Deo Gratias! – El día 21 de mayo de 1936,
solemnidad de la Ascensión de N. S., será para el PEQUEÑO COTTOLENGO ARGENTINO
día glorioso y a la vez histórico por el brillante y extraordinario éxito que
alcanzaron los actos organizados con motivo de la bendición e inauguración
solemne de su Iglesia Titular, de sus primeros pabellones y de la piedra
fundamental de otros dos pabellones más, a construirse en breve.
La
concurrencia. –Una concurrencia, que puede calcularse en varios miles de
personas, llegadas de la capital y de pueblos cercanos, en tren, en ómnibus, en
camiones, en autos, asistió con entusiasmo a la ceremonia. La compañía del
F.C.S.se vio en la necesidad de hacer correr trenes especiales de la estación
Constitución a Claypole para poder trasladar a todos los pasajeros que deseaban
llegar a conocer el “Cottolengo Argentino” y asistir a su bendición e
inauguración.
La
presencia del Presidente de la República, del Señor Nuncio Apostólico, del
Ministro de Italia Señor Arlotta, del secretario del Ministro de Relaciones
Exteriores en representación del ministro Saavedra Lamas, de cinco obispos y de
Personas calificadas de la sociedad porteña, contribuyeron al singular
lucimiento de los actos.
El
magnífico parque, los caminos internos a los pabellones habían sido
esmeradamente adornados con profusión de banderitas varias y de banderas
patrias y papales… todo parecía sonreír a los visitantes.
Llegan las
autoridades.- Minutos después de las 14.30 la llegada del Sr. Presidente Gral.
Justo y del Excmo. Señor Nuncio Apostólico, Monseñor Cortesi fue saludada por
grandes aclamaciones del público; demostraciones que se renovaron a la llegada
del Ministro de Italia, Señor Arlotta. Mientras tanto la Banda del Patronato de
Infancia de Claypole hacía resonar los aires con sus marchas briosas y alegres,
que siguieron alternando con las de los Boy-scouts del Post-Escuela de N.
Pompeya.
En esos
mismos momentos más o menos habían también llegado los Excmos. Arzobispos y
Obispos: Mons. Fortunato Devoto, Auxiliar del Emmo. Cardenal Copello; Mons.
Serafini, Auxiliar de la Plata: Mons. Aragone, Arzobispo de Montevideo, Mons.
Audino Rodríguez, Obispo de Santiago del Estero y Mons. Martínez, Obispo
Titular de Ibora.
El inmenso
gentío se abalanzó hacia el templo atrás de las Autoridades, invadiéndolo a
pesar de las contrarias disposiciones de la Sagrada Liturgia y de… la policía,
ocupando todo su amplio sitio hasta los límites, resultando sin embargo
imposible para muchísimos entrar en su recinto.
La
ceremonia.- Mientras los Señores Obispos, los Padrinos, el Señor Presidente de
la República y la donante Doña Carolina Pombo de Barilari y demás Autoridades
ocupaban los sitios de honor reservados, el Excmo. Señor Nuncio Apostólico se
revestía de los ornamentos sagrados, secundado y atendido por numerosos
clérigos de la Escuela Apostólica de San Javier de Villa Calzada, la Schola
cantorum de la misma benemérita Congregación entonaba un magnífico “Ecce
Sacerdos” a 3 voces, de espléndido efecto.
Don Orione
queda particularmente agradecido a los Rvdos. Religiosos del Verbo Divino de
Villa Calzada por la desinteresada y eficaz cooperación prestada, tomando a su
cargo las ceremonias sagradas y el canto, que tanto realce dieron a la función.
La
alocución de Monseñor Serafini.- Después de las preces rituales, el Excmo.
Mons. Serafini ocupó la Cátedra Sagrada. Comenzó el ilustre Orador por dar
lectura de un extenso telegrama del Santo Padre.
En su
elocuente discurso Mons. Serafini recordó los primeros años de San José Benito
Cottolengo, su apostolado de bondad y caridad, la fundación de su admirable
obra, su asombrosa y prodigiosa vida y dilatación.
Pasó luego
a hablar de la Obra similar fundada por Don Orione en la República Argentina,
felicitándose de que fuera la Diócesis de La Plata la primera en disfrutar de
los beneficios del “Cottolengo Argentino”.
Extensa y
elocuentemente se refirió a la importancia y alcance social de esta obra,
especialmente en estos tiempos de brutal materialismo y de profundas
convulsiones sociales.
Con una
vehemente exhortación a los presentes y formulado votos para que las
Autoridades públicas y los pudientes presten su apoyo decidido y generoso a la
oportuna y benemérita obra, finalizó la elocuente alocución, escuchada en todo
momento con vivo interés por la numerosa y calificada concurrencia.
A continuación,
se entonó un solemne “Te Deum” en acción de gracias, y, por último el Nuncio
impartió la solemne Bendición con el Ssmo. Sacramento.
Los nuevos pabellones.
- Después de la bendición de la Iglesia, las Autoridades y la concurrencia
pasaron de inmediato a bendecir e inaugurar los varios pabellones, que son los
primeros de la Colonia de la Caridad.
Estos son:
el Pabellón “MARIA BAUDRIX”, que lleva el nombre de la donante.
El pabellón
“EMILIO V. BARILARI”, donado por la Sra. Carolina Pombo de Barilari.
El pabellón
“ANTONIO DEVOTO” donado por los Sres. Fernando Rodríguez y su esposa
Hermenegilda Pombo.
El Pabellón
“SANTA LUCIA”, donado por la Sra. Marquesa María Unzué de Alvear.
El Pabellón
“ISABEL SOLARI DE RAGGIO” (la cocina), donado por el Sr. D. José Raggio e
hijos.
El Pabellón
“ELINA POMBO DE DEVOTO”, destinado para habitación de las hermanas y para
jardín de infantes de la localidad, donado también por la Sra. Carolina Pombo
de Barilari.
A
continuación fueron bendecidas las piedras fundamentales de dos nuevos
pabellones más, que se construirán muy en breve, donados respectivamente por la
Sra. Marquesa Adelia Harilaos de Olmos y Señorita María Anchorena.
Estos
nombres beneméritos pasarán en bendición a la posteridad y, mientras las
glorias mundanas muy pronto desvanecen, las glorias de la caridad brillarán
siempre más con el pasar de los años, porque serán celebradas por las
generaciones futuras en este siglo y por la Corte celestial en la Eternidad.
Fuente:
Boletín “Pequeño Cottolengo argentino” junio-julio 36.
Publicadas
por Facundo Mela