(…) durante este mes iré a Corrientes, cerca del Paraguay; será un viaje de algunos días por tierra y por agua, por el rio (Paraná), y luego otros tantos días para la vuelta. Voy a visitar uno de los cinco Santuarios principales de la Argentina, en las fronteras de la Nación, que será confiado a nuestra congregación por deseo del Nuncio Apostólico y del Obispo de Corrientes: a los pies de la Virgen de Itatí rogare muy especialmente por ustedes. En septiembre voy a Chile, y en octubre espero hallarme en el Congreso Eucarístico en Lima, Capital del Perú. En Santiago, Capital de Chile, se nos ha donado una Casa y voy a tomar posesión de ella en nombre de la Divina Providencia. Recen, pidan que Dios me asista. De salud estoy bien ahora, como se lo podrá asegurar el P. Penco.
Necesito personal. Cuando pienso en Ustedes, cuando ruego por ustedes, los veo a todos uno por uno, y busco entre ustedes, -casi llamándolos por su nombre, a los que puedan venir a ayudarme a propagar la Congregación en medio de estas poblaciones donde es tan grande la necesidad de sacerdotes llenos de amor a Dios y las almas, deseosos de sacrificarse juntamente con nuestro Señor para la vida comunicar de la Fe, o aumentarla, a tantos que, no tienen Fe, o la han perdido por pensar sólo en el lucro, y se pierden por mirar sólo a la tierra.