Pogli, el pueblo donde nació Fray Ave María, está ubicado en la orilla izquierda del Arroscia, a 10 km de Albenga. Tiene 300 habitantes y pertenece al municipio de Ortovero, que se parece más a un valle y es un centro de mercado de flores.
La familia Pisano es de condición modesta, al estilo antiguo y de buenas costumbres religiosas. César es un hombre apuesto y trabajador, trabaja de panadero. Serafina es hogareña, decidida, practicante, atenta a la educación de los hijos. Cuatro varones y una niña, son la alegría de la casa: César, Ernesto, Adolfo, Victorio y Delia.
Nuestro César es el primogénito, nacido el 24 de febrero de 1900. En el bautismo el 4 de marzo inmediato al del párroco, Padre Giovanni Favara, asume el nombre del padre, César, con otros dos nombres de santos protectores, Domingo y Francisco.
El padre, buscando mejores condiciones de vida, en 1906 deja la familia y el pueblo para emigrar a América del Sur. Encuentra trabajo como maquinista en el ferrocarril argentino. Se siente su ausencia en la familia. Miles de familias italianas, al comienzo del 1900, compartían el disgusto de tener, lejos del hogar, esposos, padres, hermanos.
En la casa, además de la mamá Serafina, sobre la que recae toda la conducción de la Familia, y de lo cinco hijos, estan también los abuelos maternos y algunas tías.
No se tienen muchas noticias de aquellos primeros años de vida de César Pisano. Una sobria y fatigosa cotidianidad tejen su personalidad: familia, escuela, iglesia, juegos, trabajo. El pequeño César se aficiona a la Iglesia y sirve de monaguillo en el altar. A los nueve años recibe la primera comunión y el mismo día, 12 de julio de 1909, recibe la Confirmación.
Es un muchacho sano, despierto, con un rostro redondo y rosado y dos ojos castaños trasparentes y muy bonitos. Es de ágil inteligencia, sobresale entre sus compañeros que frecuentan la escuela elemental en Ortovero y, más adelante, el IV° curso, en el Instituto “Sagrado Corazón” de Albenga.
Cuando se inscribe en la escuela técnica, César gana una beca de estudios por aprender y ser de buena conducta.
Promete mucho y bien.
A la seriedad como estudiante se une un carácter de gran vivacidad que lo estimula a superar rápidamente la frontera de los juegos de los niños.
Sobre algunos recuerdos de su niñez César Pisano volverá con agrado, ya con más años.
Piensa en la fiesta de Pascua, cuando “los dos queridos abuelos van a comer con el señor Arcipreste, con todos los otros cantores de la Parroquia. ¡Qué hermoso coro en la Misa y en las Vísperas”!.
Recuerda la fiesta del “Cuerpo de Cristo”, cuando los niños “van con los canastos a recoger flores y pétalos para esparcir en el templo, mientras todos los de Pogli los desparraman a lo largo del camino, donde pasa el Señor”.
"SE PUEDE SER FELIZ" VIDA DE FRAY AVE MARÍA, DE DON FLAVIO PELOSO