El Papa Francisco nos habla acerca de lo que María nos enseña y su capacidad para acercarnos al Señor.
“Mirémosla a ella, nuestra Madre, y dejémonos mirar por ella, porque es nuestra Madre y nos quiere mucho; dejémonos mirar por ella para aprender a ser más humildes, y también más valientes en el seguimiento de la Palabra de Dios; para acoger el tierno abrazo de su Hijo Jesús, un abrazo que nos da vida, esperanza y paz.”
María puede enseñarnos muchas cosas, como a ser más valientes para seguir al Señor y dejar que Él sea el centro de nuestras decisiones, el pilar de nuestra vida. Don Orione lo sabía muy bien, por eso, frente a la Imagen de María Auxiliadora el 08 de Diciembre de 1886, con tan sólo 14 años, consagró para siempre la inocencia de su corazón ¡mirarán hacia nosotros! Probablemente querrán descubrir los reflejos de su fisonomía en todos los que lo seguimos como "padre" y "modelo". Es su derecho encontrarlo en nosotros.
ORACIÓN Fuente P Miguel Ángel Berriel Perille
Queremos encontrarnos con tu mirada maternal.
Esa mirada que nos libera de la orfandad.
Esa mirada que nos acerca a los demás.
Esa mirada que nos transforma en amigos de todos.
Esa mirada que nos recuerda que somos hermanos.
Esa mirada que nos enseña que cada hermano me
pertenece y que yo le pertenezco.
Esa mirada que "nos enseña que tenemos que
aprender a cuidar la vida de la misma manera y con la misma ternura con la que
ella la ha cuidado: sembrando esperanza, sembrando pertenencia, sembrando
fraternidad"
Madre querida, que supiste "transformar una cueva
de animales en LA CASA de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de
ternura"
Ayúdanos a construir una patria más justa, solidaria y
fraterna.
¡Una patria de hermanos porque tú eres nuestra madre!
SOBRE DON ORIONE
Fragmentos de la carta del entonces Superior General de los Hijos de la Divina Providencia, don Roberto Simionato, en ocasión del anuncio de la canonozación de Don Orione.
La Pequeña Obra de la Divina Providencia, con todas sus ramas, es hoy su extensión y su proyección. Es la encarnación de su espíritu y su carisma, que continúa viviendo y operando en el mundo. Todos los santos dejan un legado que perpetúa su presencia e influencia. En los Fundadores, este rastro de luz es aún más evidente debido a sus discípulos y continuadores.
Pero, ¿qué debemos hacer? ¿Qué consecuencias trae para nuestra vida como religiosos o laicos? Para cada uno de nosotros el compromiso de prepararnos y mirarnos en el espejo; para hacer la cara de nuestras comunidades e instituciones más bella y digna. Don Orione continúa hablando a través de nuestra vida y nuestras obras.
Debemos ser santos también nosotros. Don Orione
nos repite: "Necesito hijos santos". ¡Cuán falso y vacío suena el
discurso sobre la santidad en los labios de aquellos que ahora se han resignado
a volar bajo, de aquellos que solo se buscan a sí mismos! ¡Cuánto arde el
corazón cuando escuchamos a los santos, como Don Orione, buscando "solo
Dios"! Déjame soñar con una Familia Orionita que reanude el camino de la
santidad. No hablo de cosas extraordinarias. Hablo de la santidad diaria, como
trabajadores de la Divina Providencia, hablo de "espíritus activos y
contemplativos".
Entonces será necesario trabajar para asegurar que ese soplo de caridad, de Providencia, de eclesialidad, ese amor tierno y fuerte por Cristo, la Virgen y el Papa, que trajo Don Orione a la tierra, no se agote unos meses después de la celebración, sino que continúe, dé fruto y alcance los confines de la tierra. ¡Cuántas más personas, los pobres y los que sufren, necesitan sentir que nuestro Padre está en el cielo pero también a su lado para consolarlos!
Ave María y adelante! a la Santa Virgen, para que ella guiara sus pasos y le ayudara a estar siempre cerca de Jesús.
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