(14 de Agosto)
Hoy Celebramos: San Maximiliano Kolbe | Mártir, Año 1941
Maximiliano
significa: "El más importante de la familia". Es este uno de los
mártires modernos. Murió en la Segunda Guerra Mundial. Había sido
llevado por los nazis al terrorífico campo de concentración de
Auschwitz.
Un día se fugó un preso. La ley de los alemanes era que
por cada preso que se fugara del campo de concentración, tenían que
morir diez de sus compañeros. Hicieron el sorteo 1-2-3-4...9...10 y al
que le iba correspondiendo el número 10 era puesto aparte para echarlo a
un sótano a morirse de hambre. De pronto al oírse un 10, el hombre a
quien le correspondió ese número dio un grito y exclamó: "Dios mío, yo
tengo esposa e hijos. ¿Quién los va a cuidar?".
En ese momento el
padre Kolbe dice al oficial: "Yo me ofrezco para reemplazar al compañero
que ha sido señalado para morir de hambre".
El oficial le responde:
¿Y por qué?: "Es que él tiene esposa e hijos que lo necesitan. En
cambio yo soy soltero y solo, y nadie me necesita." El oficial duda un
momento y enseguida responde: Aceptado.
Y el prisionero Kolbe es
llevado con sus otros 9 compañeros a morirse de hambre en un
subterráneo. Aquellos tenebrosos días son de angustias y agonías
continuas. El santo sacerdote anima a los demás y reza con ellos. Poco a
poco van muriendo los demás. Y al final después de bastantes días,
solamente queda él con vida. Como los guardias necesitan ese local para
otros presos que están llegando, le ponen una inyección de cianuro y lo
matan. Era el 14 de agosto de 1941.
Su familia, polaca, era
inmensamente devota de la Sma. Virgen y cada año llevaba a los hijos en
peregrinación al santuario nacional de la Virgen de Chestokowa. El hijo
heredó de sus padres un gran cariño por la Madre de Dios.
Cuando era
pequeño tuvo un sueño en el cual la Virgen María le ofrecía dos
coronas, si era fiel a la devoción mariana. Una corona blanca y otra
roja. La blanca era la virtud de la pureza. Y la roja, el martirio. Tuvo
la dicha de recibir ambas coronas.
Un domingo en un sermón oyó
decir al predicador que los Padres Franciscanos iban a abrir un
seminario. Le agradó la noticia y con su hermano se dirigió hacia allá.
En 1910 fue aceptado como Franciscano, y en 1915 obtuvo en la
Universidad de Roma el doctorado en filosofía y en 1919 el doctorado en
teología. En 1918 fue ordenado sacerdote.
Maximiliano gastó su vida
en tratar de hacer amar y venerar a la Sma. Virgen. En 1927 fundó en
Polonia la Ciudad de la Inmaculada, una gran organización, que tuvo
mucho éxito y una admirable expansión. Luego funda en Japón otra
institución semejante, con éxito admirable.
El padre Maximiliano
fundó dos periódicos. Uno titulado "El Caballero de la Inmaculada", y
otro "El Pequeño diario". Organizó una imprenta en la ciudad de la
Inmaculada en Polonia, y después se trasladó al Japón y allá fundó una
revista católica que pronto llegó a tener 15,000 ejemplares. Un
verdadero milagro en ese país donde los católicos casi no existían. En
la guerra mundial la ciudad de Nagasaki, donde él tenía su imprenta, fue
destruida por una bomba atómica. A su imprenta no le sucedió nada malo.
Los
nazis durante la guerra, al invadir Polonia, bombardearon la ciudad de
la Inmaculada y se llevaron prisionero al padre Maximiliano, con todos
los que colaboraban. El ya había fundado una radiodifusora y estaba
dirigiendo la revista "El caballero de la Inmaculada", con gran éxito y
notable difusión. Todo se lo destruyó la guerra, pero su martirio le
consiguió un puesto glorioso en el cielo.
Cuando el Santo Padre
Pablo VI lo declaró beato, a esa gran fiesta asistió, el hombre por el
cual él había ofrecido el sacrificio de su propia vida. Juan Pablo II,
su paisano, lo declaró santo ante una multitud inmensa de polacos.
En
este gran santo sí se cumple lo que dijo Jesús: "Si el grano de trigo
cae en tierra y muere, produce mucho fruto. Nadie tiene mayor amor que
el que ofrece la vida por sus amigos". Quiera Dios que también nosotros
seamos capaces de sacrificarnos como Cristo y Maximiliano, por el bien
de los demás.
Fuente: EWTN
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