El deseo de nuestro Fundador ya estaba expresado en el “Plan y programa de la Pequeña Obra” (1903), donde manifiesta el objetivo apostólico de su fundación como un “unificar a todos en Cristo en el Papa y en la Iglesia”
El amor al Papa y a la Iglesia puede bien llamarse la clave para comprender el múltiple e incansable apostolado de Don Orione. La fidelidad y la unidad al Papa y a los Pastores de la Iglesia no un freno al caminar hacia adelante (“a la cabeza de los tiempos” y “en el corazón de los pueblos”), sino más bien fue garantía, punto de referencia, “seguridad de caminar por el sendero de la Providencia”
En las conversaciones no toleramos palabra, y no digo palabra, menos que respetuosa hacia la persona o la autoridad del Papa,. Hagámonos la gran dulce obligación de practicar también las mínimas recomendaciones del Papa. En una palabra; sean siempre y en todas partes, oh queridos míos, sean hijos devotísimos del Papa; den energías, corazón, mente y vida para sostener la iglesia de Roma, madre y cabeza de cada y toda iglesia del mundo: a sostén del Papa, de su autoridad, libertad y efectiva independencia, y como difusión de su amor” (Escritos 52, 112). “Nosotros somos todos del Papa, de la cabeza a los pies; somos del Papa de adentro y de afuera, con una total adhesión de mente y de corazón, de acción, de obras, de vida, a aquellos que pueden ser los deseos del Papa” (Parola VI, 192).
Papa-Iglesia. «La Iglesia es la verdadera Madre de nuestra fe y de nuestras almas, de la parte más viva, más espiritual y eterna de nosotros; y porque el Papa es el Vicario de Jesucristo nuestro Dios y Redentor; es el dulce Cristo en la tierra, como lo llamara Sta. Catalina de Siena; es nuestro guía seguro; es nuestro maestro infalible, es nuestro verdadero Padre»
“Y ésta es la herencia que les dejo: que nadie jamás deberá superarnos en el amor y la obediencia más plena, más filial, más dulce al Papa y a los Obispos y en el más grande respeto y devoción a los sacerdotes” ¡ Gran confianza entonces hijos míos en María Santísima, y tiernísima devoción a María!.¡ Oh, la utilidad por no decir la necesidad de la devoción a María!.¡Cuánto pero cuanto bien harán si caminan junto a la Madre Celestial! Pensemos en cuantas gracias recibimos de manos de María..