Autor: Don Flavio Peloso, FDP
Los inicios de la fundación, la elección del nombre, la
concepción organizativa, la finalidad ecuménica, la relación fin-obras en la
espiritualidad y en el apostolado.
¿Cuál era, en los inicios, la intención de Don Orione al
concebir la fundación que pronto él mismo empezó a llamar Obra de la Divina
Providencia? ¿Es verdad que empezó como una congregación papalina (la Compañía
del Papa) para después pasar a una congregación caritativa (la Pequeña Obra de
la Divina Providencia)? ¿Qué tipo de relación introdujo entre los distintos
componentes religiosos y laicales de las nuevas instituciones a las que
transmitió el mismo carisma? Y la finalidad ecuménica ¿es suya o se la sugirió
León XIII? La respuesta a estas preguntas tiene un claro interés histórico,
pero nos importa más su carácter iluminador para la comprensión del camino
actual de la familia orionista.
¿QUÉ RELACIÓN EXISTE ENTRE LA COMPAÑÍA DEL PAPA Y LA OBRA DE
LA DIVINA PROVIDENCIA?
Una de las dudas más frecuentes sobre la historia de los
orígenes tiene que ver con la denominación dada a la institución que Don Orione
iba desarrollando. ¿Fue Compañía del Papa el primer nombre elegido por Don
Orione para la nueva institución? ¿Y por qué ese título desaparece del todo?
¿Es además cronológicamente verdad que “nuestro pequeño Instituto, que por
bondad del Señor, surge bajo la denominación de Obra de la Divina Providencia”?
(1) No es sólo cuestión de nombre, dado que por un inexacto conocimiento de los
orígenes se puede ir derivando hacia una conclusión equivocada respecto al
carisma. Podría resumirse en esta afirmación: “Don Orione comenzó con el Papa
(Compañía del Papa) y terminó con los Pobres (Obra de la Divina Providencia)”.
Desde luego, está bien documentado que Don Orione llamó a su
fundación Obra de la Divina Providencia desde el inicio. (2) Cuando manifestó
el deseo de buscar la aprobación de la Compañía del Papa, no pretendía
referirse a la fundación como tal, en sentido completo, sino a una parte de la
misma. De hecho, en la intención de Don Orione, el diseño era constituir en el
seno de la Obra de la Divina Providencia un grupo de religiosos – llamado la
Compañía del Papa – los cuales, además de una particular consagración a la causa
papal común a toda la Obra, hubiesen tenido competencias de responsabilidad y
de enlace en relación a las otras familias religiosas que se estaban
desarrollando como “ramas” o como “pétalos”, para mantener entre ellas la
unidad de espíritu y de gobierno. Veamos algunas importantes referencias
histórico-documentales.La referencia documental por la que debemos empezar es
el “Pro-memoria”, fechado el 17-18 junio de 1899 (3). Es la base sobre la que
Don Orione pensó para pedir la aprobación canónica de un primer núcleo central
de la Obra de la Divina Providencia, es decir la Compañía del Papa. Se ha
discutido y se discutirá mucho sobre los orígenes y la naturaleza de este
“Pro-memoria” que no tiene ninguna huella antecedente ni de discusión ni de
borrador preparatorio; que parece escrito de forma bella, sin inseguridades de
conceptos o de grafía; con contenidos orionistas, pero únicos en la forma
literaria. No parecen del estilo de Don Orione las meticulosas precisiones
sobre las funciones de la Compañía en el seno de la Iglesia según las distintas
hipótesis de los desarrollos histórico-sociales futuros. Una hipótesis
plausible es que Don Orione, teniendo urgencia de aprobar jurídicamente un
núcleo autónomo de congregación – para evitar estar a merced de cambiantes
proyectos del Obispo y de algunos eclesiásticos que tenían influencias sobre él
y que pudieran querer la fusión con los Oblatos diocesanos –, (4) haya pensado
en hacer aprobar sólo el “núcleo central” de la Familia que tenía en mente
fundar. De todo el conjunto sólo podía presentar a ese pequeño núcleo de curas
y clérigos (5). ¿Hasta qué punto el texto es “suyo”? ¿Lo habrá mandado
escribir? En los esbozos siguientes, en vista de la estructura de los primeros
capítulos de la Obra de la Divina Providencia, ya no lo menciona y ni lo usa
nunca.
El obispo Bandi, al recibir el “Pro-memoria sobre la
Compañía del Papa” fue el primero en entender que la Compañía del Papa era el
nuevo nombre dado por Don Orione a la Congregación (6). De hecho, escribe a Don
Orione el 30 de diciembre de 1899: “Tú pretendes establecer una Obra general en
la Iglesia, que quisieras bautizar con el bello título de Compañía del Papa, y
que tuviese por objetivo todo el bien posible y el mayor bien que se pueda
hacer, especialmente en beneficio de la juventud, bajo la plena sumisión in
omnibus et in omnia al Sumo Pontífice, una congregación religiosa masculina.
Tal, si he comprendido tu mente, es el fin que te has prefijado con tu Obra,
que ahora se llama de la Divina Providencia” (7).
En este diálogo de discernimiento Don Orione debió de
explicar más de una vez que él, más que cambiar el nombre de su Obra, pretendía
constituir, en su interior, un núcleo que garantizase su unidad, llamada
Compañía del Papa. Y sólo para ésta, por ahora, quería pedir la aprobación. El
resto de componentes estaban aún en el embrión, eran sólo un deseo.
Dos documentos arrojan luz sobre su proyecto global. El
primero es de febrero de 1900 (8). A las personas que le pedían información Don
Orione les escribe: “12 / II / 1900. Querido en el Señor. En respuesta a su
carta del 9 del corriente. La Pequeña Casa de la Divina Providencia forma
parte, y es Casa Madre de la Obra de la Divina Providencia. La Obra de la
Divina Providencia está constituida por diversos elementos personales:
Aspirantes, Novicios, Profesos, Ancianos. (…). Ellos (los ancianos) hacen votos
perpetuos, solemnes, absolutos y constituyen la jerarquía de la Obra de la
Divina Providencia y el centro de la Congregación, formando un núcleo
estrechísimo que tiene por título la ‘Compañía del Papa’” (9). Del 20 de
noviembre siguiente es una carta de Don Orione a Don Sterpi, su primer
colaborador, siempre para aclarar la identidad de esta Compañía y de su
proyecto completo: “Mira que a Don Luigi (10) le he leído el fin de la
Compañía, explicándole que ésta sería la Compañía esencial, que tiene que tener
en su mano todas las otras Familias religiosas, que constituyen la Obra de la
Divina Providencia: eremitas trabajadores, adoradores, damas, colegios,
hermanas, curas, etc” (11).
No es, por tanto, una nueva Congregación como tal lo que Don
Orione pretende constituir y presentar primero a la aprobación del obispo, sino
una Compañía que deberá tener unidas a las otras familias que ya constituyen o
constituirán juntas la Obra de la Divina Providencia. Por tanto, también la
Compañía misma está considerada como un componente de la Obra de la Divina
Providencia que está descrita como compuesta por diversas “Familias religiosas”
(12).
En conclusión, Compañía del Papa no es el primer nombre
pensado para la fundación, que siempre fue y sólo Obra de la Divina
Providencia, sino un componente de la misma que en un cierto momento se pensó
en constituir y hacerla aprobar en primer lugar (13).
Estas notas históricas (14), nos muestran a un Don Orione
que tenía claridad acerca de la idea de la fundación (una familia con varios
componentes, masculinos y femeninos, contemplativos y activos, eclesiásticos,
religiosos y laicos), pero que debían encajar con las leyes del Derecho canónico
(15). Le resultó impracticable jurídicamente la configuración de una Obra
pluriforme pero orgánicamente una. Pidiendo la aprobación sólo para la Compañía
del Papa, ésta hubiese sido si jurídicamente autónoma, pero en el futuro
hubiesen sido autónomas también las otras familias religiosas de la Obra de la
Divina Providencia. De este modo hubiese sido imposible y no se favorecía
aquella tarea de unidad carismática y de gobierno entre los componentes de la
Obra de la Divina Providencia que él tanto deseaba. Esta fue, ciertamente la
razón que hizo desistir a Don Orione al pedir un particular reconocimiento
jurídico para la Compañía del Papa. Blog Padre Teo
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