El inicio
de la parroquia Inmaculada Concepción en Barranqueras se remonta a principios
del siglo XX, cuando la zona era atendida por los frailes franciscanos que
venían desde la Iglesia Catedral de Resistencia o bien desde el convento
Nuestra Señora de la Merced, de Corrientes.
La
población creció alrededor del puerto Juárez Celman, adonde las barranqueras
(de allí su nombre tradicional e histórico) acudían a lavar sus ropas en las
barrancas del riacho. Una población proveniente principalmente desde la vecina
Corrientes, que cruzaba el río en canoas, la mayoría hacheros que al pasar por
el lugar se quedaban. O por comerciantes que fueron instalándose alrededor del
mismo puerto, que venían también en los barcos que arribaban.
En 1913, la
comunidad eclesial de Barranqueras consiguió un salón, en cercanías del puerto,
como capilla provisoria, donde la comunidad comenzó a reunirse para las
actividades religiosas. En 1917, fray Antonio Villagra formó, con un grupo de
vecinos, una comisión procapilla.
El 1 de
agosto de 1934, el arzobispo de Santa Fe, monseñor Nicolás Fasolino, celebró la
misa en la nueva capilla y bendijo la imagen de María Inmaculada, donada por
Concepción Fazzio de Rossi. En 1936 los franciscanos dejaron la Catedral pero
siguieron atendiendo a la comunidad de Barranqueras.
El 30 de
abril de 1937 el obispo separó Barranqueras de la Catedral y erigió en
parroquia una amplia zona donde se desarrollaban las actividades
evangelizadoras. Su primer administrador parroquial fue fray Gabriel Possenti,
a quien sucedió en 1938 fray Nicolás Amuchástegui como párroco. Con este sacerdote
concluyó el período misional franciscano. Seis años después entregó la
parroquia a los religiosos Hijos de la Divina Providencia (Obra de Don Orione).
En junio de
1937, Don Orione llegó a Resistencia y pidió a monseñor De Carlo hacerse cargo
de una parroquia: éste le ofreció la extensa parroquia de La Inmaculada
Concepción, de Barranqueras, que fue adjudicada a la orden en 1943. Los
religiosos de Don Orione desarrollaron una intensa actividad pastoral y de
promoción humana: crearon una escuela de Artes Gráficas que realizaba los
mejores trabajos de imprenta de la zona, y el Hogar del Niño Don Orione alojaba
a huérfanos que aprendían así un oficio y trabajaban su propia huerta para su
sustento.
El primer
párroco fue Juan Iwertowsky y su primer vicario cooperador Luis Favarato. La
formación humana y religiosa de los chicos y jóvenes se vio fortalecida por un
batallón de exploradores navales y una banda de música que competía en
importancia con la Municipal de Resistencia.
En lo
religioso, más de 100 niños y adolescentes eran aspirantes de Acción Católica,
agrupación que tenía un equipo de fútbol llamado Juventud Antoniana y que luego
pasó a llamarse Club Deportivo Don Orione, con sede en la misma parroquia donde
fue fundado. Las mujeres se nucleaban en la Asociación Mujeres de Acción
Católica y Damas de Beneficencia, y las jóvenes en las Hijas de María.
En 1946 el
padre Mario Cabri sucedió a Iwertowski, que impulsó el deporte, concluyó la
Escuela Tipográfica y amplió el comedor. El vicario era José Cavaretta, asesor
y alma máter del club Don Orione, y el padre Domingo Repiccioli era director
del Hogar del Niño.
En 1953
asumió como párroco el padre Luis Smiriglio, que creó el Batallón de Scouts
Católicos San Luis. Los vicarios cooperadores fueron Salvador Piccioni, Antonio
Genovese y Santiago Dalla Costa. En 1955, durante la gestión del padre Juan
Lengua, la parroquia fue ocupada por el Ejército durante la Revolución
Libertadora y se disolvió el Hogar del Niño Don Orione.
En 1956
asumió como párroco el padre Roque Tonoli, que creó nuevas capillas. Fueron sus
vicarios los padres Estanislao Tonoli, Arcángel Cassol y Julián Jara. En marzo
de 1957, por iniciativa de un grupo de vecinos preocupados por la falta de
lugar en las escuelas de la zona, nació el Colegio Don Orione, con 96 chicos.
También 14 jardines de infantes se instalaron en toda la extensión de la
parroquia, desde La Toma, hasta la CAP, en Puerto Vilelas.
En este
período comenzó a desmembrarse la jurisdicción parroquial: de la Inmaculada
Concepción surgieron parroquias como La Merced (La Liguria), San José (Villa
Florida) e Itatí (Vilelas), todas comunidades que eran hasta entonces atendidas
por los sacerdotes de Don Orione.
En 1960 las
Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad (Don Orione) llegaron para colaborar
en la obra evangelizadora de la parroquia. En 1962 regresó a Barranqueras el
padre Salvador Piccioni, quien terminó las construcciones pendientes.
En 1969, al
morir Piccioni, como párroco lo sucedió Luis Gastaud. Luego asumieron Timoteo
Peñalver (1973), Andrés Ruiz (1978), Benjamín Martínez (1983), José Foglia
(1986). En este período se realizan las obras de remodelación en el colegio y
en la sede parroquial. Comenzaron las actividades en el Hogar de Hombres
Discapacitados Don Orione en la capilla San Roque, alojando principalmente a
aquellos hombres que estaban solos y enfermos en los barrios de la comunidad
parroquial. Por esos años se vivió la angustia de la posibilidad del remate del
colegio, que fue evitado a través de la Cámara de Diputados en agosto de 1988.
Entre 1989
y 1999 se suceden en la conducción Andrés Ruiz y José Cicciolli. El colegio,
además, inicia las clases de EGB 3 y Polimodal, lo que antes era el secundario.
En 2002 asume como párroco Sergio Jiménez.
El 1 de
enero de 2005, el arzobispo Carmelo Giaquinta decretó a la parroquia como
primer santuario diocesano,estando el padre Sergio Jimenez fdp, como párroco.