
“Trabajadores y trabajadoras de los arrozales, en
nombre de Cristo, que nació pobre, vivió pobre y murió pobre, que trabajó como
ustedes, y que amó a los pobres y a los trabajadores; en nombre de Cristo les
digo que vuestro trabajo debe ser adecuado y limitado a vuestras fuerzas y
sexo; vuestro sueldo debe tener relación con vuestros sudores y con vuestras
necesidades; las condiciones de trabajo deben ser menos incómodas, más humanas,
más cristianas. Es un derecho, ¡vuestro derecho!”.
Pasaron cien años desde aquel escrito. Hoy, quienes
caminamos tras sus pasos, continuamos comprometidos con los derechos de
nuestros hermanos más humildes. Seguimos trabajando para que niños y jóvenes
ejerzan el derecho de recibir una educación adecuada, de manera que se
transformen con el tiempo en el “orgullo de la propia familia, de la ciudad
natal y de la Patria que espera tanto de ellos”, como decía el mismo Luis
Orione. De igual manera nos ponemos al servicio de las personas con
discapacidad, garantizándoles el derecho a una vida digna, a la educación en
igualdad con todos y todas, a la no discriminación, a la salud, al ejercicio
pleno de sus derechos.
Estamos cerca ya de conmemorar los 100 años de la
llegada de Don Orione a la Argentina. La mejor forma de prepararnos para esta
celebración es renovar como Familia Orionita nuestra responsabilidad de
defender los derechos de nuestros hermanos más pequeños y desamparados, los que
gozan del privilegio de ser especialmente amados por Dios, y de este modo
recibir y acompañar siempre “la vida como viene”.
P. Gustavo Aime
Superior Provincial
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