El 32º Congreso Eucarístico Internacional fue uno de los grandes hitos en la Iglesia de nuestro país.
El 9 de octubre de 1934, junto al Cardenal Pacelli y la comitiva oficial que arribó para la celebración, Don Orione volvió a estas tierras para ser testigo de esa gran manifestación de gran fe. Pero esta vez tenía una dimensión de cruz y exilio, puesto que no solo vino a visitar a sus misioneros, sino también para alejarse de las calumnias y mentiras que lo perseguían en su Italia natal.
El gobierno dispuso feriado a partir del miércoles 10 de octubre y ese día se realizó la apertura del Congreso en el escenario de la Cruz de Palermo con la lectura de una bula papal y la manifestación de que Argentina fue consagrada al Corazón de Jesús.
10 de octubre - Primera Jornada - Día de la inauguración
- Por la mañana, desde muy temprano, comenzó el arribo de la multitud de fieles, luego llegaron las autoridades civiles, eclesiales y militares, cerca de las 10 llegó el legado papal, y se leyó la Bula pontificia, que lo nombra representante del Papa, para el Congreso Eucarístico Internacional. Al finalizar esto, se celebró la misa de apertura presidida por el Arzobispo de Buenos aires, Mons. Santiago L. Copello.
- Al mediodía comenzó la desconcentración.
- Durante el resto del día, el Card. Pacelli, realizó una serie de visitas oficiales.
Don Orione participó de las celebraciones centrales del Congreso Eucarístico, dio una conferencia para los peregrinos de lengua italiana y fue testigo de un espectáculo grandioso que quedaría marcado en su corazón: “El Congreso Eucarístico fue un milagro; más de dos millones de fieles participantes sintieron que el Papa estaba ahí (…) La grandiosa celebración pública de fe, de amor, de adoración a Jesús Eucaristía en la Argentina superó todos los Congresos Internacionales Eucarísticos (...) ¡Hemos entrevisto y gustado por anticipado del Paraíso!...”.