El fin especial de la congregación es difundir el conocimiento y el amor de Jesucristo de la iglesia y del papa, especialmente entre las clases humildes; atraer y unir con un vínculo dulce y estrecho, de toda la mente y el corazón, los hijos del pueblo y las clases trabajadoras a la sede apostólica en la cual, según las palabras de San Pedro Crisólogo, “San Pedro vive, preside y hace entrega de la verdad de la fe a quien la pide”
Con la inequívoca y categórica expresión “Quede por tanto bien establecido que la Pequeña Obra es para los pobres”, Don Orione ha querido poner en el fin carismático un vínculo en relación a las personas a las que va dirigida la obra caritativa de la Congregación. El fin eclesial-papalino (“llevar a la Iglesia y al Papa”) a perseguir “mediante las obras de caridad” está determinado, más aún “bien definido” en la elección de los destinatarios: "Nosotros estamos para los más pobres, para los más pobres. Los trapos de la Divina Providencia son para los hijos de las clases humildes más proletarias, más necesitadas… Digo esto e insisto para trazar el surco, y no es la primera vez".
Tiende a este fin, mediante el apostolado de la
caridad entre los pequeños y los pobres; con las obras de misericordia
espirituales y corporales más aptas para la educación y formación cristiana de
la juventud más necesitada y del pueblo, a fin de cooperar modestamente, a los
pies de la sede apostólica y de los obispos, a la renovación y unificación en Jesucristo,
del hombre y de la sociedad, llevando a la iglesia y al papa el corazón de los
niños más abandonados, de los pobres de
la humilde clase obrera: “ad omnia in christo instaurada, ut fiat unum ovile et
unus pastor”.
Quede, por tanto, bien determinado, que la pequeña obra, confiada solamente en la infinita bondad y ayuda de la divina providencia, queriendo conformar su vida lo más perfectamente posible al ejemplo dado por el hijo de Dios, “es para los pobres”, en los cuales ve y sirve a Nuestro Señor Jesucristo y quiere fundamentar su acción en la humildad” El mensaje de Don Orione, en el artículo 2 del Capítulo I de las Constituciones, del 22 de julio de 1936, escrito de su puño y letra.
(hoy en artículo n° 15). de las Constituciones y normas, p.O.D.P., O.C. Págs. 24-25 15 Carta del 24 de junio de 1937; Lettere, Vol. II. Pág. 463
En un escrito muy significativo sobre el fin carismático, después de haber nombrado a los Jesuitas, Escolapios, Barnabitas, Salesianos, Maristas “y otras comunidades similares”, afirma “otra Misión y otro vastísimo campo nos ha abierto la Divina Providencia. Nosotros hemos sido llamados a ser los hijos de la Divina Providencia, la mano de la Divina Providencia, los instrumentos inteligentes de la Divina Providencia para aquellos, para todos aquellos que, careciendo de providencia humana, tienen necesidad, mayor necesidad, de la Providencia Divina”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario