Un día como
hoy, 24 de marzo, fue asesinado en 1980 el entonces arzobispo de San Salvador,
monseñor Óscar Arnulfo Romero, mientras oficiaba una misa.
El padre
Óscar Arnulfo Romero, santificado en octubre de 2018 por el papa Francisco,
nació en El Salvador el 15 de agosto 1917, en la Ciudad Barrios, departamento
de San Miguel. Su familia, de origen humilde y modesta, estaba constituida por
su padre, Santos, su madre, Guadalupe, y sus siete hermanos.
Monseñor
Romero se caracterizó por ser un siempre incansable luchador de los derechos
humanos. Abrió las puertas de la Iglesia a los campesinos desplazados y condenó
la represión del Ejército durante la guerra civil salvadoreña (1980-1992). A lo
largo de su vida se encargó de denunciar la violencia militar, razón por la que
fue asesinado.
Este año se cumple el 43 aniversario del asesinato de Monseñor Oscar
Arnulfo Romero, un evento que siempre ha estado en el centro de la identidad
del mismo día, y continúa inspirándonos. El sacrificio de este pastor todavía
habla a todos: los jóvenes, los grupos de misiones, parroquias que se unen para
hacer memoria y rezar ".
Volviendo al origen de este día mostró que ya un par de años más tarde,
el pueblo de El Salvador y otros países celebran el 24 de marzo, la fecha del
sacrificio de lo que ya inmediatamente después de la matanza en 1980 fue
llamado "El Santo de América".
"Incluso en Italia - Rocca continúa – Romero se ha convertido
rápidamente en un icono de una Iglesia que es compatible con su pueblo hasta el
sacrificio extremo. Pensando en el último mes misionero extraordinario y el
legado que nos dejó Romero, hemos identificado el "En el amor y en
directo", lema que también se puede leer como una exhortación "En el
amor y en vivo." Esta segunda interpretación define un mártir como una
persona que se enamora de una causa, de un pueblo porque mira con los ojos del
Evangelio, y decide en vivo por esa causa, para aquellas personas. Hoy sufrimos
la pérdida de los grandes ideales, es importante para reactivar a los jóvenes
entusiasmo y coraje de un mártir que dice: "Sólo si te enamoras de una
causa se puede vivir plenamente y
encontrar su vocación '."
Pero todavía hay una tercera lectura: incluso después de la muerte de
los mártires son siempre un signo de amor y de vida, como lo atestigua todo lo
que nació en torno a la memoria de Monseñor Romero.