Santa Maria Faustina Kowalska del Sagrado Sacramento
nació en Glogowiec, Polonia, el 25 de agosto de 1905 con el nombre de Elena
Kowalska. Desde muy pequeña expresó su vocación religiosa, pero su familia era
muy pobre y no le permitió ingresar a un convento.
A los 18 años, luego de darse por vencida en su deseo
de tomar los hábitos, fue a un baile con su hermana. Mientras bailaba tuvo una
visión de Jesús que le hizo entender que tenía que regresar a su vocación
original. Esa misma noche se fue de la fiesta a la catedral y se postró ante el
Santísimo Sacramento, rogándole a Jesús que la guiara. Escuchó las siguientes
palabras: "Ve inmediatamente a Varsovia, allí entrarás en un
convento."
Elena le pidió a su hermana que la despidiera de sus
padres y se fue a Varsovia. Después de muchos
sacrificios, logró entrar como postulante en la Congregación de las
Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia el 2 de agosto de 1925. El 30 de
abril tomó el hábito religioso como novicia. Recibió el nombre de Sor María
Faustina.
Sor Faustina tuvo visiones de Jesús a través de toda
su vida, como relata en su diario, donde escribió sus experiencias y visiones.
En 1933, recibió invisiblemente los estigmas mientras
oraba. Según narró en su diario: "Un día durante la oración, vi una gran
luz y de esta luz salían rayos que me envolvían completamente. De pronto sentí
un dolor muy agudo en mis manos, en mis pies, y en mi costado, y sentí el dolor
de la corona de espinas, pero esto fue sólo por un tiempo bien corto."
La Divina Misericordia
El 22 de febrero de 1931, Jesús se le apareció a Santa
Faustina y le pidió que pintara una imagen según lo que estaba viendo. Le dijo
también el significado de la imagen y cómo podría ayudar al mundo. Según su
diario:
(47)Al anochecer, estando en mi celda, vi al Señor
Jesús vestido con una túnica blanca. Tenía una mano levantada para bendecir y
con la otra tocaba la túnica sobre el pecho. De la abertura de la túnica en el
pecho, salían dos grandes rayos: uno rojo y otro pálido. En silencio,
atentamente miraba al Señor, mi alma estaba llena del temor, pero también de
una gran alegría. Después de un momento, Jesús me dijo: Pinta una imagen según
el modelo que vez, y firma*: Jesús, en Ti confío. Deseo que esta imagen sea
venerada primero en su capilla y [luego] en el mundo entero.
(48) Prometo que el alma que venera esta imagen no
perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos
y, sobre todo, a la hora de la muerte. Yo Mismo la defenderé como Mi gloria.
El Viernes Santo de 1937, Jesús se le presentó a Santa
Faustina y le dictó una serie de oraciones para una novena que comenzaría el
Viernes Santo y continuaría hasta la Octava de Pascua, que hoy en día se conoce
como el domingo de la Divina Misericordia.
Santa Faustina murió el 5 de octubre de 1938 en
Krakow, Polonia. A pesar de que el Vaticano consideró por un tiempo que la
devoción a la Divina Misericordia podía ser una herejía, el arzobispo de
Krakow, Karol Wojtyla, quien luego se convertiría en el Papa Juan Pablo II, era
devoto de Sor Faustina y se esforzó porque se publicara su diario.
Santa Faustina fue canonizada el 30 de abril de 2000,
el domingo de la Divina Misericordia. Los milagros que contribuyeron a la causa
de su canonización fueron la curación de Maureen Digan de Roslindale,
Massachusetts, quien sufría de linfedema, y la curación de un sacerdote que
sufría del corazón el 5 de octubre de 1995.
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