Amados míos, la Pequeña Obra de la Divina Providencia debe ser como una Familia en Jesucristo. Estrechados por la caridad, unidos de corazón indivisible en este cuerpo moral que es nuestra Congregación, ¡oh! ¡cuántas ayudas mayores tendremos de la mano de Dios, y cómo nos sentiríamos contentos, felices y fuertes! La Congregación prosperará y será bendecida por el mérito de todos los que contribuirán a mantener la unión y la paz porque nuestra fuerza, oh amadísimos, está en la unión, cuyo vínculo es Cristo. ¡Oh! con que alegría y expansión del corazón entonces cantaremos el “Ecce quam bonum et quam incundum habitare fratres in unum!”.
La caridad está toda dirigida al bien de la Iglesia y de las almas, esta es la divisa de los discípulos de Cristo y de la Iglesia. San Pablo escribió: “La fe, la esperanza, la caridad: la más grande de las tres es la caridad”. Tratemos, entonces, con ardor de tener a la caridad, Este es el camino a seguir, hijos míos, que vale inmensamente más que cualquier otra cosa. El espíritu de la Pequeña Obra es el espíritu de caridad: que la más humilde caridad guíe nuestros pasos, oh hermanos míos: in ómnibus cháritas!
Aquí debo terminar, pues mi carta no les llegaría para Navidad, deberé ser breve. Yo le ruego humildemente al Niño Jesús que quiera infundir en mi y en todos ustedes la dulcísima caridad suya; y en la caridad de Cristo los abrazo, ¡oh mis amados Sacerdotes, in osculo sacto, y les doy el Feliz Navidad! Dios sabe cuánto los pienso y cuanto los amo: recuérdenme en el Altar, especialmente en la Santa Noche. Y a ustedes, mis Clérigos y mis buenos Ermitaños, alegría, esperanza y corona mía, ¡Feliz Navidad!
¡Feliz Navidad a las Hermanas de las varias Familias Religiosas! A todos y a cada uno me encomiendo yo y la Congregación, a cada uno y a todos, desde los más ancianos y desde el más pequeño, mando Augurios con la santa bendición de Navidad y todo voto de bien para el Año Nuevo.
Adiós, oh mis queridos hermanos e hijos, y ustedes, buenas Hermanas, rueguen por mi: recuerden al padre lejano. ¡Yo rogaré tanto por ustedes! Démonos una cita a los pies de Jesús: allá nos encontraremos unidos siempre en la íntima unión de la caridad: ¡y juntos alrededor de Jesús, quam bonum et quam jucundum habitare fratres in unum!
¡Que nuestra alegría y unión sean completas en el Corazón de Jesús en la tierra, en el Corazón de Jesús en el cielo! Nuestros Hermanos de aquí y las Hermanas se encomiendan vivamente a sus oraciones, los saludan y les manden los más santos Augurios. Ellos me tratan con mucha caridad, respeto sin fin e indulgencia: ¡ayúdenme a rogarle a Dios que los compense mucho! Que el Señor de la caridad y de la paz nos de El mismo, continuamente su caridad y su paz. ¡Que el Señor y la Santa Virgen estén con todos ustedes!
Gloria a Dios en lo alto del cielo y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad. Los bendigo una vez más: ¡vivamente en Cristo humildes y fieles a los pies del Papa y de la S. Iglesia, y Feliz Navidad! Los bendigo en el Niño Jesús y en María Inmaculada. No nos cansemos de hacer el bien y consumirnos en la caridad del Señor: ¡Feliz Navidad! ¡Feliz Navidad! ¡Feliz Navidad!
Vuestro afectuosísimo.
Sac. Luis Orione
de la Divina Providenci
"La bondad vence siempre:tiene un culto secreto aún en los
corazones más fríos,más
solitarios y alejados.El amor vence al odio,el bien vence al mal,la luz
vence a las tinieblas y qué son frente a la luz de esta santa noche de
navidad?:Nada!.Realmente nada frente a Niño Jesús!.Jesús permanece y
vence pero en la misericordia".Feliz y Santa
Navidad