1) Papa Francisco
Me gustaría destacar también la palabra con la que María se define a sí misma en su entrega a Dios: se nombra «esclava del Señor». El “sí” de María a Dios asume desde el principio la actitud de servicio, de atención a las necesidades de los demás. Así lo atestigua concretamente el hecho de la visita a Isabel, que siguió inmediatamente a la Anunciación. La disponibilidad a Dios se encuentra en la voluntad de asumir las necesidades del prójimo. Todo esto sin clamor y sin ostentación, sin buscar un puesto de honor, sin publicidad, porque la caridad y las obras de misericordia no necesitan ser exhibidas como un trofeo. Las obras de misericordia se hacen en silencio, en secreto, sin jactarse de hacerlas. También en nuestras comunidades estamos llamados a seguir el ejemplo de María, practicando el estilo de discreción y ocultación.
Que la fiesta de nuestra Madre nos ayude a hacer de toda nuestra vida un “sí” a Dios, un “sí” lleno de adoración hacia Él y de gestos cotidianos de amor y de servicio.
2) De los escritos de Don Orione[1]
Hoy, hay tantas cosas podridas; hay una pedagogía muy equivocada, muy equivocada!...
Hoy los niños ven tantas cosas antes de llegar a nosotros; saben ya tantas cosas. Hoy hay mucha, no digo libertad, sino tanta licencia y mala costumbre, hay tanto mal ejemplo hay tanto echado a perder, en las familias y fuera de ellas, y están en boga pedagogías con criterios alejados de la pedagogía de la Iglesia y de las enseñanzas de Jesucristo; hay una necesidad mayor para que los niños, que la Divina Providencia nos manda, encuentren en nosotros ángeles.
Digamos a la Santísima Virgen Inmaculada, nuestra buena Madre, que nos cubra a todos con su manto de misericordia y que nos tienda su mano; y nos conduzca Ella, que es nuestra Madre, nuestra Fundadora celeste y la verdadera guía en esta santa y tan necesaria virtud, que es nuestra fuerza y nuestra salvaguardia
Virgen mía, destruye hasta los cimientos de nuestros Institutos, el día en que los Hijos de la Divina Providencia dejen de ser tales que no puedan llamarse los predilectos de tu corazón por esta angélica virtud, por vos tan querida!
3) Oración:
Estamos en espera de cielos nuevos y de tierras nuevas, donde Tú, Dios, estarás siempre con nosotros; donde la muerte no será más luto, ni grito, ni habrá más dolor
Ruega por nosotros, María
Estamos a la espera, María, pero que sea una espera “muy activa”. El Reino de tu Hijo que esperamos, es un Reino en construcción.
Ruega por nosotros, María
Queremos entrar en esta gran obra del universo para colaborar con generosidad a su progreso a todo nivel.
Ruega por nosotros, María.