La iglesia de hoy también se enfrenta a
situaciones difíciles y se ve reflejado en nuestro entorno: la desigualdad se
acentúa cada vez más, las malas gestiones gubernamentales, la pérdida de la
cultura del trabajo. el trabajo informal o directamente la falta del mismo, el
cambio climático por la destrucción y tala de bosques nativos patrimonios de La
Nación. las usurpaciones, la toma de tierras, la falta de infraestructura
hospitalaria, el poco acceso a la salud, el hambre, la educación hoy casi
paralizada,se han vulnerado todos los derechos de los ciudadanos.
El Papa Francisco nos llama a
repensarnos a regenerarnos ya que somos los constructores de este cambio
impostergable de paradigmas, los medios de comunicación nos mantienen informados,
pero también debemos ser prudentes en interpretar las diversas teorías a favor
o en contra del binomio político- religioso, sacando nuestras propias
conclusiones.
Esto vemos en los distintos medios de
comunicación:
• LOS
RICOS, LOS POBRES Y TODO LO DEMÁS, GUSTAVO IRRAZABAL LA NACIÓN
“Desde hace ya muchos años se ha naturalizado
en el ámbito público -y más recientemente en los más altos círculos de la
Iglesia Católica- un discurso político-social de carácter binario, que analiza
la realidad del mundo, y especialmente de la Argentina, en términos de
contraposición entre ricos y pobres. Ricos, pobres y clase media tienen intereses y
anhelos legítimos que perseguir, responsabilidades que absolver, valores que
comunicar, egoísmos y desvalores que corregir. Declarar a una clase determinada
(clase media) prescindible y carente de rol histórico propio y subordinarla a
los intereses y valores de otra es la fórmula más segura para el enfrentamiento
y la parálisis social.
•
NO EXISTE UNA "ECONOMÍA CATÓLICA" DERIVADA DEL EVANGELIO
Gustavo Irrazábal PARA LA NACIÓN
Para muchos, el desafío es solo uno: la
pobreza, y su solución, única: la solidaridad; pero hay otras complejidades…
entre muchos católicos contemporáneos se ha difundido una visión de la economía
que se presume directamente derivada del Evangelio y que, por lo tanto, no
admite cuestionamientos ni matices, sino que constituye, a los ojos de sus
promotores, la auténtica "economía católica", aunque
-significativamente- nunca se la llame así de modo explícito.
Para esta visión, la economía, en el fondo, es
algo simple: su desafío es uno solo, la pobreza, y su solución es una sola, la
solidaridad. Los bienes que Dios ha creado son suficientes para que todos
podamos vivir con dignidad. Bastaría con que los que tienen más compartieran
con los que tienen menos.
La Comisión Episcopal para la Pastoral Social
se expresa en estos términos
"Nadie se salva solo. Es tiempo de actuar ahora para el futuro", aboga por "humildad y
unidad" y pidió "no caer en
mezquindades" como "odios que despersonalizan o distanciamientos
ideológicos" ante las "desigualdades" evidenciadas por la
emergencia, y critica a la "prensa amarilla" y a los medios que
"insisten porque la grieta es lo que vende".
• FRANCISCO:
UNA ECONOMÍA ENFERMA PRODUCE EL VIRUS DE LA DESIGUALDAD
El Papa Francisco afirma que la desigualdad “es el fruto de un crecimiento
económico injusto, que prescinde de los valores humanos fundamentales”, y
exhorta a “actuar todos juntos, en la esperanza de generar algo diferente y
mejor”.
El Papa Francisco invita, “en este tiempo de
incertidumbre y de angustia”, “a acoger el don de la esperanza que viene de
Cristo”, con la seguridad que “Él nos ayuda a navegar en las aguas turbulentas
de la enfermedad, de la muerte y de la injusticia, que no tienen la última
palabra sobre nuestro destino final”. la desigualdad es el fruto de un
crecimiento económico injusto, que prescinde de los valores humanos
fundamentales, y que es indiferente a los daños infligidos a la casa común. “La
desigualdad social y el degrado ambiental van de la mano.
Qué respuesta podemos dar como orionitas:
Viendo lo que hacía Don Orione, podemos tomar
ejemplo, salvando las distancias y las realidades actuales.
En 1870 en Italia, se inicia un periodo de
intensa actividad anticlerical, que se acentúa cuando las tropas de la
monarquía toman Roma el 20 de septiembre de 1870, terminando con el poder
temporal del Papa
Luis siendo niño vivió esta época en que tanto
en la ciudad como en la campiña había situaciones de miseria, con el Papa León
XIII, el Papa de los obreros y su Encíclica Rerum Novarum se comienza a
promover, el diálogo de la Iglesia Católica con el mundo y muestra una visión
más humana sobre los conflictos sociales. Reconciliando la fe con la ciencia, y
el papado con Italia. En épocas de Orione: salarios pobrísimos,
subalimentación, viviendas insalubres y enfermedades. Y las clases dirigentes de
la época no ofrecían soluciones –
Se veía la violencia en la calle, por ejemplo
“los rojos de San Bernardino”
Don
Orione hace un llamamiento a la paz a la concordia, el bien común en un texto
en La Val Staffora, “con ametralladoras en la calle se detiene a un pueblo por
unas horas, pero no se reconstruye la Sociedad”.
“Los
cristianos tienen que ponerse al servicio de la Iglesia y de la Patria” por la
causa del bien.
Hoy el Papa Francisco manifiesta su
preocupación por los conflictos sociales económicos y políticos de Argentina y
Latino América. en la actualidad han aparecido nuevos frentes anticlericales
con la cuestión denominada "identidad de género".
Concentración de la riqueza en un grupo muy
reducido., la desigualdad económica se acentuó en este último tiempo, (26
millonarios, poseen más dinero que 4.000 millones de personas más pobres del
planeta.
Hoy la crisis económica en Argentina está más
exacerbada a consecuencia de la pobreza no es solo por la falta de
ingresos, también por la privación del acceso a los derechos necesarios para
vivir adecuadamente, tampoco las clases dirigentes muestran mucho interés por
el pueblo, para solucionar sus problemas.
La violencia está en todas partes, se fomentan
odios profundos, la grieta.se acentúa. Tanto en el ámbito familiar como en el
social y político llegando al Congreso que debería ser el lugar donde se deben
dirimir estas situaciones.
También nos encontramos con prácticas ateas y
descristianizadas, destrucción de imágenes, ataques a la Iglesia. A las
Instituciones públicas y privadas, al ataque a la Propiedad Privada etc. Ante
esta situación el Papa Francisco propicia la Reconstrucción Social, Hace el
mismo llamado a La Paz Social en sus catequesis y documentos.
Esto nos hace ver que tanto Don Orione como el
Papa Francisco o sus antecesores han tenido que afrontar situaciones propias de
la época, muy similares la mayoría, otras no debido al avance de las leyes por
ejemplo las horas de trabajo, el voto de la mujer, el acceso a la salud y
educación libre y gratuita que también se ven vulneradas por las necesidades
propias de cada época y familia.
PRESENTAMOS NUESTRA PROPUESTA ORIONITA:
el Papa desafía a cada uno –sin que importe lo
encumbrado o humilde que sea- a osar hacer el bien, a hacerlo mejor. ¡Nosotros
podemos! ¡Debemos!
Y nosotros como orionitas “Hacer el bien
siempre, el mal nunca a nadie”
Debemos trabajar por el Bien Común, dejando de
lado mezquindades, divisiones, grietas, fanatismos ya que sabemos que “Solo la
Caridad Salvará al Mundo”
Hoy más que nunca debemos ocuparnos de tantas
personas que se quedaron sin una fuente de ingresos, que han perdido sus
viviendas, de los que no tienen acceso a la educación por falta de tecnología,
de los enfermos, los que quedaron sin trabajo o tienen sueldos indignos. Hoy la franja etarea se ha extendido, pero
siguen siendo prioridad los niños y ancianos más vulnerables.
¿Cómo ayudar? Colaborando con Cáritas Parroquial,
las capillas, las familias de la comunidad para el sostenimiento de los
merenderos, copas de leche, ración de mercadería, almuerzos comunitarios.
Apoyando la tarea de Cáritas y otros organismos que se encargan de satisfacer
estas necesidades básicas. Saliendo al encuentro del más necesitado y los que
ya superamos la edad para circular , acompañando
a los adultos mayores en las pequeñas cosas, ofreciendo nuestro saber para que
puedan acceder a un turno médico o bancario o comunicarse con sus familiares, también
con la escucha, llamándolos regularmente por teléfono, enseñando la tecnología
básica para que se puedan comunicar, asistiendo con mercaderías, vestimenta,
medicamentos. Se acompaña también rezando, escuchando, estando cercano al otro.