La misión en la Argentina no estaba prevista entre los planes de Don Orione, según registros históricos. Pero al poco tiempo de su estadía en Brasil sus planes cambian y manifestará sus aspiraciones y proyectos para Latinoamérica: “Será necesario que la Congregación haga los máximos esfuerzos, y se implante bien, aquí en Brasil y en Argentina; yo no pienso moverme de aquí, si antes no echo al menos los cimientos, (...) y las columnas principales que la Divina Providencia quiere que se levanten en estas tierras, para salvación de esta pobre juventud, y para el bien de la Iglesia.”.
Don Orione nos dice "Quiero decirles a todos y asegurarles que en Argentina he encontrado para siempre mi segunda patria y que con la ayuda de Dios volveré a ella, vivo o muerto, porque quiero que mis cenizas descansen en el Pequeño Cottolengo argentino de Claypole», no las decía simplemente para quedar bien, sino que estaba narrando una honda experiencia”.
Respecto a su primer viaje latinoamericano, con sus dos estadías en Argentina se narran los acontecimientos que dieron origen a las primeras casas orionitas: Victoria y Marcos Paz, así como las que surgieron poco después: Puerto de Mar del Plata, Pompeya, Floresta (CABA), Hipólito Irigoyen (CABA), Tres Algarrobos (Cuenca) y Mar del Plata (San José). Y también las presencias en Uruguay: Montevideo y La Floresta.
Acerca del segundo viaje, queda plasmada su preocupación por la formación, lo que se traduce en la apertura de la primera casa de formación para los religiosos locales (Lanús, hoy Villa Domínico). Como frutos de caridad de su acción pastoral se narran los inicios de los tres enclaves del Pequeño Cottolengo: Avellaneda - Pellegrini - Claypole. Asimismo, veremos a Don Orione presente y actuando en Uruguay, Mendoza, Chile, Rosario (Santa Fe), San Fernando (Gran Buenos Aires), Barranqueras y Presidencia Roque Sáenz Peña (Chaco) e Itatí (Corrientes). Además del argumento central (Don Orione en Latinoamérica y Argentina), en diferentes excursus se abordan temas como los enfermos de lepra, el feminismo, la inculturación, sus profecías, los medios modernos, santidad y buen humor, su proyecto de abrir dos congregaciones para afrodescendientes, etc. Todos ellos complementan la visión que podríamos tener acerca de Don Orione y seguramente serán puntos de partida para nuevas reflexiones.
La obra llega en un momento justo: estamos próximos a celebrar un verdadero jubileo orionita. En el año 2022 se cumplieron los 100 años de la llegada de Don Orione a nuestro continente: en agosto a Brasil y en noviembre a Uruguay y Argentina. Para la Familia Orionita es un tiempo especial para renovar la misión que suscita el carisma orionita. ¡Qué mejor para ello que adentrarnos en la experiencia vivida por Don Orione y los primeros religiosos y religiosas en nuestras tierras!