales en la provincia de Córdoba, Tucumán, Chaco y otras localidades de Argentina para que “cada comunidad se reúna a revivir los santos ejemplos del Apóstol de la Caridad y seguir de cerca sus obras sin distinción de ideas políticas y sociales”, según palabras del Dr. Garona.
El 8 de abril de 1965 se realizó la primera jornada de Amigos en nuestro país, y desde entonces todos los años se organizan encuentros nacionales en distintas casas, donde se comparten charlas, oraciones y actividades dinámicas de reflexión sobre el carisma orionita.
“Un Amigo de Don Orione es el que se adhiere a su espiritualidad, la conoce, la admira y la difunde desde el lugar donde desarrolla su apostolado: su trabajo, actividad social, política, deportiva o barrial”, declara el Padre Mateo Giordano, asesor nacional del grupo.
“Nuestras reuniones son formativas y abiertas. En ellas articulamos actividades para las distintas casas de la Obra, generamos ideas para preparar el encuentro anual de Amigos, y con la llegada de Cuaresma y Adviento organizamos retiros espirituales a nivel regional en Claypole, Villa Domínico o Lugano”, agrega el P. Mateo.
EnTucumán el grupo de Amigos se formó en 1956. El sexto Encuentro Internacional de Amigos de Don Orione que concluyó en el Vaticano. Allí S.S. Pablo VI nos expresó que se sentía Amigo entre los Amigos de Don Orione”.
En los Encuentros Nacionales que realizan, acompañados por obispos y sacerdotes, los Amigos de Don Orione reflexionan sobre  distintos aspectos de la vida y carisma del fundador,“Don Orione y los jóvenes”; “La mujer como educadora de la Paz”; “Vocación y misión del laico en la Iglesia de hoy”; “Don Orione y la Eucaristía” y “Ser Amigo de Don Orione hoy”.
“Pensamos estos temas como un camino de búsqueda que nos permita seguir tras los pasos de nuestro fundador, para llevar en alto la bandera de su carisma como ejemplo”, explicaba el padre Mateo.
Así es como los Amigos buscan caminos hacia la santidad orionita.
Don Orione mantenía una estrecha relación con sus benefactores, a quienes consideraba sus amigos. Y hoy desde su Obra continuamos la tradición, saludamos a nuestras amistades y abrimos las puertas a nuevos afectos que deseen sumarse a nuestra misión. Imitamos la frase de nuestro santo : “¿Escucharás la voz de un amigo?”.

sábado, 4 de mayo de 2024

AUDACIA APOSTÓLICA, PASO APOSTÓLICO Y PASO CRISTIANO

 

Seamos apóstoles de la Caridad, de amor puro, de amor sublime y universal. Hagamos reinar la Caridad con dulzura de corazón, con compasión, ayudándonos mutuamente, tendiendo nuestras manos y caminando juntos.

Sembremos a Cristo en los surcos más humildes y necesitados de la humanidad.

Nosotros usaremos el "paso apostólico" No sólo el "paso cristiano", sino el paso apostólico, quién no sienta la fuerza de la caridad, la fuerza del fuego, de la apostolicidad, puede quedarse en casa, en su pueblo, no debe permanecer con nosotros. Quizás sea un santo trapense, pero quién se quede aquí, debe ser un especialista de la caridad"

Quién no sienta esta llamada en volcarse en el amor de Dios y del prójimo, que se vaya ¡ y tan amigos! . Pocos, pocos, Que no haya que decir : (has multiplicado , pero no la alegría) " Multiplicasti gentes et non magnificasti laetitiam" Según La Vulgata, en Is 9,2. ( Buenas Noches 12/ 1/1938, Parola VIII , 2 s.

   El mismo Don Orione cuenta: "Llegué a Roma de inmediato y fui llamado a audiencia por el Santo Papa Pío X. En cuanto me vio, incluso antes de que hiciese las genuflexiones de rigor, me dijo: Prepárate; te mando a la "Patagonia", más allá de la puerta de San Juan de Letrán; todo está por hacerse; es como una tierra de misiones; no hay allí ni una iglesia. Dentro de ocho días debes abrir una capilla.

     "Al salir de la audiencia pensé en ir, en compañía del gran espíritu de San Felipe Neri, a hacer las visitas a las Siete Iglesias para prepararme con oraciones y un poco de penitencia, a la obra santa que se debería desarrollar en el barrio de la Via Appia y para atraer sobre el barrio la protección del Cielo y la bendición de la gran Madre de Dios.

     "Y mientras iba de iglesia en iglesia, rumiaba la 'Canción de la vanidad' - que se acostumbra cantar en la visita a las Siete Iglesias - es decir, la "meditación del alma sabia", como la llama el gran apóstol de Roma, San Felipe Neri: "Vanidad de vanidades, todo es vanidad. Todo el mundo y lo que éste tiene,

todo es vanidad... Si existiese mil años, sin penas y sin afanes, cuando llegue la muerte, ¿qué pasará? - Todo es vanidad. Si tuvieses a tu alrededor mil siervos por la noche y durante el día, cuando llegue la muerte, ¿qué pasará? Todo es vanidad"     "Terminada la visita a las Siete Iglesias, di una vuelta por el barrio de la Via Appia. Era domingo. Aquí y allá se desplegaban las hosterías, con las características enramadas del pórtico, y familias enteras comían alegremente a la sombra del

ramaje. entonces recordé que yo también tenía hambre. Compré un poco de pan con alguna cosa y me retiré junto a un árbol a comer.

|p3 "Algunos días después se alquiló un establo, una caballeriza, y regresé para abrir la capilla. ¡No tenía dinero! Al Papa no le pedí, porque el bien y la exaltación de las obras de Dios se hacen con la pobreza y la oración. No pedí dinero; sin embargo, el Papa, el Santo Papa Pío X, mostrándome el

escritorio, y sonriendo, me dijo: Eres la Divina Providencia, y luego, golpeando con los nudillos el cajón del escritorio, agregó: también aquí dentro está la Divina Providencia... Y me dio veinte  mil liras. (Pío X dio más dinero después de su muerte. Su sucesor encontró, en el cajón, una suma con la inscripción: Para la iglesia de Don Orione, actual iglesia de Todos los Santos).

     Con aquellas 20 mil liras, por consiguiente, se estableció, en pocos días, la primera capilla del barrio de la Via Appia... Pero como la capilla no tenía exteriormente nada que manifestara ser una capilla, habiendo sido primero un establo, ¿cómo hacer para atraer a la gente? Llené mis bolsillos de monedas y caramelos, tomé una gruesa campanilla y recorrí las calles del barrio; con una mano hacía sonar la campanilla y con la otra dejaba caer detrás de mí los caramelos y, de tanto en tanto, entre los caramelos, alguna monedita. Los muchachos, sobre todo ellos, me seguían; otros venían a mi encuentro y yo continuaba impertérrito haciendo sonar la campanilla desesperadamente y arrojando por delante y por detrás caramelos y algunas monedas que al caer también hacían ruido, llamando la atención de chicos y grandes. Cuanto más cerca estaba de la iglesita, más gente venía detrás haciendo cola. Oía a alguno que decía: Ese cura debe estar un poco loco... Al llegar al punto apropiado enfilé hacia la capilla, abierta de par en par, y me ubiqué en el altar. Pero como la muchachada se ocupaba en desenvolver los caramelos, en chuparlos y hasta en contarlos, y muchos cuchicheaban, entonces, en silencio, me puse a mover la boca sin proferir palabra, haciendo grandes gestos oratorios con las manos, alzando los ojos al cielo, alargando los brazos, como cuando predicaba a los locos de la Lungara, gesticulando sin pronunciar palabra.

     "Toda esa gente, incluso los niños, al verme gesticular y creyendo que predicaba de verdad, tras un momento quedé en silencio, también porque, en el fondo, querían saber a la postre la razón de todo ese viaje por el barrio, tocando la campanilla... Así fue como pude hacerme oír... Y de pronto, en aquellas primeras semanas uní setenta parejas en tres días, y administré muchos bautismos, hasta de adultos..."