1) del Santo Padre Francisco
En el Evangelio encontramos por segunda vez esta acción de María: al final de la vida oculta de Jesús se dice, en efecto, que «su madre conservaba todo esto en su corazón» (v. 51). Esta repetición nos hace comprender que conservar en el corazón no es un buen gesto que la Virgen hizo de vez en cuando, sino un hábito. Es propio de la mujer tomarse la vida en serio. La mujer manifiesta que el significado de la vida no es continuar produciendo cosas, sino tomar en serio las que ya están. Sólo quien mira con el corazón ve bien, porque sabe “ver en profundidad” a la persona más allá de sus errores, al hermano más allá de sus fragilidades, la esperanza en medio de las dificultades; ve a Dios en todo.
2) De los escritos de Don Orione [1]
Tenemos necesidad de una madre
Palabras de Don Orione del 12 de septiembre de 1926 y del 26 de febrero de 1939. Un hijo que no ama a su madre, no es un hijo. Una madre que no ame a sus hijos, no es una madre, sino una madrastra. Vean que hasta los animales aman a sus pequeños…
Vean las palomas, que de tanto en tanto vuelan delante de nuestras ventanas… Cuando ustedes buscaban nidos, y veían a la madre de los pichones que piaban, se lamentaban, ¿no sentían compasión?… Pobres! quienes se encuentran a la leona mientras le sacan a los leoncitos… deben irse y de prisa…
Cuántas madres han muerto prematuramente porque sus hijos habían muerto en la guerra… Si nuestras madres saben hacer tantas cosas, tantos sacrificios por nosotros, ¿qué no podrá hacer la Virgen Santísima? ¡Y es por esto que yo pienso que son pocos los que irán al infierno, con una Madre como la Virgen…! Se condenarán solamente aquellos que desean a toda costa condenarse y condenarse a ojos abiertos, conscientes y queriéndolo…
¡La Virgen! ¡Es nuestra Madre! En una casa si muere la madre, nadie puede reemplazarla, el hogar se extingue cuando falta esa llama dulcísima que es la madre.
Así, en el orden espiritual, Ella es la Madre celeste.
Teníamos necesidad de una persona de nuestra misma sangre, de nuestro mismo llanto: de una Madre. Nos la dio Jesús como último don de su afecto, en la hora extrema de sus dolores.
3) Oración de los Fieles:
María, nuestra Madre, haz que creamos en tu maternidad
Ruega por nosotros, María
Ayúdanos a ser tus hijos, que nos asemejemos a Ti, en la Fe total en Cristo tu Hijo, en la esperanza firme, en el amor hacia todos
Ruega por nosotros, María
Cuando nos sintamos cansados de la vida monótona de todos los días, danos Fe e inteligencia para captar el significado profundo de cada uno de nuestros actos, qué es un paso hacia Ti
Ruega por nosotros, María