SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


miércoles, 11 de diciembre de 2024

NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE

 Nuestra Señora de Guadalupe, conocida comúnmente como la Virgen de Guadalupe,​ es una aparición mariana de la Iglesia católica de origen mexicano, cuya imagen tiene su principal centro de culto en la Basílica de Guadalupe, ubicada en las faldas del cerro del Tepeyac, en el norte de la Ciudad de México.

Su historia se remonta al año de 1531. En el cerro de Tepeyac, hoy norte de la capital mexicana, la Virgen se le apareció al indígena Juan Diego Cuauhtlatoatzin, quien había sido bautizado al cristianismo por los franciscanos. El 9 de diciembre de ese año, él escuchó su nombre en el cantar de los pájaros.

 




De acuerdo a la tradición oral mexicana, y los múltiples documentos históricos encontrados alrededor del mundo en distintos archivos, la Virgen María se apareció en cuatro ocasiones a San Juan Diego Cuauhtlatoatzin en el cerro del Tepeyac, y una quinta ocasión en el pueblo de Santa María, Tulpetlac en el Estado de México en la cual curó a Juan Bernardino, tío de san Juan Diego. El relato guadalupano conocido como Nican mopohua, tras la primera aparición, la Virgen ordenó a Juan Diego que se presentara ante el primer obispo de México, Juan de Zumárraga. Juan Diego en la última aparición de la Virgen llevó en su ayate unas rosas ―flores que no son nativas de México y que tampoco prosperan en la aridez del territorio― que cortó en el Tepeyac, según la orden de la Virgen. Juan Diego desplegó su ayate ante el obispo Juan de Zumárraga, dejando al descubierto la imagen de la Virgen María, morena y con rasgos mestizos.
Las mariofanías tuvieron lugar en 1531, ocurriendo la última el 12 de diciembre de ese mismo año. La fuente más importante que las relata fue el mismo Juan Diego que habría contado todo lo que había acontecido. Posteriormente esta tradición oral fue recogida en un escrito con sonido náhuatl pero con caracteres latinos (técnica que ningún español sabía hacer y que solo muy rara vez usaban los indígenas); este escrito es llamado el Nican mopohua, y es atribuido al indígena Antonio Valeriano (1522-1605). Posteriormente en 1648 es publicado el libro Imagen de la Virgen María Madre de Dios de Guadalupe por el presbítero Miguel Sánchez, contribuyendo a recopilar todo lo que los indígenas sabían acerca de la devoción guadalupana.
 
 MARÍA MADRE, MUJER Y MESTIZA
 

María es mujer. Es mujer, es señora, como dice el Nican mopohua. Mujer con el señorío de mujer. Se presenta como mujer, y se presenta con un mensaje de otro, es decir, es mujer, señora y discípula. A San Ignacio le gustaba llamarla Nuestra Señora. Y así es de sencillo, no pretende otra cosa: es mujer, discípula. 

 María es Madre nuestra, es Madre de nuestros pueblos, es Madre de todos nosotros, es Madre de la Iglesia, pero es figura de la Iglesia también. Y es Madre de nuestro corazón, de nuestra alma. Algún Santo Padre dice que lo que se dice de María se puede decir, a su manera, de la Iglesia, y a su manera, del alma nuestra. Porque la Iglesia es femenina y nuestra alma tiene esa capacidad de recibir de Dios la gracia, y en cierto sentido los Padres la veían como femenina. No podemos pensar la Iglesia sin este principio mariano que se extiende. cuando se busca el papel de la mujer en la Iglesia se puede ir "por la vía de la funcionalidad" porque la mujer "tiene funciones que cumplir en la Iglesia". Se trata de algo que, sin embargo, "nos deja a mitad de camino", puesto que "la mujer en la Iglesia va más allá" con ese principio mariano que "maternaliza" a la Iglesia, y la transforma "en la Santa Madre Iglesia". 

María mujer, María madre, sin otro título esencial. Los otros títulos - pensemos en las letanías lauretanas - son títulos de hijos enamorados que le cantan a la Madre, pero no tocan la esencialidad del ser de María: mujer y madre. María se mestizó para ser Madre de todos, y mestizó a Dios

María, concluyó el Papa, se “nos quiso mestiza, se mestizó”. Pero no lo hizo “sólo con el Juan Dieguito, con el pueblo”, sino que ella se mestizó “para ser Madre de todos”, se mestizó “con la humanidad”. “Y, ¿por qué?” – planteó Francisco. “Porque ella mestizó a Dios”: 

Y ese es el gran misterio: María Madre mestiza a Dios, verdadero Dios y verdadero hombre, en su Hijo.  HOMILIA Papa Francisco 12/12/19

MARÍA, AYÚDANOS A MIRARTE A LOS OJOS.




El Papa Francisco nos habla acerca de lo que María nos enseña y su capacidad para acercarnos al Señor.

 “Mirémosla a ella, nuestra Madre, y dejémonos mirar por ella, porque es nuestra Madre y nos quiere mucho; dejémonos mirar por ella para aprender a ser más humildes, y también más valientes en el seguimiento de la Palabra de Dios; para acoger el tierno abrazo de su Hijo Jesús, un abrazo que nos da vida, esperanza y paz.”

 María puede enseñarnos muchas cosas, como a ser más valientes para seguir al Señor y dejar que Él sea el centro de nuestras decisiones, el pilar de nuestra vida. Don Orione lo sabía muy bien, por eso, frente a la Imagen de María Auxiliadora el 08 de Diciembre de 1886, con tan sólo 14 años, consagró para siempre la inocencia de su corazón ¡mirarán hacia nosotros! Probablemente querrán descubrir los reflejos de su fisonomía en todos los que lo seguimos como "padre" y "modelo". Es su derecho encontrarlo en nosotros.

 ORACIÓN Fuente P Miguel Ángel Berriel Perille

Queremos encontrarnos con tu mirada maternal.

Esa mirada que nos libera de la orfandad.

Esa mirada que nos acerca a los demás.

Esa mirada que nos transforma en amigos de todos.

Esa mirada que nos recuerda que somos hermanos.

Esa mirada que nos enseña que cada hermano me pertenece y que yo le pertenezco.

Esa mirada que "nos enseña que tenemos que aprender a cuidar la vida de la misma manera y con la misma ternura con la que ella la ha cuidado: sembrando esperanza, sembrando pertenencia, sembrando fraternidad"

Madre querida, que supiste "transformar una cueva de animales en LA CASA de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura"

Ayúdanos a construir una patria más justa, solidaria y fraterna.

¡Una patria de hermanos porque tú eres nuestra madre!

SOBRE DON ORIONE

Fragmentos de la carta del entonces Superior General de los Hijos de la Divina Providencia, don Roberto Simionato, en ocasión del anuncio de la canonozación de Don Orione.

La Pequeña Obra de la Divina Providencia, con todas sus ramas, es hoy su extensión y su proyección. Es la encarnación de su espíritu y su carisma, que continúa viviendo y operando en el mundo. Todos los santos dejan un legado que perpetúa su presencia e influencia. En los Fundadores, este rastro de luz es aún más evidente debido a sus discípulos y continuadores.

Pero, ¿qué debemos hacer? ¿Qué consecuencias trae para nuestra vida como religiosos o laicos? Para cada uno de nosotros el compromiso de prepararnos y mirarnos en el espejo; para hacer la cara de nuestras comunidades e instituciones más bella y digna. Don Orione continúa hablando a través de nuestra vida y nuestras obras.

Debemos ser santos también nosotros. Don Orione nos repite: "Necesito hijos santos". ¡Cuán falso y vacío suena el discurso sobre la santidad en los labios de aquellos que ahora se han resignado a volar bajo, de aquellos que solo se buscan a sí mismos! ¡Cuánto arde el corazón cuando escuchamos a los santos, como Don Orione, buscando "solo Dios"! Déjame soñar con una Familia Orionita que reanude el camino de la santidad. No hablo de cosas extraordinarias. Hablo de la santidad diaria, como trabajadores de la Divina Providencia, hablo de "espíritus activos y contemplativos". 

Entonces será necesario trabajar para asegurar que ese soplo de caridad, de Providencia, de eclesialidad, ese amor tierno y fuerte por Cristo, la Virgen y el Papa, que trajo Don Orione a la tierra, no se agote unos meses después de la celebración, sino que continúe, dé fruto y alcance los confines de la tierra. ¡Cuántas más personas, los pobres y los que sufren, necesitan sentir que nuestro Padre está en el cielo pero también a su lado para consolarlos!

Ave María y adelante! a la Santa Virgen, para que ella guiara sus pasos y le ayudara a estar siempre cerca de Jesús.